TURISMO & DEPORTE

Los mejores destinos de Argentina para los amantes del golf

La práctica del Golf & Tour en Argentina permite diversos recorridos turísticos por los mejores escenarios del país pasando por la pampa húmeda, la Costa Atlántica, las sierras cordobesas, las rutas mendocinas del vino y la Patagonia. Son más de 300 campos con diversos estilos y cuna de algunos de los mejores jugadores del mundo.

Argentina fue distinguida como Mejor Destino de Golf de Latinoamérica y el Caribe, por sus más de 300 campos dispersos en todo su territorio, con diferentes estilos y fisionomías, así como algunos de ellos de nivel profesional para los más exigentes. El terreno y el clima permiten ofrecer a los visitantes variadas opciones para un viaje de Golf & Tour, para quienes buscan combinar la práctica del deporte con otras excursiones: culturales en Buenos Aires, de aventura en la amplia Patagonia, los mejores asados y vinos en la Región Cuyana, y las más extensas y exclusivas playas en la Costa Atlántica.

Una de las características destacadas de los campos de golf argentinos es que pueden disfrutarse los 12 meses del año, pero también el mantenimiento y los estándares internacionales alcanzados donde es posible acceder a torneos, juegos de entrenamiento, escuelitas para los más chicos y completos Club House para disfrutar un buen plato de comida regional, una tarde de sauna o piscina climatizada. De acuerdo a los terrenos y estilos, hay campos más desafiantes. Incluso, algunos de ellos fueron cuna de los más importantes representantes en el mundo como el maestro Roberto de Vicenzo, y profesionales como Ángel Cabrera.

Cerca de la capital

La provincia de Buenos Aires ofrece al visitante unos 180 campos de los más variados, algunos de ellos ya con más de 100 años de antigüedad y otros más modernos al estilo americano, como el Buenos Aires Golf Club. El Olivos Golf Club, es una cancha de extensión serpenteante y un atractivo diseño, que la convirtieron en una de las mejores de Sudamérica por lo que fue sede de la Copa del Mundo 2010. El Martindale Country Club es otra de las más importantes con 6900 yardas y par 72. El Pilar Golf Club es una de las más modernas y especialmente larga.

Finalmente, el tradicional y prestigioso Jockey Club, cuya cancha tiene la particularidad de haber sido pensada por Allister Mackenzie. Sobre la Costa Atlántica, conectada a la city porteña por una autopista de unos 400 kilómetros o incluso avión, está la ciudad de Mar del Plata donde se encuentra el link de golf más tradicional del país desarrollado con el mejor estilo inglés. Sede de los más destacados campeonatos profesionales, donde jugó el golfista español Severiano Ballesteros, entre otros. Denominada “la catedral del golf” tiene 18 hoyos con vista al mar.

En la Patagonia

En el sur argentino existen tres de los más importantes campos de golf acompañadas por algunos de los picos más altos de la Cordillera, así como espejos de agua y bosques milenarios. Entre ellos se encuentra el Chapelco Golf & Resort, primera cancha diseñada por Jack Nicklaus en Latinoamérica. También en Bariloche está Arelauquen, frente al Lago Gutiérrez, y el campo del Hotel más exclusivo y conocido de la ciudad, el Llao Llao sobre el lago Nahuel Huapi y al pie del cerro López. Los mismos lugares cuentan con alojamientos de primer nivel.

Regiones de vino y sierras

En el caso de Mendoza, el Club de Campo escoltado por la Cordillera de los Andes en la ciudad de Guaymallén, ofrece la posibilidad de sumar al juego un recorrido por bodegas y viñedos para degustar las producciones argentinas junto a algún plato de la región como bien puede ser un asado. Córdoba posee más de 20 canchas también de suma importancia -a muy poca distancia de la capital provincial- rodeadas por las sierras. Una de ellas en Villa Allende, casa de los profesionales Eduardo Romero y Ángel Cabrera. Se suma como destacado otro campo en La Cumbre. Mientras que en la provincia de Tucumán es infaltable una pasada por el Jockey Club. Otro campo imperdible está en Salta en un Polo Club, donde puede combinarse con un inolvidable paseo por el Tren de las Nubes.