DINAMARCA
El encanto de Copenhague en época navideña
Cafés con los platos más típicos y casas de diseño. Mercados callejeros con vino caliente, wafles y otras delicias nórdicas…
Miles de personas se agolpan en la zona peatonal: Copenhague es un destino popular para las compras navideñas. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]
Con sus múltiples colores y su aspecto apetitoso yacen en el gran plato adornado con motivos navideños: smushis es el nombre de los pequeños bocadillos. Una palabra formada por la combinación entre los típicos panes daneses llamados smorrebrod y sushi. Sin embargo, entre las gambas y el huevo aparece un sabor curioso: aguja de abeto. Es tiempo de Adviento en Copenhague, también en el «Royal Smushi Café». Al fondo de la cafetería hay una mesa redonda de madera con un árbol de Navidad en el centro. De vez en cuando se cae del árbol una aguja, que aterriza en los trocitos de arenque, salmón y carne de ternera o cerdo de los smushis.
El «Café Real» es un lugar único: «Nuestra idea fue buscar muchos socios y abrir un café donde todos los productos se colocan a la vista«, dice la dueña, Lo Ostergaard. En las mesas hay platos de la famosa proveedora de la Casa Real danesa Royal Copenhagen, cuya tienda insignia se encuentra directamente al lado. Naturalmente, también forman parte de la decoración de la cafetería creaciones de Georg Jensen, Fritz Hansen, Bang & Olufsen, Kvadrat, Carlsberg, Holmegaard y otras marcas selectas danesas. «Estas cosas no solo están aquí para que la gente las mire, sino que muchas de ellas también las pueden comprar nuestros clientes«, dice Lo.
El «Royal Smushi Café» está situado en la plaza Amagertorv, en la Strøget, la zona peatonal más antigua del mundo, que ya a partir de mediados de noviembre está adornada con ambiente prenavideño: abetos reales, luces de cadena y corazones rojos tendidos sobre la calle comercial. Como en todas partes, la Navidad también es una fiesta para los pequeños comercios en Copenhague. Muy popular es el diseño en todas las variantes. En la tienda de Karsten Lauritsen, en el barrio de Vesterbro, los clientes entran y salen constantemente. Lauritsen es el fundador del Designer Zoo, una mezcla de galería, comercio y taller.
Joyas de cerámica, vasos de porcelana, ropa de punto extravagante, tazas, jarras: se pueden comprar los productos de siete diseñadores. Lauritsen tuvo la idea de ofrecer a los artistas un espacio donde conjuntamente pueden vender sus diseños. «Las pequeñas tiendas también son bonitas, pero es más fácil que la gente se junte«.
No importa si el ambiente es navideño o no: en los numerosos comercios de diseño, cada quien puede encontrar un regalo extravagante en las semanas previas a la fiesta. Por ejemplo, en Normann Copenhagen, en la calle Osterbrograde. En una superficie de 1.700 metros cuadrados, quienes no están interesados en la Navidad pueden curiosear entre las piezas de diseño para la casa, la cocina y el cuarto de los niños.
Para los que quieran visitar durante la época prenavideña la atracción más concurrida de Dinamarca, el Tivoli, también tienen que aguantar largas colas. Este parque de atracciones se convierte durante el Adviento en un país invernal de las maravillas con miles de pequeñas luces y ornamentos de cristal, puestos para la venta de adornos para el árbol de Navidad, cosas de lana calientes y un poco de kitsch. Quien tiene los pies fríos con las temperaturas del Adviento danés se busca uno de los puestos donde espera la mayoría de la gente, porque allí hay vino caliente con especias, wafles y galletas de jengibre. (dpa)