BRASIL / ALTERNATIVA MUNDIALISTA
Caraíva, el solitario paraíso brasileño con 12 kms. de playas
Caraíva es un pintoresco pueblo rodeado de selva, con un único «taxi» tirado por un burro y sin celulares. El rincón ideal para olvidarse de todo.
Algunas mujeres de la tribu de los Pataxó venden sus artesanías en la playa de Caraíva. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]
Un mar de color turquesa, playa de arena blanca, palmeras y jóvenes bronceados o bellezas en bikini: en pleno Mundial de fútbol, esta imagen cliché de Brasil aparece en estos días en muchas revistas y campañas de publicidad. Y aquí parece estar la cuna de este lugar común, en la Costa do Descobrimento, en el estado de Bahia.
En esta costa, cerca de Trancoso, la banda Kaoma grabó en 1989 el clip para «Lambada», el hit del verano de aquel año. Comparado con la belleza de la playa de arena de Caraíva, que tiene una extensión de 12 kilómetros, incluso palidece el glamour de Trancoso.
En esta playa de ensueño todavía es más probable que uno se encuentre con tortugas marinas que con turistas. También porque a los turistas les parece demasiado complicado llegar a este lugar: la carretera federal que conduce a Caraíva termina poco después de dejar atrás Trancoso. El camino de arena, que unas veces atraviesa una espesa selva tropical y otras veces pasa junto a praderas con enormes rebaños de ganado vacuno, está sembrado de piedras y baches profundos.
El pintoresco pueblo, rodeado de selva tropical y manglares, está situado en la desembocadura del río Caraíva en el Atlántico. No hay coches en las angostas calles sin pavimentar del pueblo. A esta encantadora localidad con sus casas multicolores de una sola planta sólo se puede llegar en los pequeños barcos que navegan por el río.
El único taxi para visitantes perezosos es un coche tirado por un burro. Aquí, el turismo aún está en mantillas, a pesar de que en los últimos años cada vez más turistas han descubierto esta aldea de pescadores de 330 habitantes.
«Todo cambió hace cinco años, cuando por fin tuvimos electricidad. Desde entonces también están viniendo más turistas», dice Duca, una brasileña de 80 años. En su restaurante vegetariano «Canto da Duca» ofrece cuadros pintados por ella y cursos de yoga, así como un sabroso desayuno. La ex bailadora de Lambada prepara ella misma el pan negro, la mantequilla y la mermelada de mango. Duca, originaria del sur de Brasil, ya lleva más de 40 años viviendo en Caraíva, su «paraíso terrenal».
Un paraíso que tiene el aspecto de una oasis olvidada de los viejos tiempos de los hippies y que, aun así, se está modernizando, como demuestra el hermoso hotel «Casa da Praia», en cuyo chiringuito se vende sushi en un ambiente chill out.
El idílico carácter del pueblo no ha desaparecido. Sólo raras veces hay cobertura de telefonía móvil y no hay ninguna discoteca. En los restaurantes, generalmente decorados con buen gusto, de vez en cuando actúan pequeñas bandas tocando música forró. Entonces, también los habitantes del pueblo se reúnen ahí para bailar.
Acabo de visitar caraiva y me enamore del lugar no hay palabras para describir tanta belleza.
Estuve en diciembre en Trancoso y tengo pena de no haber conocido Caraiva.