MEISSEN / ALEMANIA

Castillo de Albrechstburg: Gótico, sajón y el más antiguo de Alemania

Fue erigido en 1471, cuando los líderes de la dinastía Wetting decidieron plantar aquí una obra que acogiera a la corte real y explicara en ladrillos el poderío del reino. Fotos

Fue erigido en 1471, cuando los líderes de la dinastía Wetting decidieron plantar aquí una obra que sirviera de acogida a la corte real, y que explicara en ladrillos el poderío del reino. Foto: PERFIL [ Ver fotogalería ]

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Por Pepo Garay (Diario PERFIL)

Cuesta nombrarlo, con tan poquitas vocales que carga: “Albrechst-burg, Al-brechst-burg”, apenas ayuda la división de sílabas. Pero basta con contemplarlo en serio, con admirarle la impronta de gótico tardío desde la intensidad, para que la alquimia entre el viajero y el castillo más antiguo de Alemania resuelva solita la cacofonía: “Albrechstburg”, suelta la lengua, ahora sonora y confiada. Ahora, que se abran los portones.

Ubicada en la localidad de Meissen, en los alrededores de Dresden (al centro-este del país), esta fortaleza infla el pecho y los muros impecables y ancianos cada vez que alguien cita sus credenciales. Uno de los castillos más emblemáticos de Europa, el primero de la región central de viejo continente en haber sigo construido con fines habitacionales y no militares, baluarte del desaparecido Reino de Sajonia y, originalmente, hogar de la primera fábrica de porcelana de Occidente.

Fue erigido en 1471, cuando los líderes de la dinastía Wetting decidieron plantar aquí una obra que sirviera de acogida a la corte real, y que explicara en ladrillos el poderío del reino. A juzgar por las inmensas torres (cuyas cúpulas recuerdan a los típicos sombreros teutones de guerra), los soberbios tejados y la figura general de pintas inexpugnables, lo consiguieron con creces.

Desde entonces Albrechstburg reposa en una tenue colina al borde del río Elba. Lo acompaña la Catedral de Meissen, más añeja, más alta y más gótica que su vecino. La cofradía de ambos elementos da como resultado una postal majestuosa.

Ya en el interior del castillo/palacio/museo y su ambiente acogedor (hasta parece que hubiera doncellas revoloteando), el pasado conquista. Imposible no rendirse a la danza de los siglos con esos pisos de mármol y escudos que huelen a leyenda, con esos vitrales arco iris venidos del Medievo, con esas columnas delirantes que se transforman en bóvedas multiojivales e hipnóticas.

Sigue el inventario, de la mano de ventanales interminables (otra virtud del gótico), extravagante escalera en espiral, estatuas a colores de héroes sajones y paredes repletas de pinceladas doradas, celestes y bordó. También en los muros destacan cantidad de frescos del siglo XIX: las estrellas son reyes, príncipes, duques, caballeros y un pueblo que, al menos en las pinturas, no hace más que admirar a sus gobernantes.

En las salas comunes y habitaciones se aprecia el modo de vida de hace 300, 400, 500 años (sorprenden los inodoros y las fosas de letrinas), gracias al mobiliario original y otros elementos de la época.

Para el final, toca descubrir la faceta más artística de Albrechstburg. Porque aquí funcionó la primera fábrica de porcelana de Europa. Lo cuentan decenas de tesoros de ese material dispuestos en distintas salas. Nacido en 1710, el emprendimiento llegó a contar con 700 obreros, por lo que alrededor de 1860 debió ser trasladado a su sede actual (a unas veinte cuadras).

Allí, la mundialmente famosa fábrica de porcelana de Meissen continúa elaborando objetos a los que sólo los bolsillos más prósperos acceden (un platito puede costar US$ 200). En el museo, el viajero menos acaudalado se conforma con reverenciar las maravillas, y las manos que las engendran.

[GALERÍA DE FOTOS]

  • DÓNDE. Ciudad de Meissen, centro-este de Alemania, a 25 km de Dresden (Estado Federado de Sajonia).
  • CÓMO IR. Desde Dresden se toma la ruta 6 (Autopista) en dirección noroeste.
  • INGRESO. Se adquiere en el mismo castillo. Tiene un costo de 8 euros. Para niños y jóvenes de entre 6 y 15 años hay un descuento del 50 %. Menores de 6 años, gratis.
  • HORARIOS. Entre marzo y octubre, permanece abierto de 10 a 18. El resto del año, de 10 a 17.
  • HOSPEDAJE. En Meissen hay una buena cantidad de alojamientos con amplio espectro de precios. Se consiguen habitaciones individuales desde 35 euros y dobles desde 49 euros. Una opción más económica es el hostel local: 18 euros (cuarto compartido).
 

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