PATAGONIA / SANTA CRUZ

Los pingüinos de penacho amarillo, reyes de la costa santacruceña

Llegan hasta la Isla Pingüino, a 2.100 kilómetros al sur de Buenos Aires, en octubre y se queda hasta marzo. Espectáculo natural.

Foto: visitemosargentina.com [ Ver fotogalería ]

21 de noviembre de 2014

La portada del álbum Penguin de Fleetwood Mac, Ivan y Tobi en el juego en línea Club Penguin de Disney, el personaje del «Dr. Amor» en Happy Feet: son todos pingüinos de penacho amarillo, como los que se pueden ver en carne y hueso en una remota isla de la Patagonia argentina, junto a las costas de Puerto Deseado. El Parque Marino Isla Pingüino se encuentra 11 millas náuticas al sur de Puerto Deseado, localidad situada unos 2.100 kilómetros al sur de Buenos Aires, en medio de los paisajes que hace dos siglos fascinaron al naturalista inglés Charles Darwin.

Tanto la isla como la Ría Deseado, que avanza unos 45 kilómetros tierra adentro, son una importante reserva de vida marina: lobos marinos, ostreros, cormoranes, toninas, pingüinos y otras especies se dan cita en las aguas y en las costas. Pero el pingüino de penacho amarillo, que llega hasta la Isla Pingüino -antiguamente conocida como Isla de los Reyes- en octubre y se queda hasta marzo, es la estrella indiscutida de la región, ya que es uno de los pocos lugares accesibles en el mundo para avistar la especie, con inédita cercanía.

Antiguamente, paraban aquí para aprovisionarse de huevos de aves y grasa de lobos marinos (usada como combustible) las naves que viajaban hacia el Estrecho de Magallanes. La antigua factoría donde se procesaban lobos marinos ya no existe, pero sí queda un faro de la Marina argentina que funciona mediante energía solar. Se llega a la isla después de navegar unos 50 minutos por mar abierto, pasando por otras islas que funcionan como apostaderos de lobos marinos, muchas veces acompañados en el camino por toninas overas -endémicas de la región- y delfines.

Al llegar, la caminata lleva por un lado a una colonia de pingüinos de Magallanes, y del otro lado de la isla hacia la colonia de pingüinos de penacho amarillo. Ambas especies eligen lugares diferentes: el pingüino de penacho amarillo prefiere las zonas rocosas, ya que diferencia de los Magallanes puede saltar de roca en roca para llegar al mar. En la Isla Pingüino, las aves se aparean, empollan sus huevos y ven nacer a sus crías, a las que alimentan y enseñan a nadar en las frías aguas patagónicas.

La especie es particularmente vistosa por sus ojos color rubí y el penacho amarillo de la cabeza. Pequeños -pesan sólo 2,5 kilos- pueden llegar a ser muy agresivos cuando se trata de proteger a sus crías. Con cuidado de no tocarlos, se los puede ver y fotografiar a muy pocos centímetros de distancia, mientras conviven con otras especies de aves marinas y -en esta época del año- arman los nidos para recibir a sus crías, con restos de vegetación, plumas y algas.

 

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