SUIZA
La lujosa St. Mortiz prepara el Mundial de Esquí 2017
La fama de esta elegante estación de esquí es a la vez una maldición y una bendición, por lo que la celebración del Mundial de Esquí Alpino es una buena oportunidad para corregir esta imagen.
El esquí se convirtió en deporte popular en St. Moritz en 1929, tras la inauguración de la primera escuela de esquí suiza. Esta estación, situada a 1.800 metros de altura en la cara sur de los Alpes Grisones, se encuentra actualmente entre las mejores del mundo. [ Ver fotogalería ]
Cuando se habla de St. Moritz (Suiza) muchos piensan en destacados eventos de la alta sociedad, lo cual es fascinante y atrayente para unos pero intimidante y disuasorio para otros. La fama de esta elegante estación de esquí es a la vez una maldición y una bendición, por lo que la celebración del Mundial de Esquí Alpino es una buena oportunidad para corregir esta imagen. Con esta competición que tendrá lugar del 6 al 19 de febrero de 2017 los habitantes del valle Engadina quieren presentar de nuevo al mundo su cara deportiva.
El esquí se convirtió en deporte popular en St. Moritz en 1929, tras la inauguración de la primera escuela de esquí suiza. Esta estación, situada a 1.800 metros de altura en la cara sur de los Alpes Grisones, se encuentra actualmente entre las mejores del mundo: más de 500 kilómetros de pistas de esquí de fondo y 88 descensos con una longitud total de unos 350 kilómetros. Se puede elegir entre tres montañas: Diavolezza, Corvatsch y Corviglia, donde los huéspedes sin miramientos económicos pueden disfrutar de la cabaña «El Paradiso» y desgustar los exquisitos platos del restaurante gourmet «La Marmite».
Precisamente entre estos dos templos del disfrute Franco Giovanoli pondrá en escena en febrero «el más compacto Mundial de Esquí de todos los tiempos«. El director del Mundial de Esquí Alpino St. Moritz 2017 está especialmente orgulloso de que uno de los mayores eventos deportivos de Suiza se integre de manera armónica en la estación de esquí. Todas las carreras se disputarán en una única pista, por lo que apenas se restringirán los espacios para los turistas durante el campeonato. Bajo la pista de carreras se construyeron expresamente túneles para que los esquiadores y snowboarders puedan pasar de un lado a otro de la estación sin problema.
Los turistas podrán observar la competición de manera gratuita a lo largo de la pista de carreras y sólo se solicitará la entrada para acceder al estadio de destino. En la zona peatonal y en torno a la ceremonia de entrega de premios en la recién construida plaza Medal en el parque Kulm tendrán lugar conciertos y eventos gratuitos todos los días.
El Mundial de Esquí en Engadina no es sólo un gran evento para los habitantes de St. Moritz, sino también para los atletas participantes. Las carreras tienen lugar con vistas únicas al lago Bergsee y a la montaña Piz Bernina de 4.049 metros de altura. Cuando los trenes rojos del Ferrocarril Rético traquetean lentamente y pasan junto a los excursionistas y esquiadores de fondo el tiempo parece haberse detenido.
En la carrera es diferente porque todo gira en torno a centésimas de segundo, sobre todo en la pendiente de salida más empinada de una competición mundial. En seis segundos los esquiadores aceleran a 140 kilómetros por hora. Este tramo de pista está cerrado a los turistas.
Es la quinta vez que el Mundial de Esquí se celebra en St. Moritz, más frecuentemente que en ningún otro lugar. La localidad tiene una media de 322 días de sol al año. A pesar de ello, la nieve se mantiene pulverulenta y seca gracias a la altura. Las pistas tienen nieve hasta bien entrada la primavera pero pocas veces están llenas, ya que muchos turistas se lo toman con tranquilidad y comodidad.
En cambio en el área de competición los veraneantes pueden pasarse la temporada entera haciendo sus pinitos como corredores. En la pista FIS se instalaron un enorme eslalon de 400 metros de longitud, que cuenta con una caseta de salida como las de las competiciones, cronómetro y cámaras de vídeo. Después de la carrera se puede descargar el vídeo, como prueba personal de que en St. Moritz no sólo hay gente elegante sino también deportistas.