El lujo de los cruceros ya no es lo que era

Para mucha gente, un viaje por mar es sinónimo de vivir como un rey a un precio elevado. Sin embargo, ¿qué es exactamente el lujo a bordo de un crucero?

Hoy el objetivo es atraer al hombre de negocios estresado que al menos durante las vacaciones quiere dejar el traje en casa. Foto: Pixabay [ Ver fotogalería ]

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(3 de agosto de 2015) Casi ningún sector turístico está tan asociado con el término lujo como la industria de los cruceros. Para mucha gente, un viaje por mar es sinónimo de vivir como un rey a un precio elevado. Sin embargo, ¿qué es exactamente el lujo a bordo de un crucero?

«El lujo siempre es también un término diferenciador«, dice Karl J. Pojer, director de la empresa Hapag-Lloyd Cruceros en Hamburgo. Él sabe de qué está hablando. Su compañía es dueña de los únicos dos barcos en el mundo a los que la Berlitz Cruising & Cruise Ships Guide» asignó cinco estrellas: el «Europa» y el «Europa 2«.

El mito de un crucero como sinónimo de lujo y esplendor se remonta a los primeros años de existencia de este sector. El primer auténtico crucero en el mundo, el «Princesa Victoria«, construido en 1900, marcó las pautas. Parecido a un yate privado, el barco, de 122 metros de eslora, con sus lujosos camarotes, la hora del té y noches de gala con ostras y champán y traje de noche sirvió de modelo para los cruceros durante poco más de 100 años.

Hoy, la buena comida y las bebidas caras siguen siendo parte integral del lujo a bordo de un crucero. Incluso en el «Sea Cloud», que más bien es un pequeño velero tradicional deportivo, propiedad de la naviera Sea Cloud Cruises en Hamburgo, el pasajero recibe a su llegada una copa de champán. Durante mucho tiempo, en la mayoría de los barcos del segmento de lujo se servían hasta siete comidas diarias. Esta tendencia se está revirtiendo actualmente.

Durante mucho tiempo, en los cruceros lujosos se exigía ropa formal para la cena y cada segunda o tercera noche también traje de gala. Hoy, muchas navieras proclaman como lujo lo contrario. Por ejemplo, en el crucero «Europa 2», que entró en servicio en 2013, el lema es «21 nudos y ninguna corbata». En los barcos de la naviera francesa «Ponant» tampoco es necesario llevar ropa formal. El objetivo es atraer al hombre de negocios estresado que al menos durante las vacaciones quiere dejar el traje en casa.

Otro indicador de lujo es la proporción entre pasajeros y tripulantes. El primer crucero, el «Princesa Victoria«, alcanzó casi la proporción ideal de 1:1, con 161 tripulantes para 192 pasajeros. Durante décadas, este barco estableció la norma para cruceros de cinco estrellas. Gracias a la técnica, esta proporción se ha ido reduciendo a lo largo de los años, para situarse aproximadamente en 3:4. Un ejemplo es el «Seabourne Odyssey«, de la naviera británico-estadounidense Seabourne Cruise Line y sus dos barcos hermanos «Sojourn» y «Quest«: en ellos, 330 tripulantes atienden a 450 pasajeros.

Otro factor de estatus es el tiempo libre. Como consecuencia, un viaje alrededor del mundo en un crucero llegó a ser la quintaesencia del lujo. Un viaje alrededor del mundo en barco dura como promedio 120 días. Sin embargo, el pasajero también puede permanecer a bordo durante todo un año. Por ejemplo, Hapag-Lloyd ofrecerá a partir de 2016 viajes alrededor del mundo de 337 días. También el destino del crucero puede ser un indicador de lujo: un ejemplo es la Antártida. El barco «Fram», de la línea de barcos de correos noruego Hutigruten, tiene cuatro estrellas pero ofrece todo lo que desea un amante de la naturaleza.

Hay una tendencia que se está perfilando claramente: para mucha gente, lo máximo es la oferta de entretenamiento inusual a bordo del crucero. La naviera que encabeza esta tendencia más que ninguna otra es la estadounidense «Royal Caribbean», con sede en Miami. Por ejemplo, en el «Oasis of the Seas» hay una piscina para cursos de buceo que con 5,4 metros es la más profunda en el mar.

Además, tiene un pista de jogging de 692 metros, la más larga en un crucero en el mundo. En el «Anthem of the Seas«, el pasajero puede practicar el paracaidismo en un túnel de viento. En el segmento de lujo, un crucero puede costar más de 1.500 euros (1.665 dólares) diarios. «El precio puede ser un indicador del lujo, pero no es el único«, dice Pojer. Obviamente, también los pasajeros lo ven así.-

 

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