El astroturismo se puso de moda, pero está en peligro
Observar las estrellas, una creciente pero amenazada atracción turística. En Argentina, hay un parque nacional donde contemplar las estrellas.
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Perder la mirada en el infinito de un cielo lleno de estrellas es una actividad turística que seduce cada vez más ante la dificultad de encontrar noches completamente oscuras, explicaron profesionales del Bureau Internacional de Turismo (ITB) de Berlín 2017. «El astroturismo es una actividad creciente. Ahora se ven muchas agencias de viaje que proponen este tipo de turismo«, dice Andreas Hänel, astrónomo y director del planetario de Osnabrük, en el noroeste de Alemania.
Mientras que el turismo espacial que promete viajar a bordo de una nave aún se encuentra solo en sus inicios, el astroturismo se practica con los pies en la Tierra y la cabeza en el aire. Encontrar un lugar lo suficientemente oscuro para poder contemplar de verdad el espacio infinito se ha convertido en un argumento turístico que revaloriza los parques astronómicos en Europa o en Estados Unidos, con el sello de «reserva de cielo estrellado«, pero también los desiertos de Botsuana, de Namibia o incluso de Irán.
«Esto comenzó dentro del mismo mercado iraní, porque contamos con un enorme desierto lleno de grandes espacios de oscuridad«, explicó Keyvan Lankarani, de la agencia de viajes iraní Land of Turquoise Domes Tour & Travel Company.
PROVINCIA ASTROTURÍSTICA
En Argentina, el astroturismo es uno de los principales atractivos del Parque Nacional El Leoncito, en la provincia de San Juan. Con 76 mil hectáreas de áreas de reserva, alberga el Complejo Astronómico El Leoncito y el Observatorio Astronómico Dr. Carlos Cesco. Se trata de un sitio privilegiado de excelentes cualidades atmosféricas, en el cual la claridad del cielo permite la observación de los astros en un promedio de 275 noches al año.
El primero de los complejos, ubicado a unos 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar, está equipado con un telescopio de alta complejidad; y, el segundo, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, posee características técnicas que lo distinguen entre los más importantes del hemisferio sur.
ECLIPSE SOLAR
Estos últimos años se ha visto también el auge de lo que Andreas Hänel llama «el astroturismo de acontecimientos», con las auroras boreales como principal atracción. Yukon, en el norte de Canadá, por ejemplo, promete un momento «que no olvidarás nunca», cuando una serie de movedizas líneas verdes invadan el cielo.
El norte de Noruega también hace de las auroras boreales uno de sus primeros argumentos de venta. «Hay un interés creciente desde hace cuatro años», sobre todo proveniente de Japón y China, indicó Ellen Kachel, responsable de marketing del comité de turismo de la región.
En 2017, el principal acontecimiento que los organizadores de astroturismo están esperando es el eclipse total de sol del 21 de agosto, que solo se observará en Estados Unidos. «Nadie sabe cuántos turista van a venir, las estimaciones van desde varios cientos de miles a varios millones, pero parece que será un gran acontecimiento«, anticipó el astrónomo de Osnabrück.
Para poder observar las estrellas se necesita luchar contra una contaminación luminosa cada vez más invasora, que pone también en peligro la vida animal nocturna, señalan los defensores del «dark sky» (cielo negro). «Muchos europeos nunca han visto bien la Vía Láctea«, apunta por su parte el astrónomo Harald Bardenhagen. Considera que si la contaminación luminosa aumenta al mismo ritmo, las estrellas podrían incluso no ser visibles en 2024.
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