Akuna matata, bwana!
“El monte Kenia se escala en varios días, en etapas que terminan siempre en un refugio del cual después de las 6 de la tarde no se deja salir a nadie, porque al anochecer salen a cazar los leopardos y las hienas. …
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“El monte Kenia se escala en varios días, en etapas que terminan siempre en un refugio del cual después de las 6 de la tarde no se deja salir a nadie, porque al anochecer salen a cazar los leopardos y las hienas. Es sabido que todo escalador que se pierde y no llega a esos refugios a esa hora, nunca más es encontrado.
“Yo había llegado a uno de los últimos refugios a las cinco y media de la tarde. Allí nos esperaba una camioneta algo destartalada que nos llevaría a los dos guías y a mí hasta el refugio de la puerta del parque. Avanzamos unos 5 km y la camioneta quedó enterrada en el barro. Intentamos moverla hasta que uno de los guías tomó su bolso y me dijo: ‘Volvamos rápido al refugio antes de que caiga la noche’.
“Noté con preocupación que los dos guías y el conductor caminaban cada vez más rápido y que de pronto empezaron a trotar. Recordé que allí, en pleno Ecuador, el atardecer llega en sólo 5 minutos. Yo venía cansadísimo porque acababa de subir la montaña.
«El guía me gritó en swahili, ‘Akuna matata, bwana! (no hay problema)’, creyendo que me iba a tranquilizar. Recordé que los mejores maratonistas del mundo son quienes provienen, precisamente, de Kenia, y la escena me pareció insólita: yo, corriendo para escapar de la noche y los posibles animales que salían a cazar… y encima, ¡haciéndolo detrás de los mejores corredores de larga distancia del mundo! Llegamos al refugio justo con la caída de la noche. Pero fue un momento difícil, que me hizo comprender un poco mejor cómo es África.”
Hernán Lanvers
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