BELÉN / PALESTINA

Galería de fotos | «Aquí dio a luz la Virgen María a Jesucristo»

Construida por orden del emperador romano Constantino en el siglo IV, la Basílica de la Natividad está inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco. Importante destino religioso y turístico, recibió 1 millón de visitas en 2018. Galería de fotos

La Basílica de la Natividad se encuentra a 10 kilómetros al sur de Jerusalén sobre la gruta donde la tradición dice que nació Jesús. Foto: AFP [ Ver fotogalería ]

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Publicado el 21 de diciembre de 2018

La ciudad palestina de Belén se renueva cada Navidad porque en su interior se encuentra el sitio donde, según la tradición cristiana, nació Jesucristo. En esta época, miles de turistas viajaron a esta ciudad de Cisjordania, y en los primeros once meses de este año llegaron más de un millón, superando cifras de 2017, con fuertes expectativas positivas para las festividades navideñas.

El alcalde de la ciudad bíblica, Anton Salman dijo que ahora Belén «es segura» y que sus puertas «están abiertas a todos, no solo durante el año sino especialmente en este período».

La Iglesia de la Natividad se encuentra en el corazón de esta cuidad y fue construida sobre la que se considera la gruta en la que nació Jesús (en la época del nacimiento de Jesús, las grutas solían emplearse como establos). Erigida por orden del emperador Constantino, responsable de la legalización del cristianismo en el Imperio Romano, en el siglo IV, es una de las iglesias más antiguas que se conservan hoy.

Desde el año 2013 la Basílica viene siendo sometida a una profunda restauración y trabajos de seguridad, y esta Navidad prevén que sea la última inmersa en intensos trabajos pues se espera reinaugurarla en 2019. Impulsada por el Comité presidencial palestino de Ziad Al Bandak junto con tres confesiones cristianas (católica romana, armenia y ortodoxa) y 30 promotores internacionales, la restauración está a cargo de una empresa italiana que hizo redescubrir las maravillas del templo.

Adornada con trabajados mosaicos de mármol, el primer templo dedicado a la Natividad en Belén fue reconstruido por el emperador bizantino Justiniano durante el siglo VI, con un diseño mucho más elevado que no pudo resistir la invasión persa del siglo VII, pero no fue hasta el siglo XI, con las victorias de los soldados que lucharon en las Cruzadas cuando el templo fue renovado para conservar la esencia de la época de Justiniano con algunas ampliaciones.

El lugar donde los cristianos veneran el nacimiento de Jesús es una gruta de forma rectangular, de 12,50 metros de largo, 3,50 de anchura y 3 de altura, ennegrecida por el humo de las lámparas que los barbudos monjes greco-ortodoxos mantienen siempre encendidas. Desde las Cruzadas, partes de la iglesia pasaron a ser propiedad de las comunidades ortodoxa griega, ortodoxa armenia y católico romana.

El cuerpo principal de la Basílica, incluida la nave, los pasillos el “katholicón” (el coro y el santuario), el crucero sur y el Altar de la Natividad en la gruta pertenecen a la Iglesia ortodoxa griega. La Iglesia latina (católica romana) tiene la propiedad exclusiva del Altar de la Adoración de los Reyes Magos en el área de la Gruta de la Natividad, conocida como “la Gruta del Pesebre”.

La Iglesia latina conserva también la propiedad de la estrella de plata debajo del adyacente Altar de la Natividad, con la inscripción “Hic de Virgine Maria Jesus Christus Natus Est” (“Aquí dio a luz la Virgen María a Jesucristo”). La entrada de la iglesia habla de un periodo de persecución. Se buscaba que fuera tan estrecha y con techos tan bajos que impidiera el acceso de hombres a caballo. Una estrella tan deslumbrante como la que guió a los Reyes Magos hasta el pesebre en el que nació Jesús.

La restauración de la Basílica no incluyó a La Gruta, la cripta donde la tradición indica que se llevó a cabo del parto de María. Al terminar los trabajos, que comprenden un mejoramiento contra sismos, nueva instalación eléctrica y un sistema contra incendios, el problema por delante será el del mantenimiento.

«El recorrido de la visita debería ser reglamentado así como establecido el número de las personas que ingresan a la vez. La idea podría ser crear un ‘Museo de los Hallazgos’, en el cual recibir a las personas en espera, antes de la visita», concluyó Piacenti. Por estas horas Belén ya se prepara para la solemne misa de Navidad en la Basílica de la Natividad en la que son esperados, como cada año, el presidente palestino Mahmoud Abbas y el premier Hamdallah, entre otras altas autoridades locales.

Nuevo esplendor, nuevos desafíos

La asistencia a sitios como Belén se vio gravemente afectada en los últimos años por los efectos del conflicto israelo-palestino, la violencia y, en 2017, el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de la administración del presidente estadounidense Donald Trump. Pero el turismo registró en 2018 su mejor temporada desde hace años en Belén. De hecho, cerca de 2,8 millones de turistas visitaron los territorios palestinos este año, en comparación a los 2,5 millones del año pasado, según el ministerio palestino de Turismo.

«Los hoteles cosechan índices de ocupación particularmente altos para el periodo de Navidad», indica Elias Al Arja, presidente de la Asociación de Hoteles palestinos a la AFP. «Teníamos índices del 72% o 74% en 2018”, y las cifras deberían ser aún mejores para finales de diciembre, precisa. La multitud de visitantes podría ser aún mayor, pues tras años de restauración la Basílica recuperó su esplendor.

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D.S.

 

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