Irán, país complicado que vive un boom turístico

La elección del presidente Hassan Rohuani en Irán creó nuevas expectativas desde el año pasado, y el cambio de dirigencia se notó en particular en la imagen del país, como revelan las cifras de turismo hacia la antigua Persia. En los últimos meses se puede hablar de un auténtico renacimiento del turismo y un boom de visitantes: tanto como para «hacer crecer un 150 por ciento sobre base anual el número de turistas que visitaron Irán el mes pasado«, como escribió la agencia Isna, citada por Ansa.

Los flujos resultan particularmente dirigidos hacia zonas renombradas como Isfahan, Shiraz/Persépolis y Yazd, que están situadas en zonas cálidas o desérticas, aunque se trata de un calor seco que las hace mucho más tolerables. Otra de las principales metas es Teherán, una capital que supera los diez millones de habitantes y se extiende sobre 100 kilómetros. Allí se mezclan antigüedad y modernidad de un modo fascinante.

«Visitar Irán -explicó un responsable de la operadora turística iraní Adineh Travel- es realmente una experiencia que se presta para interpretar las vacaciones de modos diversos: el territorio tiene enormes altiplanos y desiertos, pero también lagos y bosques, dos mares (el Caspio y el Golfo Pérsico), y una red muy eficiente de buses y vuelos internos para trasladarse«.

«O bien se puede seguir la ruta histórico-arqueológica, una de las más importantes del mundo. La artesanía y la gastronomía, pero también las iniciativas culturales, vuelven a las ciudades particularmente vivaces. Y finalmente está la famosa hospitalidad iraní», agregó.

Para acompañar el fenómeno en estos días Hamid Masoumi Nejad, un periodista y escritor iraní que vive en Italia, presentó un DVD sobre su país donde se presenta una realidad diversa respecto de la que muestran las noticias de política internacional. «Irán -observó- a menudo es representado como un país complicado y caracterizado por muchas contradicciones, que demasiado seguido se traducen solamente en lugares comunes«.