Este bonito pueblo italiano vende casas por un euro
En el casco viejo, el tiempo parece haberse detenido en la Edad Media. Entre muros de piedra y numerosas iglesias uno puede caminar por los estrechos callejones empinados sin encontrarse con mucha gente.
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| Nota publicada el 12 de octubre de 2017
En Gangi (Italia), una casa cuesta casi lo mismo que un café expresso. Aquí no existe ese ambiente de bullicio y ajetreo que caracteriza a la ciudad de Palermo, situada a una distancia de dos horas en coche. La localidad se construyó sobre un peñasco y tiene actualmente una población de unas 6.700 personas. En el casco viejo, el tiempo parece haberse detenido en la Edad Media. Entre muros de piedra y numerosas iglesias uno puede caminar por los estrechos callejones empinados sin encontrarse con mucha gente.
En la parte alta del Monte Marone se encuentra un castillo, construido en el siglo XIV. La localidad cuenta con otros edificios de interés turístico, como los palacios Sgadari y Bongiorno, residencias de dos nobles notables, la Abadía del Gangivecchio, que data del año 1366, y la Iglesia San Giuseppe dei Ricchi, de estilo romanesco. El pueblo tiene un aspecto pintoresco, con senderos en los alrededores y una imponente vista del volcán Etna. Sin embargo, nadie puede vivir solo de una bonita vista panorámica. Por eso, muchos habitantes abandonaron el pueblo para mudarse a las grandes ciudades o para emigrar.
El alcalde de Gangi, Francesco Paolo Migliazzo, está orgulloso de la idea de reanimar el pueblo, como si fuese suya. El trato es este: quien compre por un euro una casa en Gangi se compromete a restaurar el edificio en un plazo no mayor de tres años y tiene que depositar una fianza de 5.000 euros (unos 5.800 dólares). El objetivo es «revalorizar el centro histórico, repoblar el municipio y apoyar a los artesanos locales«, explica Migliazzo. Alrededor de 100 casas fueron vendidas por un euro en los últimos años, después de que el antecesor de Migliazzo, Giuseppe Ferrarello, lanzara la iniciativa, que fue imitada en municipios de la Toscana y en Lacio.
Alessandro Cilibrasi se encarga, junto con su socio Santo Bevacqua, de vender las casas de piedra ruinosas, descuidadas y abandonadas. Los edificios aún pertenecen a sus legítimos propietarios, que han manifestado ante el ayuntamiento su disposición a venderlas por un euro. La página web del municipio permite hacerse una primera imagen de la treintena de casas que están en venta. Uno también puede subirse directamente al viejo Fiat de Cilibrasi, que se desplaza a demasiada velocidad por las estrechas calles.
«En las casas que se venden por un euro todo se encontraba en un estado ruinoso. Había demasiado que hacer«, dice De Benedictis, de 69 años. Sin embargo, Cilibrasi enseñó a la pareja otra casa. Esta también tenía que ser renovada pero se encontraba en un estado muy bueno, asegura De Benedictis. Los jubilados de Bélgica decidieron en 2014 comprarla e invirtieron en la renovación unos 75.000 euros (casi 90.000 dólares).
Es dudoso que con la llegada de algunos extranjeros amantes de Italia se pueda frenar realmente el descenso de la población de Gangi. Sin embargo, la publicidad está en marcha y también en otros lugares el problema que supone el éxodo del campo a la ciudad ha fomentado la creatividad en los ayuntamientos de Italia. En Castel del Giudice, cuyo número de habitantes cayó de 1.500 a 340 desde la década de los 60, algunos establos abandonados fueron convertidos en un hotel con restaurante gourmet. Y en la isla mediterránea de Ventotene, el alcalde ha iniciado una campaña para atraer a hijos de inmigrantes para evitar el cierre de la escuela.
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