BUCEO EN EL CARIBE

Las Caymán, un reino de vivos colores

Donde el buceo transcurre entre una fauna abundante, paredes y túneles. Aguas transparentes y cálidas como pocas en el mundo. Fotos

En Grand Cayman las inmersiones sorprenden con grandes formaciones coralinas, cardúmenes de jacks, gobios y pólipos en plena alimentación. [ Ver fotogalería ]

Ficha

Región: ,

Cuánto tiempo ir: , días

Cuándo ir:

Con quién ir: ,

Ideal para: , ,


Ver mapa más grande

Textos y fotos: Martín Mainardi

Teníamos una asignatura pendiente en la agenda: volver a las Islas  Cayman. Tan tentador como descubrir nuevos lugares es regresar a los ya conocidos cuando los recuerdos son muy buenos y generan el deseo de reeditarlos. Este archipiélago caribeño –conformado por las islas Grand Cayman, Cayman Brac y Little Cayman– es uno de los destinos de buceo más buscados, y allí viven amigos argentinos que le aportan al viaje un toque especial.

Sergio Coni dejó nuestro país en 1988 para instalarse en Cayman con el propósito de vivir del buceo deportivo. Hoy es el gerente general de Don Foster’s Dive, una de las operadoras más grandes y reconocidas, y lleva años casado con Tracy, una californiana con quien comparte su pasión por el agua, la fotografía y la aventura. Ellos nos recibieron en su casa junto con Esteban Andrades, amigo de la infancia de Sergio y que trabaja con él.

La actividad en las Cayman se identifica por dos características. Una es el buceo en paredes, ya que a poca distancia de la costa el arrecife cae en picada hasta las profundidades del océano. Esto facilita las inmersiones e influye en la claridad del agua y la cantidad de vida marina que podemos encontrar, incluyendo grandes peces de mar abierto.

El otro rasgo distintivo es la llamada Stingray City. Hace muchos años, cuando los pescadores regresaban de su faena esperaban ingresar a la enorme bahía norte de Grand Cayman para limpiar el pescado al abrigo de las costas, desechando las sobras por la borda. Un día de mal tiempo, el dueño de una operadora que había salido con su grupo, antes de abandonar decidió intentar un buceo en esa zona de arena baja y con algunos manchones de coral que anteceden a las paredes. Grande fue la sorpresa cuando se vio sorprendido por la aparición de cientos de rayas que, acostumbradas a que les lloviera comida cada vez que paraba una lancha, se quedaron allí durante todo el buceo.

El contacto con las rayas

Quien ha buceado aquí alguna vez quiere repetir la experiencia con estas criaturas, que permiten ser acariciadas como si fueran dóciles cachorros. En el caso de Mariela, mi pareja, quien nunca lo había hecho pero había visto fotos y escuchado relatos, de ningún modo pensaba dejar las islas sin haberse sumergido en este icónico lugar. Y hacia allí fuimos con Esteban como guía y un reducido grupo al cual se sumaron Romeo y Ailín, otra pareja de argentinos que está probando suerte en la hotelería de las Cayman.

En el camino, Esteban, con un peluche de raya stingray explicaba como sería el encuentro con estos animales, que disponen de un aguijón en la cola. Cuando estuvo todo listo, bajamos y nos afirmamos en el fondo, que no pasa de los seis metros.

Instantáneamente apareció una, y otra que se desenterró de la arena. Luego otra y otra. Llegamos a contar nueve, pero según el día puede haber decenas. Pasaban como volando por encima nuestro y eran ellas las que generaban el contacto con los buceadores. Esteban les ofrecía un poco de calamar y enseguida se acercaba alguna, que se quedaba mansa para ser acariciada hasta obtener su bocado. Iban y venían, y en más de una oportunidad aparecían desde atrás rozando su panza sobre nuestras  cabezas.

Apareció también un personaje del lugar: una gran morena verde con varios años encima que, copiando a las rayas, se dejaba acariciar por los visitantes pretendiendo comida, aunque a ella, por sus filosos dientes, no se la alimenta con la mano.

Cuevas, túneles y vida marina

Si bien este viaje tuvo más de vacaciones relajadas que de frenesí de buceo, hubo igualmente tiempo para dedicarle a los arrecifes. En las salidas de barco en Grand Cayman, la primera inmersión es siempre en una de pared, tratando de respetar la regla local de no bucear a más de 30 m de profundidad. Y luego un segundo tras menos de una hora de intervalo en superficie, en un arrecife poco profundo para mantenerse dentro de los límites del buceo no descompresivo.

La visibilidad siempre es muy buena y alcanza tranquilamente los 30 m en promedio. En las paredes, las formaciones coralinas dan lugar, en algunos sitios como Big Tunnels, a la existencia de cuevas, pasajes y laberintos a los que se puede ingresar y recorrer, ya que tienen varios metros de extensión. La vida marina es abundante, desde cardúmenes de grunts y snappers, hasta tortugas, barracudas y otros grandes peces como meros y tarpones.

Al estar los arrecifes próximos a la isla, pueden hacerse excelentes buceos desde costa, tal es así que justo en frente de Don Foster’s aprovechamos para efectuar varias inmersiones. Bien cerca de allí se encuentra Devil’s Grotto, un sitio muy conocido al que se llega nadando desde el muelle de la operadora. Se trata de una formación del arrecife con grandes cuevas en el coral, en las que los rayos del sol generan interesantes efectos. En diferentes días el repertorio se mantuvo y pudimos ver un gran cardumen de jacks seguido de cerca por grandes tarpones, un par de meros gigantes y una tortuga verde de las más grandes que he tenido la suerte de ver.

Inmersión nocturna

Una noche, guiados por Sergio hicimos un buceo desde la costa, en el que pudimos ver pequeños cangrejos camuflados entre las anémonas, pulpos, peces loro durmiendo en el fondo y una tortuga verde reposando en una restinga del coral. Ese día concluyó de la mejor manera: con un asadito bien argentino en casa, entre amigos, en el que no faltó un buen vino tinto que llevamos como regalo.

Nos quedó para otra oportunidad visitar el recientemente hundido Kittiwake, un antiguo buque de rescate de submarinos de la marina de los Estados Unidos, de 76 m de eslora, convertido en arrecife artificial –ya abundantemente poblado– frente a la hermosa playa Seven Mile. Para nuestra despedida de las islas, Tracy, Sergio y Esteban nos llevaron a recorrer la costa de Grand Cayman para conocer esos rincones a los que el turista común no suele llegar. Después pasamos un día de playa en el South Sound, haciendo snorkel y un poco de pesca con mosca, con la mejor compañía que se pueda encontrar tan lejos de casa.

 Datos

  • Ubicación: Al NO de Jamaica, entre Cuba y la costa de Honduras, Mar Caribe.
  • Acceso: Conexiones aéreas en Miami, Cuba y Jamaica.
  • Buceo: Don Foster’s (www.donfosters.com) está en Casuarina Point, a 10 minutos a pie de Georgetown, la capital. Sergio Coni tiene su propio emprendimiento de atención, asesoramiento y guía para buzos (www.sergiosdiveadventures.com).

 

Nota publicada en la Revista WEEKEND de Marzo de 2012

 

Un comentario en “Las Caymán, un reino de vivos colores

  1. Ana Lilian | 18/05/2014 | 3:04

    Ciertamente Grand Cayman es un hermoso paraíso para bucear Stingray es así muchas mantas que permiten se les alimente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

seis + 14 =