Libros, tragos y hojas al viento en Cambridge (a la izquierda de Boston)

Separada de esa ciudad por el río Charles, es la contracara bohemia y desprejuicidada de una Nueva Inglaterra puritana. Galería de fotos.

Con el lustre que le otorgan la Universidad de Harvard y el MIT, la Cambridge americana cautiva con su propia bohemia. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

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Por Freda Moon, The New York Times / Travel. Diario PERFIL

Cuando las hojas de los árboles se han caído y el frío se ha asentado, muchas ciudades chicas se desploman en una prolongada hibernación. Pero Cambridge apenas deja de latir. Como ciudad de librerías y cafeterías, cines de películas independientes y eclécticos bares barriales, la “República Popular de Cambridge” ha cambiado su pasado puritano por un dinámico presente cosmopolita.

Extendida sobre la orilla del río Charles, presenta una densa colección de grandiosas mansiones de estilo Federal y del Renacimiento Griego, modestos bungalós de hace un siglo, modernas torres de oficina y dormitorios de ladrillo.

Apodada “la Margen Izquierda de Boston” por su imagen bohemia, es fácil caricaturizar a Cambridge pero difícil que no le guste. Famoso por generar egresados brillantes e innovaciones que alteran el mundo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts es un templo secular de las ciencias. El Museo del MIT (entrada US$8.50) celebra la creatividad y la peculiar cultura de la organización con todo tipo de exhibiciones, desde robots y hologramas sensibles al movimiento hasta barcos a escala y cámaras Polaroid.

Póngase guantes y abrigo y de una vuelta en la pista de patinaje Kendall Square Community Skating. Para una impactante vista del ocaso de Cambridge-Boston reflejado por encima del agua, cruce caminando el puente Harvard, en el extremo sureste de la avenida Massachusetts. Para entrar en calor, vaya a tomar un cóctel tradicional en Cuchi Cuchi (795 Main Street), un bar de decoración belle-époque que sirve bebidas clásicas como el Pendennis Club (ginebra, brandy de albaricoque, jugo de lima y amargos Peychauds), sacado del menú de un club de caballeros de 1928 de Louisville, en Kentucky.

Aflójese el cinturón para una parada en Toscanini’s (899 Main Street), donde encontrará helados caseros ricos en sabores como azafrán salteado o potente chocolate doble. Después, acomódese en una de las sillas tipo trono del pub River Gods (125 River Street), donde el D.J. combina música esotérica que va del pop francés de los ´60 hasta el funk de Bollywood, rodeado por ángeles dorados y monjas de peluche en una escena no muy distinta a una fiesta privada de Mundo Bizarro.

En plan de desayuno, llegue temprano para ocupar una de las escasas siete mesas de Sofra Bakery and Café (1 Belmont Street). Pese a su alejada ubicación en los límites con Belmont, este diminuto restaurante-panadería de estilo mediterráneo oriental se llena los fines de semana, cuando los lugareños hacen filas para comprar platos exóticos como huevos escalfados sobre un delicado nido de pasta filo frita.

Los días claros de invierno, el sol se cuela por las ventanas y los clientes beben café turco en tazas tamaño miniatura. El Clásico Hahvahd Tour (1376 Massachusetts Avenue, US$ 10 por persona) es un curso teatral introductorio de 70 minutos sobre la historia de Harvard. Los guías son estudiantes universitarios que recitan el guión con sincronización cómica y contestan preguntas con paciencia y candor.

Para almorzar, en Alive and Kicking (269 Putnam Avenue) pruebe el clásico emparedado de langosta de Nueva Inglaterra -dos rebanadas de pan blanco tostado con sésamo rebosantes de trozos de langosta fresca- en una sencilla cabaña urbana de pescadores. Camine sobre la avenida Massachusetts hasta alcanzar la estrecha escalera negra de Revolution Books (1158 Massachusetts Avenue), un negocio de poca monta administrado por el Partido Comunista Revolucionario, donde encontrará todo tipo de cosas, desde libros comunes hasta manifiestos políticos. Después, siéntese en un taburete en People’s Republik (876-878 Massachusetts Avenue), un bar de ambientación comunista con pósters de propaganda soviética y maoísta.

Desde la década de 1950, el Club Passim (47 Palmer Street) es un local popular que presentaba a todo el mundo, desde Joan Baez, quien empezó su carrera allí a los 17 años, hasta Bob Dylan. Actualmente es una organización no lucrativa y todas las noches hay música en vivo. Otra opción de entretenimiento es el Donkey Show, una reluciente adaptación ópera-disco de “A Midsummer Night’s Dream” que se presenta en Oberon (2 Arrow Street), el nuevo ‘teatro de cabaret. Es una función interactiva, donde los actores sólo se distinguen de la audiencia por sus atuendos de la década de 1970. Antes de irse de Cambridge, recorra el cementerio Mount Auburn que cuenta con diversas tumbas históricas. Fundado en 1831, sus 62,5 hectáreas albergan cientos de variedades de árboles y jardines espectacularmente cuidados.-

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