36 horas en Antigua, un tesoro vivo de Guatemala

La ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco guarda vestigios mayas y también invita al trekking y la escalada.

A menos de una hora de la plancha de concreto de la ciudad de Guatemala, Antigua se siente como un portal a otro siglo. Esta ciudad de casi 500 años de antigüedad está acunada por tres volcanes y llena de mansiones, iglesias y conventos de la era colonial. Foto: The New York Times [ Ver fotogalería ]

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Rachel B. Doyle (The New York Times / Travel)

A menos de una hora de la plancha de concreto de la ciudad de Guatemala, Antigua se siente como un portal a otro siglo. Esta ciudad de casi 500 años de antigüedad está acunada por tres volcanes y llena de mansiones, iglesias y conventos de la era colonial. Este lugar, que alguna vez fue capital del país centroamericano –antes que una serie de devastadores terremotos forzara al gobierno colonial a mudarse a la ciudad de Guatemala, a finales del siglo XVIII– ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Además de las impactantes ruinas de los siglos XVII y XVIII, ofrece una gama de restaurantes, boutiques y bares con música en vivo, y las alternativas más aventureras de escalar sus volcanes o precipitarse entre la selva en una tirolesa. En las colinas sobre Antigua, el Parque Cultural Santo Domingo del Cerro es una galería de esculturas al aire libre, de entrada gratuita, dedicada a las caprichosas creaciones de Efraín Recinos, artista plástico, conocido como el Picasso de Guatemala.

En una pausa para almorzar, Allí se puede recorrer una plantación de café (US$ 18) y/o lanzarse en tirolesa a través de un vasto cañón selvático (US$ 50). Antigua es un paraíso para hacer compras. Situado cerca del famoso Arco de Santa Catalina, Nim Po’t es un emporio de productos artesanales guatemaltecos: ropa tradicional (US$ 56); manteles, bufandas, bolsas; grabados en madera inspirados en el calendario maya (US$ 46) y fundas hiladas para iPad (US$ 10). Para placeres gastronómicos, en El Portón, conviene pedir un abundante desayuno de huevos, porotos negros, bananas fritas, queso fresco y café, como para prepararse antes de una caminata por el volcán, previo paso por el mercado de artesanías en
el Parque Central, la plaza principal de Antigua.

Los caballos son siempre una opción en el volcán activo Pacaya, con su cima de 2.552 metros. El brillo naranja de la lava es un premio para la larga travesía a pie o en acompasada cabalgata. Las vistas al lago Amatitlán, abajo, son maravillosas, incluso cuando está cubierto por niebla. Sin embargo, el ascenso más desafiante es la escalada al volcán Acatenango de dos picos, de casi 4 mil metros, que atraviesa distintos ecosistemas y mira a un hirviente volcán gemelo llamado Fuego, que lanza lava regularmente. Para tener en cuenta: el viaje a Pacaya tarda 7 horas, y la excursión a Acatenango, 12.

 

Un comentario en “36 horas en Antigua, un tesoro vivo de Guatemala

  1. Graciela | 10/12/2016 | 21:15

    Estuve en Antigua en dos ocasiones. es maravillosa, bella!!!. Para Semana Santa se vive un espiritu de sacralidad que conmueve hasta al ateo mas pintado. Es impactante. Sus alfombras de semilla, aserrin coloreado, flores, son verdaderas obras de arte, incluso arte en movimiento, ya que al pasar las sucesivas procesiones se desparraman por el pisoteo convirtiendose en obras surrealistas. Toda Guatemala es mágca: Chichicastenango con su mercado indigena colorido, Lago Atitlán con las comunidades mayas que lo bordean, Quirigua, el parque más grande de estelas (altares) mayas, en fin…y que decir de Livingston, en el CAribe centro de la poblacion garífuna, procedente de las antillas que se fundió con las caracteristicas mayas y criollas para alumbrar una mixtura fascinante. Yo le diría al amante de LAtinoamerica y su cultura «ver Guatemala y después morir».

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