Oswiecim / Polonia

Auschwitz como destino turístico, un lugar para no olvidar

Más de 1,5 millones de personas visitaron el año pasado Auschwitz-Birkenau, el mayor de los campos de exterminio alemanes: un nuevo récord.

Las torres de vigilancia y las verjas de entonces, siguen hoy día en pie. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]

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El ambiente en la plaza central de Oswiecim está tranquilo. Los autobuses del touroperador en Cracovia, situada a 60 kilómetros de distancia, evitan pasar por la idílica pequeña ciudad del sur de Polonia. Se dirigen a aquella localidad que desde hace más de 70 años ensombrece a Oswiecim: Auschwitz. Más de 1,5 millones de personas visitaron el año pasado Auschwitz-Birkenau, el mayor de los campos de exterminio alemanes: un nuevo récord. Muchos turistas que visitan Cracovia quieren ver el campo de concentración.

Como monumento, Auschwitz no deja de impresionar. «Terrorífico«, dice Finn, un alemán de 17 años quien junto con sus compañeros de curso visita Auschwitz en el marco de un viaje de varios días por los sitios históricos de la región. «Te da miedo cuando ves todas esas gafas o zapatos y te das cuenta que pertenecían a los muertos. Esa sensación es muy diferente de cuando te cuentan lo ocurrido allí durante la clase de historia«.

Finn  y sus compañeros de clase han sido invitados a pasar un par de días en el Centro Internacional de Encuentro Juvenil en Oswiecim. Maria Pedrak, vicealcaldesa de Oswiecim, conoce bien la sombra que el campo de Auschwitz viene proyectando desde hace muchos años sobre la pequeña ciudad. «Quien acaba de estar frente a las montañas de cabello de los asesinados o frente a las ruinas de las cámaras de gas no tiene ganas de visitar en Oswiecim un café o un bar. Lo entiendo«.

Hace diez o 15 años, Oswiecim todavía parecía estar atrapada en el recuerdo. Era difícil atraer a nuevos inversores porque el nombre de Auschwitz era un estigma. Actualmente, sin embargo, la ciudad, cada vez más segura de sí misma, recuerda a los visitantes que su historia no abarca únicamente los años en que más de 1,1 millones de personas fueron asesinadas en Auschwitz durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. «Oswiecim es más antigua que Cracovia», dice Pedrak.

En el Museo del Castillo, situado en la periferia del centro histórico, se evoca el recuerdo de Oswiecim de antes de la guerra, la pequeña ciudad de Galitzia cuyos habitantes eran en gran parte judíos. Un panel en la plaza central recuerda a las familias judías que aquí se dedicaban al comercio.

En Oswiecim, el tema del antisemitismo es mucho más sensible que en muchas otras ciudades polacas, dice Tomasz Kuncewicz, director del Centro Judío en Oswiecim. «Aquí no hay esa clase de graffiti que se puede ver demasiadas veces en otros lugares». Una parte del Centro Judío es la sinagoga reconstruida. «El último habitante judío de Oswiecim murió poco antes de la inauguración del centro«, dice Kuncewicz. Sin embargo, cuando vienen aquí grupos de turistas judíos, tienen una sinagoga donde rezar«. Algunas viejas relaciones entre la comunidad judía y la ciudad se han restablecido. Una familia judía que en el último minuto logró escapar de los nazis ha comprado una casa y pasa varias semanas al año en la ciudad.

Gesine, una joven alemana de 18 años, también trabaja como voluntaria en el Centro Judío de Oswiecim. «Esta es una pequeña ciudad totalmente normal«, dice al hablar de su vida en Oswiecim. Al igual que muchos de sus amigos polacos le causa cierta irritación cuando una y otra vez le preguntan si no es horrible vivir aquí con el antiguo campo de exterminio a la vuelta de la esquina. Gesine admite que ella se hacía la misma pregunta antes de venir aquí. «Sin embargo, he comprobado que aquí se vive sin pensar cada día en Auschwitz».

Datos útiles: Memorial de Auschwitz y Oswiecim

Lo más fácil es reservar una visita al memorial en alguna de las numerosas agencias de viajes en Cracovia, que ofrecen visitas guiadas de un día entero en varios idiomas. Quien quiere visitar individualmente el antiguo campo de concentración puede viajar desde Cracovia en autobús o tren. El viaje dura entre 1,5 y 2,5 horas. Entre el campo de Auschwitz y Birkenau también circulan autobuses directos. La entrada al memorial es gratis. Una visita guiada cuesta por persona el equivalente de unos diez euros (unos 11 dólares). El centro de la ciudad de Oswiecim se puede recorrer fácilmente a pie. La distancia entre la sinagoga, la plaza central y el castillo es de unos cientos de metros

 

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