MUNDO / TURISTAS ATERRORIZADOS
Un teatro escrito con sangre
El Teatro del Gran Guiñol, nacido en París a fines del siglo XIX, revive en San Francisco, Sydney y Buenos Aires.
Se trata del llamado Teatro del Gran Guiñol, un fenómeno de teatro de violencia y terror que funcionó en París entre 1897 y 1962. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]
Existe un producto cultural muy francés que sin embargo en Francia ya no se puede ver. ¡En cambio, en Buenos Aires, sí! Se trata del llamado Teatro del Gran Guiñol, un fenómeno de teatro de violencia y terror que funcionó en París entre 1897 y 1962. En el número 20 bis de la rue Chaptal, cerca de Place Pigalle y en los alrededores de Sacre-Coeur, Montmartre y todo ese universo de bohemia, floreció el género teatral que fundara Oscar Méténier, un policía que acompañaba a los condenados a muerte a la guillotina y que se formó en las artes escénicas con André Antoine, uno de los iniciadores del teatro independiente moderno en Francia.
En el edificio donde ahora tiene sede el International Visual Theatre, especializado en lenguaje de señas, hubo una sala con algo menos de 300 butacas listas para temblar. Allí la estética, distribuida en piezas breves entre las que podía haber también comedias, era “exageradamente sangrienta, con las emociones a flor de piel y con la sensación de que algo terrible estaba por pasar”, según lo define Raúl Zolezzi, director de la remake porteña del Teatro del Gran Guiñol. Había cuchillos, abundante sangre y gritos escalofriantes.
Pero, “muy al estilo francés –continúa Zolezzi–, es decir, con desparpajo y a la vez refinamiento, con limpieza y calculada organización. Nuestra mirada del siglo XXI hacia aquel teatro nacido a fines del siglo XIX destaca que esa violencia extrema estuvo planificada. Esto genera un efecto muy bello. El público asiste a una suerte de ritual preciosista. Hasta los elementos más groseros o traumáticos tienen un charme francés”.
No sólo actores y espectadores de Buenos Aires han sido seducidos por la movida retro del Teatro del Gran Guiñol. También otras ciudades del mundo, que brindan buenas excusas para viajar, como San Francisco y Sydney. Donde se asienta el puente Golden Gate, la compañía de teatro Thrillpeddlers difundió este arte durante diez años. Si bien ahora no tiene obras de este género en cartel, sí conserva materiales de investigación que se pueden consultar en el Hypnodrome Theatre (575 10th Street, San Francisco). Por su parte, los australianos de Theatre of Blood suelen organizar sus ciclos para comerse las uñas en el New Theatre (542 King Street, en Newtown, suburbio al oeste de Sydney). Pero lo más cercano está en el límite entre San Cristóbal y Once, en el teatro-bar-restaurante Hasta Trilce (Maza 177), donde Zolezzi y Ana Cinkö hacen cada viernes a las 23 “La noche del Gran Guiñol”.