COSENZA / SUR DE ITALIA
Fotos | Un mágico pueblo italiano que funciona como hotel
Las antiguas casas del pueblito de Belmonte Calabro, en la provincia calabresa de Cosenza (sur de Italia) son ahora un «hotel extendido». Fotos.
El pueblito de Belmonte Calabro, en la provincia calabresa de Cosenza (sur de Italia), logró revertir su proceso de despoblamiento convirtiéndose en un "hotel extendido" que funciona en las antiguas casas y conforma una postal de ensueño por su paisaje y hospitalidad. Foto: Cedoc Perfil [ Ver fotogalería ]
(3 de septiembre de 2015) El pueblito de Belmonte Calabro, en la provincia calabresa de Cosenza (sur de Italia), logró revertir su proceso de despoblamiento convirtiéndose en un «hotel extendido» que funciona en las antiguas casas y conforma una postal de ensueño por su paisaje y hospitalidad. Un «hotel extendido» es una empresa hotelera que existe como tal en Italia, situada en un único centro habitada, formada por varias viviendas cercanas entre sí, con gestión unitaria y capaz de proporcionar servicios hoteleros a todos sus huéspedes.
El pueblo se levanta sobre un espolón rocoso a pocos kilómetros de las aguas azules del Tirreno. Hoy es un ejemplo de sustentabilidad ambiental y preservación de las tradiciones culturales y sociales. El pueblo reúne a 2.500 almas que viven cuatro kilómetros tierra adentro, sobre una colina panorámica que domina el mar y representa -como muchos otros de la región- un pedazo de historia que se remonta a la antigua Bellimontum, fundada por los angiovinos en la segunda mitad del siglo XIII.
Allí dos hermanos tuvieron la idea, primero solos y luego con otros residentes, de intervenir para revertir el crecimiento despoblamiento, un fenómeno que afecta a muchos pueblos del sur. Primero compraron un par de casas semiderruidas, y las reestructuraron según las mejores prácticas de la bioedilicia, con la idea de atraer turistas. El proyecto creció y otros ciudadanos lo apoyaron: algunos son los dueños de las casas del pueblo, y las pusieron a disposición para los alquileres con el objetivo de verlas reestructuradas, mientras otros directamente las cedieron.
Hoy Belmonte Calabro es una realidad de postal, con paredes coloridas, escalinatas que llevan arriba y abajo en una suerte de laberinto, jarrones con flores, lámparas de luz cálida, terrazas en los techos y jardines que se entrecruzan. Todo es accesible a través de un par de estacionamientos para vehículos en ambas puntas del pueblo, mientras dentro del lugar sólo es posible moverse a pie, leyendo los proverbios calabreses pintados en las paredes.
En el centro hay una plaza, con un bar-trattoria dedicado a la cocina tradicional, considerada desde siempre como un patrimonio cultural, informa la agencia Ansa. El proyecto de «hotel extendido» Ecovacanze Belmonte, seguido de una segunda asociación, Belmonte Viva, tuvo éxito y lleva al lugar decenas de turistas en todas las temporadas: de hecho, la ubicación en la colina pero sobre el mar hace de Belmonte un lugar ideal en la media estación y en verano.
«Esta ciudad es antiquísima -cuentan los promotores del proyecto-, algunas tumbas demuestran que habría sido un asentamiento de la Magna Grecia. También formaron parte de un califato, el de la cercana y bellísima Amantea«. «El proyecto gusta tanto -aseguran- que muchos huéspedes vuelven para ponerse a disposición y trabajar, o nos dan una mano para organizar las iniciativas. Como cuando creamos una muestra con las pinturas y fotos con que los turistas inmortalizaron Belmonte«.
Además, el «hotel extendido» sirve para mantener viva la economía local y algunas profesiones artesanales que en caso contrario podrían desaparecer, como los talladores de madera y los dueños de talleres que utilizan técnicas ya en vías de extinción. Por otra parte, Belmonte ofrece la ocasión de degustar productos calabreses como el queso de cabra, la ricotta, los embutidos picantes, los higos de la India y el tomate local, gigante y único en el mundo, un auténtico icono alimentario de Calabria.