Los países balcánicos se convierten en destinos cada vez más populares

Grecia está viviendo un auge nunca antes visto. Belgrado recibe casi 1 millón de visitantes por año. El turismo en Bulgaria también crece pero tiene un gran problema: la falta de personal.

Santorini es famosa por sus casas blancas situadas en el borde de un cráter. Los alojamientos con vistas al mar cuestan entre 200 y 300 euros por noche. (Foto: Pixabay) [ Ver fotogalería ]

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Redacción Perfil.com / Turismo

Los países balcánicos se convierten en destinos cada vez más populares, superando incluso a Turquía, que retrocedió en popularidad debido a los eventos políticos acontecidos en los últimos años y los atentados terroristas. La ausencia del turismo masivo y los precios convierten estos lugares casi desconocidos en los predilectos.

EL ESPLENDOR DE LAS ISLAS GRIEGAS

Grecia tiene más de 3.000 islas e islitas, que en total abarcan casi la quinta parte del territorio nacional. Como destino turístico, Grecia está viviendo un auge nunca antes visto y la lista de islas a visitar es amplia: destinos clásicos como Creta, Rodas, Cos o Corfú, unas vacaciones románticas en Santorini o ir de fiesta en Miconos.

Creta es la más grande de Grecia y un buen destino para todos los gustos: tiene playas hermosas, muchos lugares de interés cultural, como el Palacio de Cnosos, y bonitas ciudades portuarias, como La Canea y Rétino.

En el interior de la isla, con sus pueblos de montaña, aún pasan ovejas y cabras por las calles y hay muchos kafenios, típicos cafés griegos, que invitan a descansar un rato. Mientras que el norte de la isla es muy turístico, la costa sur también ofrece lugares solitarios. Lo mejor para explorar la diversidad de Creta es recorrer la isla en coche de alquiler.

Rodas es el destino turístico número 2 en Grecia y por esta razón hay una amplia oferta de hoteles de cuatro estrellas, muy solicitados. La isla goza de mucho sol y en los meses de verano apenas llueve. Por tanto, los turistas no deben preocuparse por su bronceado. El principal centro turístico en la costa este es Faliraki.

Situada en el este del mar Egeo, la isla de Cos no se convirtió en un destino turístico hasta en la década de los 80. Es, con diferencia, la más pequeña entre las cuatro islas principales como destinos turísticos en Grecia. Cos tiene playas magníficas y muchos hoteles. Especialmente las familias se sienten a gusto en esta isla.

La pasada temporada, muchos hoteles en Cos permanecieron vacíos debido a que a los turistas les molestaban los refugiados provenientes de Siria. Sin embargo, la situación se relajó tras la firma del pacto migratorio entre la Unión Europea y Turquía, y la isla se recuperó notablemente como destino turístico.

En Santorini casi no hay hoteles para el turismo masivo pero sí muchas elegantes villas boutique con vistas a la Caldera que fácilmente cuestan varios cientos de euros por noche. La demanda es tan elevada como los precios y, en pleno verano, las principales localidades de la isla están atiborradas de pasajeros de cruceros.

Mikonos es, después de Santorini, la segunda isla griega para gente famosa. Quien esté dispuesto a pagar por una cerveza el triple que en otras islas no se va a sentir decepcionado en Mikonos. El ambiente es animado e internacional. Debido a los elevados precios en la temporada alta, es recomendable pasar una noche en Miconos antes o después del verano.

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«BOOM» TURÍSTICO EN BULGARIA

En el balneario de Slanchev Brjag, conocido internacionalmente como «Playa del Sol», el turismo ya está en pleno auge en junio. Debido al riesgo de terrorismo en países marcadamente turísticos como Turquía o Egipto, Bulgaria se afianza como destino alternativo. Los turistas que suelen elegir este país como destino aprecian sobre todo la buena relación precio-servicio de las vacaciones todo incluido y las playas de arena fina.

«Los centros turísticos búlgaros son destinos seguros muy solicitados«, confirmó la ministra de Turismo, Nikolina Angelkova, en el Parlamento de Sofía. La ministra calcula que Bulgaria recibirá este año un diez por ciento más de turistas que en el año récord de 2016, cuando 8,2 millones de turistas extranjeros visitaron el país.

El Instituto de Análisis Turísticos en Sofía prevé para 2017 un aumento del número de turistas de un 11 por ciento con respecto al año pasado. Los principales competidores de Bulgaria como destino turístico son los países vecinos Grecia y Turquía. Los balnearios más conocidos -Slanchev Brjag en el sur y Slatni Pjassazi (Playa de Oro) en el norte- surgieron hace 60 años a lo largo de las playas de arena más largas de la costa del mar Negro.

Ya no queda rastro del turismo monótono planificado por el Estado comunista en aquel entonces. Con la transición del país a una economía de mercado, el número de hoteles creció como la espuma. Las viejas instalaciones fueron privatizadas y rigurosamente renovadas. Además, se crearon nuevos centros turísticos, espacios verdes, parques acuáticos y discotecas. Ahora, el cliente es el rey, reza el lema del sector turístico búlgaro.

Sin embargo, el turismo en Bulgaria tiene un gran problema: la falta de personal. En todos los balnearios de la costa se ofrecen empleos, pero debido a los bajos salarios que se pagan en el país más pobre de la Unión Europea, muchos recepcionistas, camareros, cocineros, limpiadoras y socorristas se trasladan desde hace años a países como Grecia, Italia o Malta, donde pueden ganar mucho más.

Ahora, Bulgaria intenta atraer a miles de trabajadores de países no miembros de la Unión Europea, como Ucrania y Moldavia, para cubrir la falta de personal. El Gobierno en Sofía flexibilizó el 1 de junio las normas para la contratación de trabajadores no comunitarios, ya que el turismo es un factor importante para el desarrollo del país. El sector turístico aporta alrededor de un 13 por ciento al producto interior bruto de Bulgaria.

Según cifras oficiales, los ingresos derivados del turismo entre enero y noviembre de 2016 ascendieron a 3.150 millones de euros (3.600 millones de dólares), un aumento del 15 por ciento respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, los ingresos reales probablemente fueron bastante más altos, porque la estadística oficial no incluye la economía subterránea en este sector.

«Estamos ante una mina de oro«, aseguró en la televisión estatal el viceprimer ministro Valeri Simeonov. Angelkova, la ministra de Turismo, señala nuevos objetivos, ambiciosos, para el futuro: con su rico legado cultural y buenos vinos, Bulgaria debería convertirse en un destino turístico durante todo el año, también para turistas más exigentes.

BELGRADO TIENE SU ENCANTO

Aunque es un destino cada vez más buscado, la capital serbia todavía no es más que un puntito en el mapa europeo del turismo. En 2016 visitaron Belgrado unos 950.000 turistas, la mayoría de ellos procedentes de Turquía, Croacia, Grecia, Eslovenia y Bulgaria. A modo de comparación: el mismo año, Praga recibió a siete millones de turistas, Budapest a cuatro millones y Barcelona a 32 millones.

Con una historia de tres milenios, Belgrado es un moscaico formado durante 27 siglos de civilizaciones superpuestas. Esto significa que hoy todo el mundo -jóvenes y viejos, ricos y pobres- pueden encontrar en la capital serbia algo que les guste, sobre todo si quieren evitar los grandes destinos turísticos de Europa, como Londres o París.

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Nota publicada el 5 de julio de 2017

 

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