BRASIL

Así es la primera playa nudista legal de Río de Janeiro

15 de noviembre de 2014

El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, dio su aprobación oficial a la práctica del nudismo en la Praia do Abricó, la primera de la ciudad en la que está permitido legalmente. Los seguidores de la práctica nudista que frecuentan esta playa, en la zona oeste de la ciudad, venían reclamando el permiso oficial desde hace 20 años. «Hace tiempo que faltaba seguridad y respeto«, comentó Claudio Hailuc, representante de los nudistas de Abrico, citado por el diario local O Dia.

«Es una decisión valiente que ayuda a que Rio vuelva a ser referencia cultural y turística, sobre todo en vísperas de sus 450 años y de los Juegos Olímpicos de 2016«, comentó una militante de la práctica del nudismo en la playa, Paula Nogueira, quien espera también que esta práctica sea autorizada sucesivamente en las demás playas de esta metrópoli brasileña.

Hace un año, más de 2.000 personas confirmaron en Facebook su presencia en un topless colectivo en la playa de Ipanema en Rio, en el primer día del verano. «Siempre me pareció rara esta actitud puritana en Brasil, donde durante el carnaval se ven mujeres desnudas por todas partes pero el topless en la playa es un delito y la tanga es muy normal«, dijo en ese momento la organizadora del evento, Ana Rios.

Según informó el diario O Dia, hombres corpulentos y desnudos velan por la seguridad y el respeto de las buenas costumbres en la única playa nudista en Río de Janeiro. Sin portar armas y apenas cubiertos por anteojos oscuros y sombreros, los vigilantes recorren en días soleados toda la playa de Abricó, un área reservada cercada por montañas y vegetación tropical localizada en el Parque de Grumari, en el oeste de la ciudad carioca. Además de evitar la entrada de personas vestidas o la presencia de curiosos que merodeen entre la vegetación para espiar a los nudistas, los vigías imparten consejos de «etiqueta» en la playa, indica el informe.

Que las personas estén desnudas no implica que puedan incumplir las reglas. Entre las recomendaciones más comunes, los guardias invitan a los hombres que eviten miradas fijas a las mujeres o que entren de inmediato en el agua, si «la animación» es extrema. Si las recomendaciones no surten efecto, el siguiente paso es la orden de retirada al nudista inoportuno. Policías y pescadores son los únicos que pueden entrar vestidos en Abricó, pero para unos y otros valen también las mismas normas dictadas por los vigilantes de la playa. Por tratarse de un área de protección ambiental, la señalización que delimita la playa de Abricó, hecha por los mismos nudistas, desaparece con frecuencia por las olas del mar.