LA SEMANA DE SANTA CRUZ | Parte II

Historias de piratas en San Julián, el puerto donde nació la Patagonia

Un fascinante destino con una fauna marina abundante y el recuerdo de Magallanes. Guía de sitios recomendados y Galería de fotos

Los tehuelches utilizaban botas de cuero de guanaco y dejaban al caminar por la estepa grandes huellas sobre la nieve, razón por la cual se los apodó “Patagones”, convirtiendo a Puerto San Julián en la cuna del topónimo “Patagonia”. [ Ver fotogalería ]

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31 de marzo de 1520. El sepulcral silencio de las aguas de Puerto San Julián se ve interrumpido por un lastimero crujir de maderas y el helado viento que impulsa las velas del barco. Hernando de Magallanes, el célebre navegante, y sus hombres creyeron haber encontrado la anhelada unión de los océanos. El capitán de la flota intentó calmar los ánimos de los sublevados, mandando oficiar el 1 de abril, Domingo de Ramos, la que sería la primera celebración católica en aquellas lejanas latitudes.

Cinco meses fueron los que permanecieron en el “Porto San Giulano” los tripulantes de la expedición de Magallanes. En el transcurso de los mismos entraron en contacto con los habitantes nativos de estas latitudes, los cazadores y recolectores Tehuelches, los «lugareños gigantescos».

«Anduvimos dos meses sin ver a nadie. Un día, de improviso, vimos un hombre de estatura de gigante, que estaba en la orilla casi desnudo, cantando y echándose polvo en la cabeza. Era tan alto que apenas le llegábamos a la cintura”, describió Antonio Pigafetta, cronista de la expedición de Magallanes, el primer encuentro de los europeos con el pueblo tehuelche o aonikenk en la bahía de San Julián.

Los tehuelches utilizaban botas de cuero de guanaco y dejaban al caminar por la estepa grandes huellas sobre la nieve, razón por la cual se los apodó “Patagones”, convirtiendo a Puerto San Julián en la cuna del topónimo “Patagonia. Las tranquilas playas de la bahía también fueron escenario de otros sucesos protagonizados por Charles Darwin o el legendario Sir Francis Drake, que ajustició en San Julián a un tripulante rebelde.

La ciudad se ubica a sólo tres kilómetros de la Ruta Nacional 3, a 350 km al sur de Caleta Olivia y 360 km al norte de Río Gallegos, la capital de la provincia de Santa Cruz. De aproximadamente 7.000 habitantes, la ciudad está emplazada en una pintoresca bahía entre Cabo Curioso y Punta Desengaño y constituye un lugar ideal para conocer, disfrutar y descansar situado en el litoral atlántico. Su clima árido, típicamente patagónico, el contacto con la naturaleza, el testimonio del pasado en pinturas rupestres que aún se conservan, la existencia de áreas protegidas con especies animales únicas en el mundo, hacen de Puerto San Julián un paraíso en la inmensidad patagónica.

Para la preservación de esa gran diversidad de especies se ha creado la Reserva Natural Península de San Julián, sobre la margen oriental de la bahía, a 25 km de la localidad. El lugar cuenta con más de 10.000 hectáreas en el que se pueden apreciar especies endémicas de la estepa patagónica, como el guanaco, el ñandú, el zorro colorado y el gris y el piche; de la fauna marina como las amigables toninas overas y los pingüinos de Magallanes; y de las aves marinas o costeras como biguaes, cormoranes imperiales y de cuello negro.

La Reserva se creó en 1986 con el objetivo de conservar y manejar la fauna y sus ambientes, recuperar y mantener el suelo y pastizal, reintroducir especies autóctonas en sus diferentes hábitat, realizar estudios científicos de las especies existentes y determinar lugares con fines turísticos. Por otra parte, existen dos loberías cercanas a la ciudad: una a 23 km al norte cerca de playa La Mina, donde habitan unos 250 lobos marinos sudamericanos, mientras la otra lobería, al sur de Puerto San Julián, en las playas de la estancia Makenke, está constituida por unos 600 ejemplares de la misma especie y unos 70 elefantes marinos.

Tanto el pingüino de Magallanes como la gaviota cocinera y el cormorán biguá pueblan el Banco Cormorán, que se encuentra a tan sólo 1 km de la ciudad, por lo que es común observar pingüinos en las playas del sector urbano o en las calles de la ciudad que no reaccionan a la presencia humana. Otros sitios de suma importancia para la preservación de especies regionales son el Banco Justicia y el área denominada “La cascada”, donde se concentran flamencos, y varias variantes de cisnes y patos.

Para explorar los islotes y bancos de arena que rodean la costa, se pueden realizar excursiones en lanchas que surcan la bahía hasta alcanzar la isla Justicia, poblada por gaviotines, cormoranes, skuáes, petreles y otras aves. Si prefiere la tierra firme, puede encontrar al sur de la ciudad el Gran Bajo de San Julián, una de las depresiones más profundas de la tierra, que alcanza 107 metros bajo el nivel del mar en Laguna del Carbón.

 

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