Florencia homenajea al genio Miguel Angel en el aniversario 450 de su muerte
La ciudad que reconoció al genio de Miguel Angel con la estatua del «David», le dedicará distintos homenajes a 450 años de su muerte.
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Florencia, la ciudad que reconoció por primera vez el genio de Miguel Angel con la estatua del David, le dedicará al artista distintos homenajes a 450 años de su muerte, mientras curiosamente Roma, la capital en la que maduró y murió, ignorará el aniversario.
Dos salas del Museo de los Oficios reúnen todas las obras de la antigüedad que el artista pudo ver y asimilar de joven y preceden la que exhibe el Tondo Doni, el óleo con la Sagrada Familia en el típico formato redondo del arte florentino, y el llamado Jardín de San Marco creado por Lorenzo el Magnífico para que los jóvenes, entre ellos el mismo Miguel Angel, se educaran en la práctica de las bellas artes.
Por su parte, la Galería de la Academia que conserva el primigenio David y las postreras Prisiones -esos mármoles apenas esbozados que, aún inconclusos, testimonian la fuerza del artista- inauguró hasta el 18 de mayo una exposición dedicada a la influencia que tuvo el artista sobre pintores, escultores y fotógrafos de los siglos XIX y XX.
Cuando murió, Miguel Angel estaba por cumplir 89 años y vivía en una humilde casa que donada por los herederos del papa Julio II (Giuliano della Rovere) como parte de pago por la tumba del Pontífice que hubiera debido adornar una de las capillas de San Pedro y que, por enemistad de su sucesor, fue «desterrada» a la iglesia de San Pedro Encadenado, donde existe aún con su sublime Moisés en el centro.
La que no existe es la casa, demolida en el siglo XIX para construir el Victoriano, el monumento al primer rey de Italia, Victor Manuel II junto a la tumba al soldado desconocido. La fachada existe pero fue reconstruida en la colina del Gianicolo donde sirve para tapar un depósito de agua.
La casa de la plaza Macel de’Corvi, también desaparecida, no tenía más que dos cuartos, baño y cocina con un pequeño taller en la planta baja donde Miguel Angel esbozaba sus obras. En esa casa, Miguel Angel vivía «pobre y solo como un espíritu encerrado en una ampolla, dentro de una tumba oscura«, según afirmó en una carta que conserva la Casa Buonarroti de Florencia.
Dos médicos lo atendían cuando su estado de salud se deterioró y a su lado día y noche lo asistían su amado Tommaso de’Cavaliere, a quien cuando lo conoció tenía 22 años y le dedicó bellísimos sonetos de amor, solo comparables a los de William Shakespeare para el conde de Southampton, y al pintor y alumno Daniele da Volterra.
Menos de un mes antes de la muerte de Miguel Angel, el 21 de enero, el Concilio de Trento que, en función antiprotestante postergó las artes y las letras de medio mundo por casi tres siglos, decidió cubrir los desnudos de la Capilla Sixtina pero por respeto al artista esperó a su muerte.
Miguel Angel murió un viernes y el sábado por la mañana el gobernador de la ciudad se presentó a la casa para hacer el inventario de los bienes, mientras miembros del Santo Oficio buscaban dibujos o cartas comprometedoras. Pero tres días antes, Miguel Angel, consciente de su próximo fin, hizo limpieza y quemó todo, sobre todo su epistolario con la princesa Victoria Colonna, su protectora y confidente y para las almas beatas de los siglos venideros su gran amor heterosexual. Al día siguiente, su sobrino Lionardo llevó el cadáver a Florencia donde fue llevado a la Basílica de Santa Cruz, donde descansan los italianos célebres.
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Que brutos, no es «el museo de los oficios» , es el «museo dei Uffizi», un poco mas de cultura y menos de traductor online