DESTINOS CURIOSOS

La Isla de Terschelling, el destino holandés de los buscadores de tesoros

En el pasado fue el hogar de cazadores de ballenas y vagabundos que buscaban en la playa restos de naufragios. En el agua y junto a ella todavía hoy se pueden encontrar muchos tesoros.

Ciclistas de camino a la playa. [ Ver fotogalería ]

Ficha

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Terschelling es una isla holandesa situada entre el mar del Norte y el mar de Frisia con una playa gigantesca. En el pasado fue el hogar de cazadores de ballenas y vagabundos que buscaban en la playa restos de naufragios. En el agua y junto a ella todavía hoy se pueden encontrar muchos tesoros.

Hille van Dieren ama la playa de Terschelling. Viene aquí todos los días, a veces también por la noche. En realidad, prefiere visitar la playa cuando está oscuro. Hille tiene hoy 70 años. Cuando hay tormenta, podría quedarse tranquilamente en la cama. Sin embargo, cuando el viento sopla con fuerza 10 u 11 en la escala de Beaufort, no aguanta quedarse en casa.

Para Hille, una tormenta del noroeste es lo mejor que le puede pasar, porque entonces hay buenas posibilidades de que los barcos que navegan frente a la costa pierdan algunas cosas que las olas arrojan a la playa. Hille no podría soportar la idea de no estar en el lugar adecuado en tales momentos.

Holle exhibe en su museo unos 200 mensajes encontrados en botellas arrojadas al mar.

 

A lo largo de su vida, Hille ha traído a casa muchos tesoros, que en algunas ocasiones ha sacado a la superficie buceando hasta los restos de barcos hundidos. Para mostrar su colección única convirtió su casa paterna en la localidad de Formerum en un museo. Es la obra de su vida«Aquí, en esta habitación, nací», relata Hille señalando una foto de su familia. Buceando en busca de los restos de un naufragio halló en alguna ocasión el uniforme de un capitán, un sextante y un montón de porcelana.

Aún más curioso es lo que ha encontrado en la playa: aros salvavidas, ositos de peluche, muñecas, raquetas de tenis, cartones de tabaco y un vibrador sobredimensionado. En una vitrina separada, Hille exhibe unos 200 mensajes encontrados en botellas arrojadas al mar.

Efectivamente: la playa de Terschelling es gigantesca. La isla, situada frente a la costa de la provincia holandesa de Frisia, tiene una extensión de poco más de 30 kilómetros y una playa aún más larga. Cerca del pueblo de Midsland aan Zee, la playa parece infinita. El este de la isla es una reserva natural que se llama De Boschplaat, una importante zona de reproducción para aves marinas.

El pueblo más oriental de la isla se llama Oosterend. Desde esta localidad se puede ver muy bien la cadena de dunas situada junto al mar. «Sin las dunas, el mar arrasaría la isla«, explica el guardabosques Freek Zwart.

Equipados con botas de agua y baldes: El mar del Norte que rodea Terschelling ofrece exquisiteces como las ostras.

 

Con botas de goma, vaqueros, una cazadora, gorra de visera y media docena de baldes para juntar ostras, un guía turístico llamado Flang explica el sistema ecológico de las marismas en las aguas bajas del mar del Norte. Los participantes en la excursión caminan cuidadosamente por el lodo y sobre miles de conchas.

En muchos lugares encuentran ostras pacíficas. La especie autóctona ya se extinguió hace varias décadas. Con los dedos, Flang saca del lodo almejas, las reparte y muestra cómo pueden abrirse las conchas con la mano. «Estas saben bien con pasta, pero también se pueden comer así». Pasamos del dicho al hecho: no saben nada mal.

Cuando se trata de ostras, el gourmet de las marismas recomienda los ejemplares más pequeños. «Son más fáciles de tragar». De regreso al dique hacemos la prueba inmediatamente. Flang sirve pan y vino blanco. Enseña cómo se pueden abrir las ostras con un cuchillo. Después, todo es cuestión de sorber y comer en abundancia.

La inmensa playa de Terschelling invita a dar largos paseos.

Data

Terschelling es la segunda isla más grande de las cinco islas frisias ubicadas frente a la costa norte de Holanda. Está situada exactamente a mitad de las islas de Vlieland y Ameland. La principal localidad es West-Terschelling.

Cómo llegar: En tren o coche de alquiler a la ciudad de Harlingen, situada en la costa del mar de Frisia. El ferry que sale de Harlingen tarda unas dos horas en llegar a West-Terschelling, la lancha rápida 45 minutos. En temporada alta se recomienda reservar por adelantado el pasaje. El puerto de Harlingen tiene su propia estación de tren, desde la cual se llega en pocos minutos andando a la terminal de ferris.

Alojamiento: Terschelling tiene unos 5.000 habitantes y alrededor de 18.000 camas para huéspedes. El 97 por ciento de los turistas son holandeses. En West-Terschelling hay varios hoteles. Sin embargo, en toda la isla hay muchas casas de vacaciones y campings. (www.vvvterschelling.nl).

 

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