Roma se renueva pero oculta sus monumentos más emblemáticos

En toda Italia, la escasez de fondos públicos para restaurar los monumentos hizo a que grandes empresas del país hayan decidido renovarlos.

Una barrera transparente se levanta en torno al perímetro y un puente que se levanta sobre la pileta de agua de la que se bañaba la sirena cinematográfica Anita Ekberg en la película de 1960 "La Dolce Vita" permite al visitante ver el trabajo y acercarse a la estructura. Foto: AFP [ Ver fotogalería ]

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18 de julio de 2014

Quienes viajen a Roma por estos meses se llevarán una gran sorpresa: algunos de sus monumentos más emblemáticos, como la Fontana Di Trevi y el Coliseo del antiguo Imperio Romano están tapados por enormes andamios, en la última de una serie de restauraciones financiadas por empresas privadas de los monumentos más valiosos de Italia.

La Fontana di Trevi vive su renovación más grande en sus 252 años de historia. La representación en piedra de tritones guiando el carro del dios Océano se limpiará y en la fuente se instalarán nuevas bombas, iluminación artística y barreras contra las palomas, en un proyecto de 2,2 millones de euros ejecutado en los próximos 16 meses. El agua dejó de brotar de la fuente, que es el final de un acueducto que llevaba el «agua de la Virgen» a los antiguos romanos, para permitir que se lleven a cabo los trabajos patrocinados por la casa de moda italiana Fendi.

Levantada en la plaza que lleva el nombre de las tres vías que confluían allí, el presidente de Fendi, Pietro Beccari, dijo que el grupo conocido por sus bolsos de lujo había financiado el proyecto en parte por sus vínculos con Roma. Una barrera transparente se levanta en torno al perímetro y un puente que se levanta sobre la pileta de agua de la que se bañaba la sirena cinematográfica Anita Ekberg en la película de 1960 «La Dolce Vita» permite al visitante ver el trabajo y acercarse a la estructura. La última restauración se llevó a cabo hace 25 años, pero las nuevas técnicas desarrolladas desde entonces la convierten en la renovación más exhaustiva en la historia de la fuente.

En toda Italia, la escasez de fondos públicos para restaurar los monumentos llevó a que grandes empresas del país hayan apostado por renovarlos y en ocasiones salvarlos. La firma de zapatos Tod’s ha pagado por restaurar el Coliseo y la joyería Bulgari las escaleras de la plaza de España. En Venecia, el fundador de la firma de vaqueros Diesel, Renzo Rosso, participa en la restauración del puente de Rialto a cambio de usarlo en anuncios.

El Anfiteatro Flavio (el Coliseo) recupera poco a poco su esplendor y su piedra ya luce tonos ocres, amarillos y marfiles tras la retirada de los primeros andamios, colocados hace un año y que cubrían parte de sus arcadas. Se trata de la parte del monumento más próxima a la vía Labicana que comenzó a cubrirse ahora hace 12 meses, en una operación destinada a limpiar el mármol travertino de su fachada.

Avanza así la primera de las tres fases en las que se divide la restauración del monumento, que hasta el siglo XX conservó el liderazgo como estadio del mundo con mayor aforo. El plan contempla el saneamiento de las fachadas norte y sur del monumento, así como la sustitución de las 84 verjas exteriores para continuar, en las siguientes etapas, con la creación de un centro de servicios en el exterior de unos 1.600 metros cuadrados y la modernización de los espacios internos y lugares de tránsito.

No obstante, las obras no impiden la visita del anfiteatro a unas 17.000 personas al día —y hasta 34.000 los domingos, días de ingreso gratuito desde principios de este mes— con colas de turistas que en estos días de julio rodean prácticamente su perímetro para acceder a la arena y las gradas, de 52 metros de altura.

 

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