LA SEMANA DE TUCUMÁN / NOTA I
San Miguel de Tucumán desde adentro
Cuna de la Independencia, ofrece amplios parques, museos, edificios históricos y paseos. Fotogalería
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La capital provincia más pequeña de la Argentina, conocida con el prosaico apodo de «El Jardín de la República», goza de un clima hermoso y presume de ser la cuna de la Independencia del país. En la época colonial, era una escala obligada en la ruta que iba a la que hoy es Bolivia, pero tras la independencia fue la industria del azúcar la que mantuvo a la provincia en el mapa. Su histórica capital, San Miguel de Tucumán, está rodeada de pueblitos de montaña con impresionantes ruinas precolombinas.
Situada a los pies de la empinada sierra de Aconquija, la capital de la provincia es una de las ciudades más antiguas de Argentina, aunque la reconstrucción reciente ha dejado en el centro escasos edificios coloniales. Tras la independencia, la ciudad centró su atención en las sierras bajas de los valles, dejando de lado las tierras altas andinas, una tendencia que se vio acelerada con la construcción del ferrocarril de Buenos Aires a Córdoba.
Hace una década, San Miguel de Tucumán fue declarada como Ciudad Histórica por su enorme riqueza cultural. Es por ello que uno de los recorridos imperdibles por estas tierras norteñas, será el circuito que conforman casas antiguas, plazas, museos, callecitas y templos, legado patrimonial único donde se respiran sucesos que marcaron el nacimiento de un país libre.
La ciudad es apacible y tranquila; el mayor movimiento se da por la mañana o por la tarde dado que San Miguel tiene un sello distintivo que es la siesta: de 14 a 17 horas las calles quedan prácticamente vacías y los negocios cierran. Sin embargo, durante las noches el espíritu provinciano se puede sentir en bares, teatros, restaurantes y shopings que de lunes a lunes abren sus puertas hasta después de la media noche.
La mayoría de estos edificios se concentran alrededor de la Plaza Independencia, en el corazón de la ciudad, donde fue erigida la Estatua de la Libertad a pedido del entonces presidente Julio A. Roca. Rodeada por los principales edificios de la capital, desde la época colonial cumplió la función de Plaza de Armas, y hacia la década de 1850 se transformó en Plaza Paseo. A la sombra de árboles centenarios, se alza La Libertad, monumento realizado por la escultora Lola Mora e inaugurado en 1904.
Entre las primeras visitas está la Iglesia San Francisco (25 de Mayo y San Martín), un Monumento Histórico Nacional de 1767, refugio de tropas militares. La Catedral (24 de Septiembre y Congreso), una de las más antiguas del país, cuya cruz de madera es aún la original. El Museo Nicolás Avellaneda (Congreso 56), viejo punto de encuentro de la sociedad tucumana.
Entre las típicas casas está la Padilla (25 de Mayo 36), construida en 1860 bajo la impronta de la inmigración italiana, y la Nogués (24 de Septiembre 484) que introdujo la arquitectura francesa en 1911, en la cual desde 1972 funciona la Secretaría de Turismo. Otro de los destacados, es el Centro Cultural Rougés (Laprida 31) que supo ser un antiguo Petit Hotel de principios del siglo XX.
El Museo Tiomoteo Navarro (9 de Julio 36) hoy sede de numerosas muestras y obras. Y como pulmón verde el Parque 9 de Julio, donde se pueden ver centenares de especies de árboles, más de 20 estatuas, una pérgola, una atractiva fuente luminosa. Por último, la más importante y antigua casa colonial, es la de la Independencia, donde el 9 de julio de 1816 el Congreso de Tucumán declaró la independencia argentina, fue demolida casi 90 años después, prácticamente en su totalidad, a excepción del Salón de la Jura, y luego reconstruida en 1941 a base de fotografías y documentos.
Sabores y aromas
La comida típica de la zona Norte suele tener como principal característica ser picante, pero exquisita. Y Tucumán no es la excepción. Allí, podrán degustarse entre sus platos las clásicas empanadas tucumanas de carne cortada a cuchillo, con la particularidad de llevar pasas de uvas y aceitunas, las populares humitas, los humeantes locros y los tamales. Los postres en general están hechos a base de caña de azúcar y son destacados tantos los quesos de Tafí, como los vinos de los Valles Calchaquíes. Para comer la zona céntrica es ideal.
Por las noches
De visita en estas tierras no puede faltar una noche de peña folklórica donde se escucharán zambas y chacareras de grupos locales o de otras zonas del país, donde también se puede degustar un plato típico acompañado de un vaso de vino patero. Se recomiendan las peñas «El Alto de La Lechuza» (24 de Septiembre Esq. Marco Avellaneda), «Tocando al Frente» (Corrientes 936), «El Fortín» (Av. Alem Esq. Rondeau), «La Salamanca» (España Esq. Rivadavia) y «El Cardón» (Las Heras 50), entre otras. Para los ávidos de entretenimiento, están el Casino y el Bingo. Además, los fines de semana hay obras teatrales y centros de exposiciones que se renuevan cada semana.
Hola soy tucumano y vivo desde que nací en la provincia, y las empanadas tucumanas jamás llevaron aceitunas (ya que no son típicas de la provincia)y tampoco pasas de uva (las cuales se pueden encontrar en algunas variedades de empanadas salteñas).
Muchas de las fotos que estan publicadas en esa fotogaleria, me corresponden. y no se me nombra ni reconoce. Muchas de esas fotos fueron entregadas al ente para que este publicite la provincia. Siempre indicando mi nombre como autor, simplemente eso.