SEMANA DE LA PAMPA / NOTA II
Por las «sierras de la vida»
Son tierras antiguas habitadas una vez por los indios ranqueles. Hoy, son dos opciones imperdibles de la provincia. Galería
Reserva Provincial Parque Luro. Fue la tierra donde habitaron los indios ranqueles; hoy, un paseo cargado de naturaleza. [ Ver fotogalería ]
Redacción Perfil.com / Turismo (*)
Caracterizada por una geografía muy particular, La Pampaposee entre sus encantos el Parque Nacional Lihuel Calel, un histórico reservorio de flora y fauna autóctona, cuyo nombre mapuche significa “sierras de la vida”. De acceso totalmente gratuito las 24 horas, combina leyendas, tradición y naturaleza.
Se trata de casi 10 mil hectáreas con un sorprendente microclima, que hace millones de años fueron arrasadas por lava volcánica. La vegetación es semidesértica y de estepa, entre cactus, gramíneas y líquenes. El parque además alberga una importante población de especies animales, como maras, zorros, guanacos, hurones, pumas, lagartos, ñandúes, vizcachas y unas 150 especies de aves.
La RN 152, con acceso desde General Acha, lleva hasta este parque, donde se puede practicar trekking por senderos que atraviesan bosques de jarillas, chañar, piquillín, incienso, mata chilladora y caldenes en los sectores más húmedos. Hay tres variedades de flores propias de esta región que crean un manto amarillo que destaca sobre el verde.
Además, se realizan safaris fotográficos, circuitos en mountain bike y escalada. Uno de los circuitos lleva a la cima del Cerro de la Sociedad Científica y otro al Valle de las Pinturas, que fue el último refugio del célebre cacique Namuncurá, y donde se puede constatar el paso del hombre por allí hace 2.000 años mediante grabados rupestres.
Data. Se ingresa por la RN 152 y dista unos220 kilómetros de Santa Rosa, capital de la provincia. Cerca de la entrada está la Hostería Zapata, con bungalows y restaurante. Sitio web: www.lihuecalel.com.ar.
Un parque único en el mundo
A 35 kilómetros de Santa Rosa, la Reserva Natural Parque Luro es un paseo que incluye historia y naturaleza. La reserva sirve para proteger en toda su extensión un bosque único de caldenes, además de otras especies de flora y avifauna.
Durante marzo y abril, se puede presenciar la brama del ciervo colorado. Consiste en observar, escuchar e interpretar el comportamiento del macho, cuando se desplaza por el bosque en círculos con potentes bramidos, agitando las cornamentas en señal de desafío frente a otros machos.
Además de conservar bosques de antiguos árboles, comunidades de jabalíes y aves como flamencos, loros y cotorras, en medio del parque se levanta el gran «castillo» que mandó a construir Pedro Olegario Luro, a principios de 1900.
Conocido como San Huberto, fue el mayor coto de caza del mundo, con jabalíes y ciervos colorados que después se dispersaron por toda la Patagonia. El castillo, convertido en museo, es un típico château, que refleja usos y costumbres de la belle époque. Todavía se conserva parte del mobiliario original, proveniente de distintos rincones del mundo. Una visita imperdible.
Además, se pueden conocer otros puntos emblemáticos, como el Tanque del Millón, la Ermita de la Virgen de Luján, la sala de carruajes, las caballerizas y el tambo. Entre las actividades más extremas que se pueden practicar, están los vuelos libres y a vela en la zona de Toay con excelentes térmicas. Travesías en 4×4 y cabalgatas por mágicos senderos. Deportes náuticos y salidas de pesca en las aguas del río Colorado o diversas lagunas. Resultará imperdible una visita a la nueva Villa Turística Casa de Piedra.
(*) Con información del Ministerio de Turismo de la Nación y TurNoticias.
Nota relacionada
Sugiero que lean los libros INDIAS BLANCAS I y II de Florencia Bonelli, a traves de ese libro uno termina amando ese lugar y con deseos de conocerlo y transportarse a la epoca en que esas tierras eran habitadas por los Ranqueles.
Muy buena la nota. Hay que corregir el link al parque nacional que no funciona.
Recomiendo el Parque Lihue Calel y Parque Luro, fui a una caminata durante la brama y es impresionante escuchar los ciervos bramando y las cornadas.
Mis bisabuelos fueron los primeros pobladores de lihuel calel. Se bien de la historia. Espero que aprecien ese lugar. saludos