Un crucero por Bahamas, entre shows de Disney, relax y tecnología
Cuatro noches por el mar Caribe permiten visitar islas de ensueño, convivir con personajes icónicos y hacer un viaje en un buque ambientado en la década del 30. Los hijos usan pulsera inteligente y celular para conectarse con sus padres.
Los personajes más nostálgicos y emblemáticos del cine animado de Estados Unidos invitan a un viaje familiar por el mar Caribe. Playas, superproducciones y ambientación de los años 30. (Fotos: Diario PERFIL) [ Ver fotogalería ]
Por Nadia Galán (Desde Bahamas para Diario PERFIL)
Mar, all inclusive, magia, familia, shows, diversión y Mickey Mouse. Todo esto converge en el crucero de Disney World. Arriba del barco que parte de Cabo Cañaveral predomina la organización, la calidad y el encanto. Un combo infalible. El Disney Wonder está en actividad desde 1998 y es uno de los cuatro cruceros de la compañía (dos nuevos navíos están en construcción).
Una de sus rutas llega a Las Bahamas (también hay itinerarios por mar Caribe, Europa y Alaska). Se trata de un viaje de cuatro noches que hace una parada en Nassau, capital de Las Bahamas, y otra en Castaway, la isla privada de la compañía Disney. Cada vez que se pisa playa, la arena blanca y los matices celestes del mar enamoran. Es un lugar soñado.
Desde la compañía explican que la estructura, los detalles y la decoración de los navíos están inspirados en los cruceros de lujo de la década del 30 (por eso, por ejemplo, cuenta con una doble chimenea –sólo una funciona–, cuando en la actualidad los barcos no necesitan dos para operar). En el diseño, además, cuentan con el adicional de la magia de Disney. La Sirenita es el primer personaje que se encuentra al abordar el Disney Wonder, ya que su figura dorada está en el hall central. Y además es una brújula:
Ariel mira para la proa. Dato importante, si uno se desorienta en las doce cubiertas por las que se transita a bordo del crucero. Si alguien cree que en un crucero Disney se encontrará con Mickey hasta en la sopa, está equivocado. Dentro del barco se convierte incluso en un juego buscar la cara del ratón en los decorados. Los aficionados en hallar Mickey ocultos, o “Hidden Mickey”, aseguran que detrás del mostrador del restó italiano Palo (exclusivo para adultos y el único con reserva previa y cargo extra de US$ 30) se esconden sus entrañables orejas. Desde la empresa lo niegan, pero sonríen con picardía abriendo el juego.
También las cómodas habitaciones tienen detalles del ratón, siempre delicados. En las toallas de mano, en los bordes de las lámparas o en el bordado de las sábanas se dibujan con sutileza las orejas de Mickey. El crucero cuenta con cuatro tipo de camarotes: suite, con balcón, con vista al mar e internos. Todos tienen dos baños: uno es un toilette y en el otro está la ducha, algo inusual en el mercado crucerístico.
Los desayunos y almuerzos se realizan en el buffet, donde hay variedad de comidas y postres. Es amplio y generalmente no está congestionado. Las cenas se dividen en dos turnos (18.15 y 20.15) y los restorantes Tiana’s Place, Tritons y Animators Palate son asignados por la empresa al inicio del viaje. El último es imperdible porque mientras se cena se disfruta un show increíble. Todas las mañanas en las habitaciones dejan el cronograma de actividades del día.
También se puede bajar una aplicación en el celular para ver itinerarios, el restó asignado para la cena, excursiones y actividades. Además allí se detalla en qué cubierta y a qué hora van a aparecer –sólo 15 minutos– Mickey, Minnie, Goofy, Daisy, Stitch, Pluto, el pato Donald, las princesas… siempre bien dispuestos para las fotos. La tercera noche se realiza la fiesta pirata en la cubierta 12 (para la que muchos de los turistas, principalmente estadounidenses, llevan una superproducción de disfraces) y como cierre hay un show de fuegos artificiales en alta mar, en donde, al estilo Disney, se tira la casa por la ventana.
Las piscinas están distribuidas en tres sectores bien diferenciados con total aislamiento visual y acústico. Una de las piletas es exclusiva para chicos y cuenta con un tobogán y juegos acuáticos. En la zona central de la cubierta 12 está la piscina familiar, con dos jacuzzis y una pantalla gigante en donde se proyectan películas de Disney con audio y subtítulos en inglés. Entre estos dos sectores se ubican las principales islas con comida en donde se puede elegir entre pizzas, shawarma, hamburguesas, panchos, ensaladas o frutas. Además, hay expendedoras de gaseosas, café y chocolatada.
Pero sin dudas, la zona más transitada es la de las máquinas para hacer conito de helado. Y en el otro extremo del barco está la pileta para adultos. Allí no pueden permanecer los chicos. Cuenta con dos jacuzzis, barra de tragos (una cerveza o una piña colada cuesta US$ 6) y músicos en vivo. La empresa cuenta con salas y actividades recreativas acordes para cada franja etaria y con animadoras que hablan castellano.
Estos espacios ofrecen un sistema de “entretenimiento seguro”. Una vez abordado el crucero, los padres deben registrar a sus hijos para que puedan ingresar a las distintas salas de juegos y se les proporciona una pulsera inteligente que almacena la identidad del menor. Además, el crucero ofrece por habitación dos celulares de uso gratuito e interno que sirve para comunicarse y mandar mensajes entre los pasajeros.
En la cubierta 4 convergen los pilares que hicieron crecer al mundo Disney. Allí se encuentran el cine, el teatro y el merchandising (un muñeco de Mickey ronda los US$ 26). “A disfrutar”, grita entusiasmada la presentadora de un nuevo show en el Walt Disney Theatre. Los espectadores aplauden y el telón rojo se levanta lentamente y entra la magia. Blancanieves, Buddy, el Rey León, Goofy, el Jorobado de Notre Dame, Cruella de Vil son algunos de los muchos personajes que suben al escenario rodeados de música y efectos especiales (muros que tiemblan, burbujas que inundan la sala).
En el show de Frozen, Anna y Elsa hacen delirar al público en una puesta en escena espectacular. “Mi hija ama a Elsa de Frozen y sólo la quería ver a ella en escena. Yo también estaba fascinada”, rememora una turista argentina, por primera vez en Disney Wonder. También se proyectan las películas de la compañía en pantalla grande y los estrenos llegan a alta mar en simultáneo con la tierra. Los pochoclos se cobran aparte (US$ 3,5). A pesar de que hay casi 3 mil personas a bordo, no se ve sobrepoblación y la nostalgia y los sentimientos más puros son los compañeros de una travesía inolvidable.