EE.UU. / ESTADO DE OREGON

Portland, la ciudad ideal para amantes de la bicicleta

En esta metrópoli del estado de Oregon la bicicleta goza de una gran popularidad. Con más de 500 kms de bicisendas, el 7,2% de los que viajan a su trabajo en Portland lo hace en bicicleta.

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Imagínese el siguiente escenario: el pasajero baja del avión, saca después de la entrega del equipaje los diversos componentes de la bicicleta que lleva consigo, pide prestadas en el aeropuerto las herramientas necesarias y arma la bici en un lugar especialmente reservado para ello junto a la sala de llegadas. Después, se dirige en bicicleta directamente al centro de la ciudad o a la estación del tren suburbano, que transporta las bicis gratis. ¿No suena esto utópico? No en la ciudad de Portland, porque en esta metrópoli del estado norteamericano de Oregon la bicicleta goza de una gran popularidad. Como se desprende de una estadística de la asociación League of American Bicyclists, el 7,2 por ciento de los que viajan a su trabajo en Portland lo hace en bicicleta, una cifra nada mala para una ciudad estadounidense.

«Aquí, ir en bici por la ciudad se ha convertido ya en algo normal», dice Ira Ryan, de 39 años, portavoz del fabricante de bicicletas Breadwinner Cycles. Hace ya varios años que Ryan y su amigo y colega Tony Pereira descubrieron este nicho de mercado. Actualmente, los dos arman personalmente bicis en un garaje reformado detrás de su casa. La buena sensación que Portland da a los ciclistas se puede experimentar participando en una excursión guiada de una jornada. Guthrie Straw pertenece al equipo de Cycle Portland Bike Tours. El guía muestra Portland a los turistas en bicicleta. El tour comienza en el centro de la ciudad. Líneas dobles blancas y señalizaciones verdes hacen que el ciclista se sienta cómodo y seguro en las calles de la ciudad. Subimos por la amplia avenida Broadway Street. «Este es el mayor ascenso que tenemos que salvar hoy. Un desnivel máximo de un cuatro o cinco por ciento», dice Straw.

Durante las pausas, el experto en ciclismo explica la planificación vial de su ciudad, que aprovechó mucho la experiencia de las grandes metrópolis ciclistas de Europa. Y efectivamente, Portland atiende las necesidades de los ciclistas: por ejemplo, si el ciclista circula a un ritmo constante de casi 20 kilómetros por hora, todos los semáforos están en verde. En Portland y los alrededores hay actualmente más de 550 kilómetros de carriles bici. En septiembre de 2015 se inauguró el Tilikum Crossing sobre el río Willamette. Con una longitud total de 518 metros, este es el puente cerrado al tráfico más largo de Estados Unidos. El «Bridge of the people» es usado intensamente y se ha convertido en una instalación artística muy apreciada. Durante el crepúsculo se activa un espectáculo de colores determinado por la época del año, el nivel y la temperatura del agua y la velocidad de la corriente.

Hacemos una parada en Hopworks BikeBar, que como siempre está bien frecuentado. Delante de la puerta hay dos biciletas fijas. Quien tenga ganas puede pedalear aquí durante 15 minutos y recibe un descuento de un dólar por la factura a pagar más tarde. El ciclista tiene una buena sensación cuando ve los numerosos cuadros de bicicleta que cuelgan sobre la barra. Sin embargo, los visitantes del bar aprecian sobre todo la buena calidad de la cerveza. En Portland hay 53 fábricas de esta bebida. «Aquí tenemos también cerveza alemana«, dice el microbiólogo de origen alemán Tobias Hahn. Junto con un socio, Hahn puso en el mercado una cerveza llamada Rosenstadt (ciudad de rosas). Y es que Portland también se conoce como City of Roses. A inicios del verano se celebra siempre en la ciudad el Festival de las Rosas, que dura varias semanas y que termina con un gran desfile.

«En el fondo, Portland sigue siendo una ciudad pequeña«, dice Hahn. Para comprobar que esto es cierto basta con visitar en la mañana del sábado el mercado Farmer, junto a la universidad estatal de Portland, o dar un paseo a lo largo del bulevar junto al río Willamette, de dos kilómetros de largo, con muchas áreas verdes y fuentes. Un lugar ideal para experimentar como visitante el encanto especial de Portland. Ahora, la excursión en bicicleta pasa por bonitas zonas residenciales. «También en estos barrios la situación vial ha cambiado mucho en los últimos años, aunque los habitantes tuvieron que luchar por ello«, relata Guthrie Straw. Está prohibido circular a gran velocidad. Hay un límite de velocidad de 20 millas por hora. Después de tres horas y 25 kilómetros llegamos otra vez al punto de partida del tour. Straw se propone solicitar el próximo año una excedencia en el trabajo para viajar en bicicleta, junto con su novia, de Alaska a la Patagonia, una distancia de más de 10.000 kilómetros. Sin embargo, también le quedan todavía objetivos por lograr en su ciudad. «Nuestra siguiente meta es llegar a la marca del diez por ciento de quienes van al trabajo en bici», dice Straw. Su gran modelo es Copenhague, donde más del 50 por ciento van al trabajo en bicicleta.

 

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