España / Ciudad de otros tiempos
Burgos, un museo a cielo abierto
Aún conserva las 12 puertas que permitían acceder a la ciudad en la época del Cid Campeador. Galería de fotos.
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Por Eduardo Diana. Diario PERFIL
No hay trovadores ni caballeros con armaduras y espadas. Tampoco se ven mercaderes que ofrezcan sus mercancías a los gritos ni saltimbanquis. Sin embargo, entre altas murallas, monasterios y castillos se podría fantasear con haber hecho un viaje al pasado. Es que apenas se entra al casco histórico de Burgos, el esplendor de otros tiempos envuelve al visitante. Célebre por su catedral gótica y paso obligado en el Camino de Santiago, Burgos es un fascinante testimonio de la Edad Media.
Atravesada por el río Arlazón y cuna del mítico Cid Campeador, atesora magníficos monumentos y edificios medievales en perfecto estado de conservación. Situada en el norte de España, la ciudad –amistosa, de tamaño medio y con aires de pueblo– fue fundada en el siglo IX como bastión defensivo contra los ejércitos del islam, y se fue convirtiendo durante la Edad Media en una urbe con un gran desarrollo económico.
Todo ese poderío dejó una profunda huella en la ciudad. Un buen punto para empezar el recorrido es el amurallado cerro del Castillo, desde cuyos restos se obtiene una de las mejores perspectivas de Burgos. A los pies de esa colina se despliega el barrio medieval Gamonal. Entre sus angostas calles surgen a cada paso los ecos góticos, románicos y bizantinos que influenciaron a la ciudad hace 12 siglos. En esta zona se pueden visitar el arco de San Esteban, de estilo mudéjar, y la iglesia del mismo nombre, una maravilla gótica que alberga al Museo del Retablo, donde se conservan piezas de todos los pueblos del antiguo reino de Castilla.
Más adelante se llega al templo de San Nicolás, con su imponente portal, y al Palacio de Castilfalé, construido en el siglo XV. Joya del arte gótico Burgos es como un museo a cielo abierto y la pieza destacada de su colección es la Catedral de Santa María, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1984. La fachada del templo deslumbra con sus tres pórticos, sus esbeltas torres y sus agujas caladas, que obligan a alzar la vista durante un largo rato. Es una de las obras más importantes del arte gótico mundial y comenzó a construirse en 1221. En su interior atesora excepcionales obras de arte y muchos detalles que llaman la atención.
Al entrar, en lo alto de la nave mayor del templo, sorprende la imagen de El Papamoscas, un autómata con figura humana y rostro grotesco que aparece sobre la esfera de un reloj y, cada hora, hace sonar una campana mientras abre y cierra la boca. Los sepulcros góticos, esculturas y relieves renacentistas de las capillas merecen una visita pausada y atenta. También se destaca la Escalera Dorada, obra del arquitecto Diego de Siloé, una de las figuras clave del Renacimiento español. Debajo de una gran cúpula con una estrella vidriada de ocho puntas está la tumba del burgalés más famoso, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, junto al féretro de su esposa, Jimena.
Por la noche, cuando la fina estampa de Burgos se ilumina, se inicia la Ruta de la Luz, uno de los diez itinerarios sugeridos para conocer la ciudad y, tal vez, el más impactante de todos. Es un recorrido de 6 kilómetros –se puede hacer a pie o en un bus turístico– en el que se visitan treinta monumentos del casco antiguo y dura 50 minutos. En las afueras de Burgos hay dos monumentos de gran interés histórico y arquitectónico que no conviene dejar de conocer. En medio de una verde campiña se dibuja la silueta del Monasterio Santa María la Real de las Huelgas, del siglo XII, que aún funciona como orden de clausura. El complejo, panteón de reyes castellanos, combina elementos de arte cristiano y musulmán, y posee un museo con una magnífica colección de tapices y trajes de la monarquía medieval. Hacia el este de la ciudad está el monasterio de La Cartuja de Miraflores. Entre otras obras, se destaca un retablo policromado, que fue dorado con el primer oro que llegó desde América.
Al otro lado del río
A unos 200 metros del puente San Pablo, sobre el río Arlazón, está emplazado el mayor monumento que Burgos le dedicó al Cid: una estatua de bronce de cuatro metros de altura. En una pequeña plazoleta frente al Teatro Principal, la estatua del Cid –lo muestra en su caballo Babieca, con una larga barba y la espada en alto– está asentada en un pedestal de mármol rosado con inscripciones que aluden a sus hazañas. Muy cerca de allí se llega al Arco de Santa María, un impactante y señorial castillo del siglo XVI, que funcionaba como una de las 12 puertas que en el Medioevo permitían entrar al casco amurallado.
Allí desemboca uno de los extremos del Paseo del Espolón, uno de los lugares más lindos de Burgos. En medio del río Arlazón y las fachadas de antiguos edificios de pocos pisos con balcones vidriados, el elegante paseo se extiende entre filas de álamos blancos y castaños, decenas de fuentes, arbustos, esculturas y glorietas donde actúan bandas de música.
No hay que irse de Burgos sin pasar por sus bares de tapas. Siempre habrá dónde detenerse, porque –como dicen los lugareños– en Burgos cada puerta es un bar. Y en todos lados sirven deliciosos pinchos de morcilla o bacalao, y rebanadas de pan tostado con jamón crudo, aceite de oliva, tomate, ajo, huevo frito y chorizo. Todo acompañado con los amables vinos tempranillo de la cercana región de Ribera del Duero. En los bares y restaurantes siempre hay clima de distensión y alegría. Y si bien ya no hay juglares que relaten la vida del Cid Campeador, nunca faltan los lugareños que se ofrecen para contarle al visitante las hazañas del héroe castellano. En Burgos la historia todavía sigue viva.
Galería de fotos
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te fotos muy buenas de Burgos, cuando realicé el Camino de Santiago me tocó pasar por allí, si necesitan fotos de Toledo, Santiago de Compostela, etc, me avisan…
saludos
Solo debo decir que falto hacer mención a Atapuerca o al MEH (Museo de la Evolucion Humana). Son dos lugares muy importantes y sobre todo Atapuerca de gran orgullo para los burgaleses. Por lo demás gracias por llevarme de nuevo a una ciudad que fue mi casa
Hola a todos. Cómo burgalesa que soy, me siento muy orgullosa y feliz por poder mostrar parte de mí ,,de la historia de mi ciudad a todos mis queridos amigos argentinos,
saludos
MENCHU