CHINA
Explorando el lado menos conocido de Beijing
El auténtico corazón chino está lejos de las multitudes, en los lagos silenciosos, los barrios tradicionales, los suburbios y los platos ardientes. Fotos.
Entre las megápolis chinas, la capital es una de las ciudades en las que la tradición sigue siendo esencial. El Templo de Lama, los hutongs, y las cervecerías artesanales marcan un camino hacia esa autenticidad que se mide en milenios. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]
Por Justin Bergman (The New York Times / Travel)
Las cosas nunca se detienen en Beijing, al frenética capital china. La ciudad ya es una de las dos finalistas para los Juegos de Invierno 2022 y ya se está planeando la construcción de un aeropuerto de US$ 13 mil millones, que seguramente será uno de los de mayor tráfico en el mundo cuando se inaugure, en 2019.
Sin embargo, comparada con las otras megápolis chinas, Beijing sigue siendo una ciudad tradicional es esencia. Puede tener fantásticos monumentos diseñados por Zaha Hadid y Rem Koolhaas, pero para entenderla hay que ir a los barrios “hutongs”, los callejones tradicionales delineados por casas con patio, aún en pie y con olor a pasas asadas al carbón.
En la nueva Beijing de torres diseñadas por arquitectos célebres y Porsches relucientes, el Templo de Lama (también conocido como Templo de Yonghe) se mantiene como un recuerdo de una era más espiritual y menos material.
Construido para alojar a un príncipe en el siglo XVII, es hoy uno de los templos budistas más activos y coloridos de la ciudad. Los pekineses rezan entre pinos y varas de incienso ardiendo en el aire, con bolsas de compras colgando de sus muñecas mientras los monjes colocan silenciosamente ofrendas de granos en los rincones, traídas por los visitantes.