VICTORIA | ENTRE RÍOS
Los dones del agua en Entre Ríos
A 450 km de Buenos Aires y frente a Rosario, esta pequeña ciudad rural se destaca por un parque acuático y termal de subyugante belleza. Fotos
ENTORNO NATURAL. Los piletones salados, calientes y con minerales, diseñados como un paisaje rocosos son una invitación para viajeros con mucha imaginación [ Ver fotogalería ]
Por Patricia Daniele
Cualquier época del año es buena para descubrir Victoria, una pequeña ciudad de Entre Ríos con alma rural y detenida en el tiempo, hasta que, en 2003, un gran puente la conectó con Rosario.
Y entonces floreció, especialmente en hotelería y gastronomía, de la mano de las termas más atractivas de la provincia, la seguridad de sus calles y la amabilidad de su gente.
El trazado de la ciudad es común a los pueblos del interior, con la particularidad de que Victoria se apoya sobre la ribera este del río Paraná. El centro es la Plaza San Martín, rodeada por la Parroquia de Nuestra Señora de Aranzazu, el Palacio Municipal. Y a unas diez cuadras, está el simpático Museo del OVNI.
Lo más destacado es la costanera, al pie de la barranca y a lo largo del riacho Victoria, un amplio espacio público arbolado, con balneario municipal incluido y el infaltable Club de Pescadores.
La mirada puede perderse en la inmensidad de ese río marrón y los islotes que se ven a lo lejos. No conviene perderse la oportunidad de visitarlos en el trimarán de Chulengo Safaris o aventurarse a pescar en la zona.
Desde hace un año y medio, el paseo familiar imperdible es la visita a Victoria del Agua, el parque acuático (entrada: $ 60) que fundó un grupo de vecinos para aprovechar el afluente de agua termal en la zona –salada y muy caliente– y, sin descuidar la naturaleza, dotarla de comodidades modernas.
El panorama que ofrece es espectacular: mucho verde, techos de paja sobre las pocas construcciones y un sinfín de piletas divididas en dos clases: las de agua termal diseñadas como si se trataran de un ambiente rocoso (Remansos del Irupé y Ojos de Agua), y las de agua dulce no termal, a temperatura ambiente; de diferentes profundidades y con toboganes para los más chicos.
Las aguas del Parque Termal Victoria del Agua son telúricas por su origen geológico, minerales por el nivel de sus residuos secos, mesotermales por su temperatura (de 35 a 40º C), de reacción alcalina por su pH y saladas por el alto contenido de cloruros y de sodio.
Luego de los baños de inmersión, se imponen las duchas, que se encuentran tanto en las inmediaciones de las piletas como en los vestuarios. Pero los efectos cosméticos permanecen dejando la piel y el cabello muy sedosos.
Los nombres de las diferentes zonas remiten a la fauna y flora local, y la señalética a los ancestrales dibujos de los indios Chaná, que aportan un toque inesperado de belleza. Allí, además de practicar termalismo y de nadar en las piscinas de agua dulce, se puede hacer aquagym y caminatas.
Además hay entretenimiento para niños, wi-fi, un gran restaurante con precios módicos y un Museo del Agua, espacio dedicado a fomentar el buen uso y la preservación de ese vital elemento.
La mejor ruta: en auto, tomando la Ruta Nacional Nº 12 hasta Gualeguay y luego por la Provincial Nº 11 hasta el km 450, Desde Rosario, por la Ruta 174.
Hospedaje: el Sol Victoria Hotel & Casino (5 estrellas), 3 noches, $ 1.980 por persona: www.hotelsolvictoria.com.ar
El dato: para conocer las islas del Paraná, Chulengo Safaris: www.chulengosafaris.com.ar.
Nota publicada en la edición del Diario PERFIL del sábado 21 de abril de 2012
TODO PIPI CUCU PERO OTRO HOSPEDAJE MAS A PRECIO SOMOS CINCO DE FAMILIA SI POR PERSONA ME SALE CASI $ 2000 ME DA TRES DIAS UN COSTO DE $ 10.000 CREO QUE UN POCO CARO PARA UN TIPO COMUN COMO YO LABURANTE
Es la pura verdad de lo que comentan, los depredadores de siempre. Me enoje con Gualeguaychu y ahora con Victoria, mis abuelos vinieron de europa como colonos, desde que tengo uso de razon voy a Entre Rios, adelantò mucho, pero se llenò del prototipo de argentinos que busca ajar, romper, ensuciar etc. Que diferente a la gente que vivia allì.
En particular no conozco Victoria pero adhiero a los comentarios anteriores.
En cualquiera de los miles de lugares hermosos que hay en el país no falta tampoco la
contaminación auditiva, sea la producida por los medios de transporte, las motos de agua, las motos, las lanchas, etc.Y la música a todo volúmen.La gente cada vez se conecta menos con el silencio y trata de aturdirse todo lo posible.¿De que estará huyendo?