Por qué la holandesa Leeuwarden es una de las mejores ciudades para visitar en 2018
Leeuwarden será Capital Europea de la Cultura, lo que la convierte en uno de los mejores destinos para visitar el próximo año. En el agua de los tranquilos canales se reflejan las casas con frontones de varios siglos de antigüedad.
La vida transcurre apaciblemente en los callejones de la ciudad, capital de la provincia de Frisia, en el norte de Holanda. [ Ver fotogalería ]
Noticia publicada el 9 de diciembre de 2017
¿Ámsterdam? Por supuesto. Todo el mundo escuchó hablar de esa ciudad. La capital holandesa atrae todos los años a masas de turistas. ¿Pero Leeuwarden? «Todavía nos tienen que descubrir, con nuestra peculiar característica frisona. Somos diferentes a la gente que vive en las grandes ciudades holandesas«, asegura Babette Byleveld.
Cuando ella era niña, su familia, originaria de Leeuwarden, se mudó al oeste de Holanda, a la población costera Bergen aan Zee. Nueve años después, la mujer, que hoy tiene 32 años, volvió a su ciudad natal. «Aquí no vivimos estresados«, afirma Babette. La vida transcurre apaciblemente en los callejones de la ciudad, capital de la provincia de Frisia, en el norte de Holanda, que ha sido declarada Capital Europea de la Cultura 2018, junto con la capital de Malta, La Valeta.
En el agua de los tranquilos canales se reflejan las casas con frontones de varios siglos de antigüedad. La imagen de la ciudad comercial, que a principios de la Edad Media estaba comunicada con el mar de Frisia, está marcada por pequeñas tiendas en las calles Nieuwe Oosterstraat y Kleine Kerkstraat. Sin embargo, en el siglo XV el mar se encenegó convirtiendo a Leeuwarden en una ciudad insignificante del interior, situada a 40 kilómetros del mar. Solo 100 años después, Leeuwarden, situada en tres lomas artificiales, se convirtió en el centro administrativo de la provincia de Frisia.
Probablemente para realzar la importancia de su ciudad, los habitantes de Leeuwarden tuvieron en el siglo XVI la siguiente idea: construir la iglesia más grande de los Países Bajos, con una torre de 100 metros de altura. «Sin embargo, el plan fracasó y las obras terminaron cuando se había alcanzado una altura de 40 metros«, explica la guía turística Christina Völker delante del voluminoso monumento de ladrillo, que tiene una preocupante inclinación de exactamente 1,99 metros.»El arquitecto, Jacob van Aken, no tomó en cuenta el hecho de que la torre se encuentra exactamente en el límite entre tierra firme y suelo lodoso«.
Más de 500 años después, la torre inclinada, Oldehove, es el símbolo de la ciudad y un popular mirador que atraerá a muchos visitantes en 2018, cuando Leeuwarden será Capital Europea de la Cultura, lo que la convierte en uno de los mejores destinos para visitar el próximo año. La directora artística del programa llamado Leeuwarde-Fryslân 2018, la británica Claudia Woolgar, menciona 60 grandes eventos. Woolgar lleva trabajando desde marzo de 2015 en el proyecto, que comienza los días 7 y 26 de enero.
El agua es el protagonista del proyecto. Esto no es de extrañar, ya que amplias zonas de la provincia están situadas por debajo del nivel del mar. Los numerosos lagos, canales y el mar de Frisia abarcan más de 2.400 kilómetros cuadrados, de una superficie total de la provincia de 5.700 kilómetros cuadrados. Detrás del Dique del Mar del Norte se encuentra Wierum. En este pequeño pueblo, de 330 habitantes, se construirá a partir de mediados de julio de 2018 en el mar de Frisia un malecón de 500 metros de largo con un pabellón. La idea es que los visitantes vivan más de cerca el mar de Frisia, que es poco profundo e incluso se puede atravesar a pie durante la marea baja.
La periodista cultural Anna Tilroe tuvo que emplear a fondo su fuerza persuasiva ante los comités de ciudadanos para que dieran luz verde a su proyecto «11 Fountains». Consiste en la instalación de 11 fuentes diseñadas por renombrados artistas de todas partes del mundo en las 11 ciudades situadas a lo largo de la ruta de la Elfstedentocht, una histórica carrera de patinaje sobre hielo que recorre una distancia de casi 200 kilómetros sobre canales y lagos helados. «Las fuentes crean un nuevo vínculo entre las ciudades«, explica Tilroe. La última vez que se realizó la famosa Elfstedentocht fue en enero de 1997: los inviernos ya no son lo suficientemente fríos, por lo que la capa de hielo es demasiado delgada para soportar el peso de los miles de participantes.