Exotismo, curry y cricket oriental en Sri Lanka

Colombo es una colorida urbe del Indico donde se respira un ambiente isleño relajado. Con reminiscencias europeas teñidas por el sabor de los cangrejos y el arroz bien sabroso, es un buen destino para entender hacia dónde va Sri Lanka.

Comienza en la estación de trenes y se despliega en varias calles agrupadas por rubros: joyas, hierbas, frutas, etc. Hay miniplacas en el centro y el cangrejo es el plato básico de la ciudad. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]

Ficha

Región:

Cuánto tiempo ir: días

Con quién ir: ,

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Por Nell McShane Wilfhart (The New York Times / Travel)

Sri Lanka está tan atestado de seductoras actividades al aire libre que los visitantes a menudo parten de la capital uno o dos días después de su llegada, optando en cambio por pasar sus vacaciones en una playa del sur, avistando ballenas, o leopardos en un parque nacional. No obstante, Colombo se está convirtiendo rápidamente en un atractivo en sí mismo. Esta ciudad de 555 mil habitantes avanzó aceleradamente desde que en 2009 terminó una guerra civil de 25 años. Espacios modernos han abierto sus puertas y se respira un optimismo prudente combinado con un panorama cada vez más cosmopolita.

¿Tiene un apetito feroz? Pare en la espaciosa Pagoda Tea Room, discutiblemente el establecimiento culinario más antiguo de la ciudad (de alrededor de 1884) y ordene lo que casi todo srilanqués come en el almuerzo: “arroz con curry”, versión vegetariana o de carne. Luego, experimente la fusiónde las culturas cingalesa, tamil y musulmana en las atestadas calles de Pettah, el principal mercado de Colombo. Hombres ataviados con sarongs arrastran carros cargados con verduras, productos eléctricos rebasan los umbrales de las tiendas y las mezquitas compiten por espacio con los templos hindúes. La práctica de ayurveda, un sistema de medicina ampliamente difundido, puede encontrarse en abundancia sobre la calle Fifth Cross Street, y los negocios de joyas, muchos de ellos con las gemas baratas que han hecho famoso al país (zafiros, particularmente) se alinean en Sea Street.

Evite el inmenso calor del día con un paseo sobre Galle Face Green. Esta amplia franja de césped bordea el océano por un lado y el distrito de negocios por el otro. Las tardes y los fines de semana se llenan de una muestra representativa de los ciudadanos de Colombo, desde parejas de ancianos que disfrutan de la brisa del mar hasta jóvenes que juegan cricket, trotan o remontan barriletes. Justo antes de que caiga el sol, acomódese con un refrescante gin tonic en el venerable hotel Galle Face, construido por los británicos en 1864.

La terraza ofrece las mejores vistas de los ocasos de Sri Lanka. The Ministry of Crab combina dos de las tradiciones srilanquesas: el cricket y el cangrejo. Este elegante restaurante sirve cangrejos frescos de primerísima calidad en variantes de ajo, morrón, manteca y pimienta. The Ministry queda en el tan elogiado Antiguo Hospital Holandés, un edificio del siglo XVII con gruesas paredes y techos con tejas rojas que después de la guerra fue convertido en una hermosa estructura que cobija cafés y restaurantes de moda.

Para empezar el día, nada mejor que desayunar con los string hoppers, discos de fideos de harina de arroz, con un vaso humeante de chai que sirven en el sencillísimo aunque popular Amirthaa. Pasee por el lago Beira en botes a pedal con forma de cisne y luego visite el templo Seema Malaka, un centro de meditación diseñado por el arquitecto local Geoffrey Bawa, conocido por su característico estilo modernista tropical. Es un paraíso de tranquilidad en una ciudad plagada de tuk tuks (motocicletas de tres ruedas) que andan a los bocinazos y autobuses con canciones indias pop a todo volumen. Los anticuados aunque enternecedoramente románticos trenes de Colombo van directo a la costa. Por menos de un dólar compre un boleto en cualquiera de las estaciones de la era colonial y súbase para llegar a Mount Lavinia, un tranquilo vecindario del sur que alberga la mejor playa de la ciudad. En cualquiera de los numerosos bares costeros disfrute de una cerveza Lion fría.

Para la hora de la cena, regrese al centro de la ciudad en un tuk tuk y costee la Galle Road pasando frente a templos, mezquitas, iglesias, centros comerciales, restaurantes vegetarianos puros y nada pretenciosos, y vendedores de dulces de Bombay. Después, únase a los jóvenes adinerados de Colombo en QBaa, casa donde suena la mejor música en vivo y extranjeros, residentes y locales vanguardistas se reúnen para conversar informalmente, si es posible en cingalés, tomar sangrías y cócteles de champaña.

Indudable hito de Colombo, Barefoot es el lugar ideal para pasar un domingo tranquilo. El recinto es una combinación de galería de arte, cafetería y tienda, y el mejor sitio para comprar coloridos textiles hilados a mano, libros sobre Sri Lanka, juguetes de peluche hechos a mano y otros regalos. Entre las palmeras del jardín, disfrute jazz en vivo y ricas preparaciones como quiche de espinaca o gambas a la diabla, una picante combinación de camarones salteados con morrones, ajo y jengibre con arroz. Algo fuerte, como Sri Lanka.

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