EN LAS CALLES DE NUEVA YORK

«Naked Cowboy»: La historia del Vaquero Desnudo, un emblema de Times Square

Enumerando las principales atracciones turísticas de Nueva York aparece Robert John Burck, un verdadero showman en calzoncillos que ya es un clásico de Nueva York.

Foto: Gentileza de The New York Post [ Ver fotogalería ]

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Por Darío Silva D’Andrea (Perfil.com/Turismo)

La Estatua de la Libertad, el Empire State, Times Square y… el Naked Cowboy -o Vaquero Desnudo-. Enumerando las principales atracciones turísticas de Nueva York aparece este verdadero showman que ya es un clásico de la ciudad. No importa si el día está soleado o lluvioso, él se para en Time Square a tocar su guitarra y cantar una canción, vestido solamente con sus botas de vaquero y un calzoncillo ajustado en el que algunas veces inscribe mensajes.

Para muchos, el «Vaquero Desnudo» es un actor callejero más, y no de los mejores. Pero después de pavonearse diariamente ante grupos de turistas que le dejan dinero, este personaje se vuelve a su casa convencido de que se ha convertido en «el animador más celebrado de todos los tiempos». De hecho, cuando apareció en la calle en 1998 no sabía lo popular que se iba a convertir, hasta el punto de ganar más de 150.000 dólares al año (112.000 euros) solo en propinas.

Espoleado por el éxito, creó una franquicia y otros artistas callejeros le pagan 500 dólares al mes (374 euros) por actuar con el mismo atuendo. Además, Burck tiene su propio sello discográfico, apareció en varias campañas publicitarias e incluso llegó a anunciar su candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos. «Me he convertido en el símbolo más atractivo de la ciudad de Nueva York», reconoció.

Foto: AFP

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Con un torso musculoso, el hombre deja de cantar y de tocar la guitarra cuando uno de los muchos turistas, en su mayoría mujeres, que lo contemplan quiere tomarse una foto con él. «El dólar en la bota, no hay espacio en el calzoncillo«, dice cuando el turista no ve el letrero de «propina» inscrito en sus botas blancas. Según el Vaquero, gana entre 700 y 1.000 dólares diarios como promedio.

En su página de Internet este hombre cuenta que hace tiempo se fijó la meta de convertirse en el animador más famoso de todos los tiempos. Y a la pregunta de si ha logrado su plan, Burck contesta afirmativamente. «He trabajado más que cualquier otro animador en la historia mundial«, dijo. «Si no se ha visto, es porque se ha hecho de manera individual«.

Al comparar su fama con la de Jennifer López, Burck dijo: «J.Lo aparece en TV y millones de personas la ven. Yo también aparezco ante millones de gente». La diferencia, según él, es que sus admiradores lo contemplan individualmente. La página web de Burck brinda abundantes detalles sobre una carrera que parece haber sido más impulsada por la ambición que por el talento.

Su nombre completo es Robert John Burck y nació en 1970 en un suburbio de Cincinnati, (Ohio, EE.UU.). Licenciado en Ciencias Políticas, desde los 17 años no falta a su cita diaria al gimnasio y es un lector apasionado. Dedica siete horas al día a la lectura y lee con avidez a filósofos como Nietzsche. Burk creció en plena naturaleza, en un entorno familiar perfecto, sano, tranquilo y agradable. Durante su adolescencia cayó en sus manos el libro de autoayuda Poder sin límites -del famoso orador motivacional Anthony Robbins-, cuya lectura cambió su vida para siempre.

Foto: AFP

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Leyó que una persona puede conseguir lo que quieras en la vida, que lo único que necesitas es estar seguro de lo que se quiere y escribir tus metas a corto y largo plazo todos los días hasta lograr la meta. Y ese fue el modo de vivir de Burk desde entonces. ¿Su objetivo? Convertirse en el hombre más rico, exitoso y famoso sobre la faz de la tierra. Motivado por su afán, estudió ciencias políticas, medicina, derecho, pero nunca terminó ninguna carrera. Finalmente hizo un master en administración y dirección de empresas al tiempo que trabajaba en un TGI Fridays. En uno de esos viajes, un amigo le recomendó que tomara clases de canto, con lo que pudo dar vida a viejas canciones que había compuesto en su adolescencia.

Su primera incursión en el mundo del espectáculo fue en 1997, cuando ganó un concurso de radio en Cincinnati. El premio le permitió viajar a California donde apareció como extra en la serie de televisión Baywatch. Pero su presencia ante la cámara sólo duró «alrededor de dos segundos». Hoy su presencia es casi un emblema de la famosa plaza de Times Square de Manhattan: sea verano o invierno, Robert se calza su atuendo de vaquero, su guitarra tuneada y sus diminutos calzoncillos diminutos. Burck tomó unas muy necesitadas clases de vocalización en su Ohio natal, luego su madre le prestó una vieja guitarra y se marchó a Nashville con planes de convertirse en un famoso cantante de música «country».

Cuando vio sus sueños frustrados, regresó a California para tocar la guitarra a cambio de donaciones en la Venice Beach. El primer día sólo recaudó 1,02 dólar y entonces un amigo le aconsejó que creara algo novedoso. «Toca en calzoncillos«, le dijo el amigo. «Eso los hará detenerse«. Al día siguiente, Burck regresó al lugar con botas de vaquero, un sombrero y cubriendo su desnudez con un slip. Ganó 100 dólares y así nació el «Vaquero Desnudo». Cada vez que aparece, los turistas se vuelven locos por sacarse fotos con él. El «Vaquero desnudo» es un icono neoyokino que logra recaudar propinas de hasta 1.000 dólares por día. Para tener ingresos extras, Robert J. Burck ofrece sus servicios como reverendo aquellas parejas que deseen casarse en la popular plaza de Times Square.

En la actualidad, Burck tiene una valija llena de slips blancos de algodón. La mayor parte dice «Naked Cowboy», su marca registrada, en letras rojas y azules inscritas en la parte posterior. Pero durante la guerra contra Irak, se leía en su trasero: «Abajo Saddam». «Soy el epítome de lo que es Estados Unidos», dijo. «Se trata de una iniciativa personal, de ingenuidad, espíritu empresarial, capitalismo, mercados libres. Esto es lo máximo que se puede hacer en Estados Unidos«, este vaquero que en 2009 se presentó como candidato a la alcaldía de Nueva York y poco después como candidato a la presidencia. Este año, convirtió su actuación callejera en una campaña a favor de Donald Trump.

 

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