Una tarde en Mendoza, balcón a los Andes

Por calles donde los plátanos ya perdieron las hojas y sus habitantes conservan la costumbre de la siesta, la capital mendocina es un privilegio para el turismo. Fotogalería

El malbec, de origen francés, es hoy emblemático en la Provincia de Mendoza. [ Ver fotogalería ]

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Por Sissi Ciosescu (*)

Con sus calles sombreadas bordeadas de plátanos, sus espaciosos parques y sus cafés al aire libre, el centro de Mendoza es ideal para realizar una tranquila caminata, detenerse a tomar un espresso y disfrutar de la ciudad hasta bien entrada la noche.

Esta cautivante capital de provincia de la época colonial tiene una atmósfera provinciana distendida, principalmente entre las dos y las cuatro de la tarde, cuando la gente regresa a sus casas para almorzar y dormir la siesta. Aunque Mendoza ofrece todos los servicios de una metrópoli, se asemeja más a un pueblo…

Gran parte de la ciudad consiste en un antiguo casco colonial, salpicado de hermosas plazas (que llevan los nombres de Chile, Italia, España, San Martín e Independencia) y el Parque General San Martín, ubicado cerca del centro. Está repleto de vendedores ambulantes de gaseosas, gente que corre o hace picnic y ciclistas.

Tiene una calesita, un zoológico y hasta un cerro (el Cerro de la Gloria), que ofrece una vista panorámica de la ciudad”, dice Laura Catena en su libro Vino Argentino (Catapulta Editores), donde recuerda la historia de su familia, propietaria de una importante bodega en Agrelo, Luján de Cuyo.

Nadie mejor que quien ha pasado allí toda su infancia para dar consejos al pensar en las vacaciones en Mendoza. Le preguntamos dónde ir a comer y cuál es el lugar de la movida: “La calle a donde va todo el mundo es la Arístides Villanueva; un restaurante imperdible, Azafrán, y el emblemático de Mendoza, cita obligada, el 1884 de Francis Mallmann”.

Sin embargo, Mendoza no se agota en el vino. Menos en una visita. Más allá de sus bellezas naturales, es un paraíso de experiencias que superan las postales. Hay cabalgatas en la montaña y enoturismo todo el año, rafting preferentemente en primavera-verano aunque las cuatro estaciones tienen su encanto. Basta leer el menú de opciones que ofrece el portal del Ministerio de Turismo de la provincia para elegir festivales de música, circuitos gastronómicos, ecoturismo, turismo religioso o desafiar al Aconcagua (sobre todo una vez que comiencen los deshielos).

En Mendoza se pueden pasar dos noches en uno de los hoteles céntricos para poder visitar las bodegas cercanas de Maipú y Luján de Cuyo. Se puede alquilar un auto con chofer o sin chofer (la diferencia de precio es mínima). Se necesitan al menos dos días para visitar las bodegas del Valle de Uco. Son aproximadamente 26 las bodegas que pueden visitarse en una ruta báquica que llevará por Luján de Cuyo, Tupungato, Maipú y Tunuyán. Además, en Maipú, se encuentra el Museo Nacional del Vino y la Vendimia, que merece una recorrida.

 

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(*) Nota publicada en el Diario PERFIL el sábado 30 de junio de 2012.

 

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