36 Horas en Rangun: Luces de bengala en el Sudeste
Al sur de China, el país de los tres nombres (Myanmar, Birmania y Burma) posiciona a Rangún como destino turístico: pagodas, lujo y exotismo. Fotos
Al sur de China, el país de los tres nombres (Myanmar, Birmania y Burma) posiciona a Rangún como destino turístico: pagodas, lujo y exotismo. Fotos: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]
Por Cecil Miller Bouchet. The New York Times / Travel
Este es el momento de Myanmar, y Rangún, la ciudad más importante del país, está esperando convertirse en la próxima estrella del sudeste asiático. Misiones diplomáticas, delegaciones comerciales y turistas llenan los hoteles desde que el gobierno militar transfirió poder a los líderes civiles, en 2011. Este año, los reflectores seguirán enfocando a Myanmar (también conocida como Birmania y Burma), cuando asuma la presidencia de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. Mientras tanto, pagodas doradas, edificios coloniales, negocios tradicionales y maltrechas mansiones forman un tejido único, unido por avenidas arboladas.
1º día. Por Strand
Sobre Strand Road, el caótico bulevar ribereño de Rangún, edificios majestuosos como la Casa de Aduanas, la Oficina Central de Correos y la Embajada Británica lucen piedras y estuco que atestiguan el cambio de la ciudad como centro mercantil clave del Imperio Británico. Strand Hotel, un paraíso de tranquilidad, es una de las mansiones de la era colonial mejor conservadas y ha mimado a trotamundos desde 1901, creado por los hermanos Sarkie de ascendencia armenia, dueños del Raffles Hotel de Singapur.
También casa de River Gallery I es el sitio ideal para explorar el vigoroso arte contemporáneo. The Strand Bar cobra vida los viernes por la tarde con el happy hour de cerveza Dagon Beer (de barril, 3 mil kyats, o aproximadamente 3 dólares a un tipo de cambio de 940 kyats por dólar) o para beber un strand sour hecho con ron Mandalay. George Orwell y Rudyard Kipling solían venir aquí. Para cenar, en el majestuoso edificio de la Cruz Roja de Myanmar se encuentra el nuevo Union Bar & Grill. Otras opciones para cenar especialidades birmanas, desde ensaladas hasta distintos tipos de curry, está en el Restaurante Nacional de Myanmar Taing Yin Thar o el Khine Khine Kyaw (entre 10 mil y 15 mil kyats).
2º día. Tierra espiritual
La estupa con forma de campana de la Pagoda Shwedagon, el corazón espiritual de Myanmar, se eleva en esplendor dorado sobre Rangún. Resístase a la senda turística asimilando antes el vecindario de la colorida pagoda, empezando con un tazón de fideos mohinga (el desayuno de Birmania) en Myaung Mya- Daw Cho, un negocio tipo delicatessen situado en la calle Yay Tar Shay Old Street (500 kyats). Después, inspeccione negocios rebosantes de artículos religiosos budistas, juguetes de papel maché y remedios herbolarios para la salud antes de ascender las vertiginosas escaleras que llevan a la entrada oriental de la pagoda Shwedagon.
Contratando con anterioridad a un guía local, ganará conocimientos culturales. En Monsoon Restaurant & Bar podrá tomar un almuerzo pan-asiático (curry verde tailandés con carne de res y arrollados primavera vietnamitas) mientras la vida callejera continúa afuera, entre caballeros fumando habanos y mujeres con sombrillas. Escaleras arriba, en la organización Pomelo Boutique, se comercializa el trabajo de veinte grupos de artesanos birmanos. Las ganancias de la venta de joyería, cristalería, juguetes hechos a mano y textiles de tejedores tradicionales del estado de Rajine, agobiado por conflictos, se devuelven a las comunidades locales.
Camine o haga que su taxi pase frente al Secretariado, el espectacular laberinto victoriano de ladrillos y ex cuartel general del gobierno colonial donde el general Aung San, padre de la independencia birmana, fue asesinado en 1947. A pocas cuadras está la ribereña pagoda Botataung, donde los peregrinos se quedan embelesados ante íconos antiguos con incrustaciones de joyas y artículos religiosos (como “las arenas del Buda Gaya”) dentro del dorado santuario, construido luego de que un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial destruyera a la estupa original. El restaurante Le Planteur, cerca de la pagoda Shwedagon tiene una impactante bodega de vinos (¿alguien quiere un Château Pétrus 1950?). Además, envían un auto de su flota de colección (como el sedán Vauxhall 1947) para que un chofer lo lleve al restaurante.
3º día. Tarde de té
En un radio reducido, desde la pagoda Sule puede identificar hitos como la iglesia bautista Emmanuel, la mezquita Jameh bengalí-suní, la ex tienda departamental Rowe Company y el Ayuntamiento. Los platos de fideos son para los birmanos lo que la pasta es para los italianos. Cada región tiene sus propias interpretaciones. Los fideos picantes del estado de Shan, una montañosa región rural del este, que limita con Tailandia, Laos y China, tal vez sean los mejores. Los ohno kaukswe (fideos de coco) son el bocadillo favorito entre los birmanos.
El mercado Bogyoke Aung San es el lugar para comprar un longyi tipo sarong (entre 2.000 y 20.000 kyats), telas étnicas, joyería de jade, mercadería de laca y campanas. Luego de las compras puede unirse a la clase media de Birmania que conserva el gusto por el té de la tarde en el refinado Acacia Tea Salon, una mansión restaurada con veinte tipos de té importado para recuperarse del calor.