GOUIN / PUEBLO DE TIERRA ADENTRO

Entre santos y pasteles

Por Valeria Vizzon (*)

Gouin se pronuncia goín, ya que no es un término de origen sajón, sino francés, y es el apellido del fundador de la Compañía General de Ferrocarriles, que colaboró con la fundación de la localidad, allá por 1908.

Gouin tiene tres fiestas anuales. En marzo, la de San Patricio (muchos eran de origen irlandés). En agosto, las patronales de San Agustín. Y la más reconocida, la Fiesta Provincial del Pastel, el primer fin de semana de diciembre, con tres días de exposición, venta y espectáculos artísticos, junto a la capilla y frente a la plaza.

A partir de un convenio de la empresa de ferrocarril con los municipios con vías muertas, se emplazó en la vieja estación de trenes un restaurante. Desde 1998 abre sábados, domingos y feriados, mediodía y noche con menú fijo, pero amplio: 13 variedades de pastas caseras. De entrada, empanadas criollas y fiambres, y postres caseros. Para la parrilla, avisar con anticipación. El ambiente interior recuerda las épocas doradas del ferrocarril: fotografías, objetos, souvenires de un pasado glorioso.

Para quienes quieran hacer noche, están las cabañas Quimey, donde la calle topa con el alambrado y el pueblo se vuelve campo. Ahí nomás está el bar Don Tomás, pulpería de aberturas antiguas y techo alto, ladrillo a la vista y pisos de madera, pool, posters y barra donde se suelen acodar Juan Dalton –rubio corpulento de pañuelo al cuello, conocedor de la historia del pueblo– y otros parroquianos de bombacha gaucha, alpargatas y charla fácil. Enfrente está el almacén de ramos generales El 13. Inaugurado en 1915, va por su tercera generación.

Y a un par de cuadras, La Mora, casa de comidas caseras, donde se puede consultar por el camping agreste del pueblo. Enmarcado en el programa provincial Pueblos Turísticos, con sus cien habitantes, su geografía de calles de tierra, vías y casas dispersas, cantos de pájaros y caballos blancos, Gouin es parte de eso llamado “quedó en el tiempo”, que no es otra cosa que una realidad diferente. La de los pueblos rurales del siglo XXI en Argentina.

 

(*) Nota publicada en el diario PERFIL el sábado 9 de junio de 2012