URUGUAY / ALTOS DEL ARAPEY
Termas las 24 horas
Cerca de la frontera, las termas más antiguas de Salto mantienen intactas sus propiedades mineromedicinales. Prístinas, están abiertas todo el día.
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Por Agustina Grasso (*)
«No sé ni en qué día estamos”, le dice una señora mayor a su marido en medio de las seis piletas de agua termal –rodeadas por montes verdes y lagunas con peces– del hotel resort de cinco estrellas Altos del Arapey, en Salto, Uruguay. Es que en este complejo termal, totalmente integrado con la naturaleza, es muy fácil perder la noción del tiempo y el espacio.
A las instalaciones termales más antiguas de Uruguay, bien en el límite con Argentina, sólo es posible llegar por tierra. Allí los huéspedes no tienen necesidad ni ganas de salir. Uno de los distintivos de estas piscinas termales abiertas y comunicadas entre sí es que se puede acceder a ellas las 24 horas del día. Son abastecidas por un pozo termal propio de 950 metros de profundidad, que arroja 150 mil litros de agua por hora, con temperaturas que oscilan entre los 36 y 39 grados.
Por esa ventaja, el agua de las piletas se cambia cada cuatro días, garantizando la alta calidad y sus propiedades mineromedicinales. Si bien el consejo de los que saben es que conviene ir cambiando de pileta en pileta cada 15 minutos, en la del centro hay un wet bar, donde tienta quedarse más de lo necesario para probar los tragos. También hay una gran piscina cerrada “in-out”, una de niños y dos jacuzzis interiores.
Otro atractivo que tiene el hotel es la diversidad y la cantidad de propuestas recreativas para todas las edades: sala de juegos infantiles con animadores para chicos de 3 a 12 años; PlayStation y Wii para adolescentes; un gimnasio completo con clases de stretching, zumba y esferodinamia; espacio de lectura; boutique; mesas de ping pong y pool; computación, y un spa con servicio de masajes.
Se puede hacer caminatas, paseos en bici o a caballo y avistaje de aves. Y como si todo esto fuera poco, la propiedad incluye un campo de golf de 18 hoyos en un área de 60 hectáreas, con un recorrido total de 6.673 metros. Las aguas termales son ideales para proteger y restaurar la salud. Poseen factores energéticos como la potente ionización, mineralización, radiactividad, gases y variaciones de pH. Mejoran la piel, estimulan el descanso y transmiten energía. Los especialistas las recomiendan a personas con problemas en la piel como eczema, rosácea y psoriasis, entre otras afecciones.
Y si se desea estar un rato con los pies en la tierra, desde el hotel salen excursiones en bicicleta hasta el pueblo de Arapey, a cinco minutos, donde se puede observar el primer pozo termal, de 1936. El servicio de comidas también merece una aclaración. Con sistema all inclusive, responde a cuatro estaciones de “show cooking”: pasta, especialidades a la plancha, parrilla y pizza. Además está incluido todo tipo de bebidas, refrescos, cócteles, cervezas y vinos nacionales. El establecimiento cuenta con el Certificado de Excelencia 2016 por haber recibido excelentes opiniones de los viajeros, volcadas en el sitio TripAdvisor.
(*) Nota publicada el 1 de abril de 2017 en Diario PERFIL