NATURALEZA EN MÉXICO
Cancún: florece el turismo para avistar tiburones ballena
Cientos de turistas se desplazan en más de 200 barcos hacia los lugares donde se alimentan estos animales gigantes, frente a las islas de Holbox, Contoy e Isla Mujeres.
En la costa de México las ballenas y los buceadores nadan muy próximos. Foto: dpa [ Ver fotogalería ]
Frente a la costa de la península mexicana de Yucatán se desarrolla en los meses de verano un espectáculo único: cada mañana, cientos de tiburones ballena hambrientos suben a la superficie del agua para buscar alimentos. Al mismo tiempo, cientos de turistas se desplazan en más de 200 barcos hacia los lugares donde se alimentan estos animales gigantes, frente a las islas de Holbox, Contoy e Isla Mujeres.
Allí saltan al agua con equipos de snorkel para acercarse a los animales. Aún se desconocen las consecuencias de esta atracción turística para la fauna marina. Según el biólogo marino mexicano Francesco Molina, el área marítima entre el Golfo de México y el Caribe es uno de los lugares de alimentación más ricos del mundo. Gigantescas cantidades de plancton provenientes de las regiones frías del Atlántico llegan a la superficie de esas aguas, donde se desarrollan magníficamente.
Toda clase de peces se desplazan a esa zona para devorar el plancton: sardinas, atunes, marlines, delfines, tiburones, mantarrayas y, por supuesto, tiburones ballena. El turismo en México para observar tiburones ballena existe desde hace pocos años. Los primeros barcos con turistas se dirigieron en el año 2002 al encuentro con los tiburones ballena al norte de las islas de Holbox y Contoy.
En ese entonces, la situación todavía era paradisíaca: solo tres o cuatro barcos con un máximo de 40 turistas se desplazaban diariamente a los lugares de alimentación. Hoy se dirigen hacia allí más de 200 barcos con hasta 2.300 turistas. Quedaron atrás los años en que los buceadores estaban solos con los tiburones. En un buen día, las excursiones generan ingresos de hasta 400.000 dólares.
Los viajes hacia los «dominós», tal como los pescadores llaman a los tiburones ballena por las puntas negras que tienen en el lomo, se han convertido en una de las grandes atacciones en el Caribe mexicano. En realidad, los tiburones ballena, que pueden llegar a medir 16 metros, son individualistas. Viven en los mares tropicales de todo el planeta y se alimentan principalmente de plancton y huevas.
En otras regiones del mundo atraen a los tiburones ballena con alimentos para que los turistas puedan ver algunos ejemplares. En Cancún, esto no es necesario. En agosto de 2009, el biólogo Rafael de la Parra, quien lleva años estudiando a estos animales, contabilizó en un solo día, al sobrevolar la zona, 420 ejemplares. «Es la mayor concentración que jamás se haya avistado en todo el mundo«, asegura.
A De la Parra le preocupan los efectos del turismo: «Son demasiados barcos los que perturban a los tiburones«. En algunos días incluso llegan a ser acosados por los nadadores. Las autoridades mexicanas están pensando en cómo organizar las actividades turísticas de tal forma que la fauna marina se vea afectada en la menor medida posible, que los pescadores tengan sus ingresos y que la industria turística pueda hacer un buen negocio.
Se está considerando reducir el número de licencias, limitar la cantidad de barcos y nadadores, y exigir el estricto cumplimiento de las normas de conducta en mar abierto. Francisco Remolina, ex director del parque nacional Isla Contoy, tiene sus dudas porque las licencias las otorgan diferentes instituciones. «Sería un escándalo de alcance mundial si no logramos proteger a los animales y, con ello, el ecosistema único».