La Trochita, el tren más emblemático de la Patagonia, renueva su ruta

El nuevo recorrido combinará dos trenes históricos en dos rutas escénicas, llevando a los turistas a localidades remotas como Ingeniero Jacobacci y Ojo de Agua.

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(13 de enero de 2017) El histórico Viejo Expreso Patagónico, «la Trochita» que cautivó a escritores como Bruce Chatwin y Paul Théroux, buscará con una salida excepcional el próximo 21 de enero ampliar sus rutas en la Patagonia argentina y generar un nuevo punto de partida en la turística ciudad de Bariloche (Provincia de Río Negro). Este antiguo expreso, considerado de trocha económica por sus 75 centímetros de ancho, hace un recorrido de 48 kilómetros desde Esquel hasta la pequeña localidad de Nahuel Pam, y ocasionalmente llega hasta El Maitén, donde están los talleres centrales de las locomotoras. El nuevo recorrido combinará dos trenes históricos en dos rutas escénicas, llevando a los turistas a localidades remotas como Ingeniero Jacobacci y Ojo de Agua.

La primera etapa del viaje se realizará con un Tren Expreso Regional (TER) de 1969, traído de España, del que quedan cuatro ejemplares en el mundo. Es el único en funcionamiento en la Argentina y provee servicio a la población de Jacobacci. Tras la salida, a las siete de la mañana del sábado 21 de enero, seguirán cuatro horas de viaje por el corredor escénico R-95, considerado una de las rutas más bellas de la Patagonia. El tramo de Bariloche a Jacobacci es de casi 200 kilómetros, pasando por lugares únicos como el Viaducto Ñirihuau, la Curva del Huevo, la Estación Romántica de Perito Moreno, el Bosque Itinerante, La Fragua, el viaducto Pichi Leufú, Pilcaniyeu, Comallo, el Cañadón de la Viuda, Clemente Onelli, la Estación Fantasma del Dsv. Km.648, y el mundialmente conocido Tramo Bitrocha donde las vías del Patagónico van yuxtapuestas con las de La Trochita.

Las locomotoras fueron construidas por las tradicionales firmas Baldwin y Henschel, de Estados Unidos y Alemania, respectivamente, y los vagones datan de principio del siglo XX y la mayoría proveniente de Bélgica. Esta línea férrea de trocha angosta se instaló en la Patagonia a mediados del siglo pasado, y fue la primera del Estado nacional en la región. El trayecto original del Expreso Patagónico era de 402 kilómetros, entre las localidades de Esquel y la rionegrina Jacobaci, y duraba entre 15 y 20 horas, según la estación del año y las condiciones climáticas.

Durante el actual recorrido turístico, la locomotora necesita para su funcionamiento gran cantidad de agua, con un promedio de 100 litros por kilómetro. Como el depósito tiene una carga máxima de 4.000 litros era necesario contar con bombas de agua a la vera de la vía para volver a cargar el tanque, a lo sumo cada 40 kilómetros. Estas máquinas utilizaban como combustible el carbón, pero luego este fue cambiado y comenzó utilizarse el fueloil, derivado del petróleo, que resulta más barato y tiene un costo económico y ambiental inferior, ya que no requiere de tala de árboles. Comenzar a oír el chirrido de los hierros en la partida, el vapor que se dibuja y entremezcla con las nubes cordilleranas, es un deleite continuo de sonidos y aromas que remite a historias de un pasado de trabajo y tesón de los habitantes sureños. Los vagones, pintorescos por fuera, son confortables por dentro, con grandes ventanillas que permiten apreciar el paisaje en todo su esplendor.

 

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