La realidad virtual permite recorrer las ancestrales termas romanas

Las Termas de Caracalla, una de las construcciones más majestuosas de la antigua Roma, recuperaron su esplendor original gracias a la tecnología de realidad virtual.

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Nota publicada el 23 de enero de 2018

Las Termas de Caracalla, una de las construcciones más majestuosas de la antigua Roma, recuperaron su esplendor original gracias a la tecnología de realidad virtual, permitiendo a los visitantes que aprecien el aspecto que tenían hace casi 2.000 años. Inaugurados en el año 216 antes de Cristo, los baños públicos tenían cinco niveles, tres de ellos bajo tierra, y podían recibir a hasta 8.000 personas al día. Originalmente estaban lujosamente decorados con pisos de mármol y estatuas gigantes. Los muros que todavía se mantienen en pie tenían una altura de casi 40 metros.

La entrada a las Termas de Caracalla cuesta ocho euros (9,50 dólares). Por siete euros adicionales los visitantres pueden conseguir gafas de realidad virtual para un paseo alrededor de la estructura, considerada como una de las maravillas de la antigua Roma. Al orientar las gafas hacia las ruinas actuales de las termas, los dispositivos usan la realidad aumentada para mostrar el aspecto que tenían los baños cuando fueron inaugurados, incluyendo recreaciones de las estatuas más famosas, el Toro Farnesio y el Hércules Farnesio.

Las gigantescas esculturas de mármol fueron retiradas a mediados del siglo XVI por el papa Pablo III, quien las usó para decorar su casa de campo. El Toro Farnesio, que actualmente se exhibe en Nápoles, es la escultura más grande que se ha conservado de la Antigüedad. «Cuando vi el Toro Farnesio en su entorno original, sentí una gran emoción», dice Marina Piranomonte, la arquéloga que está encargada de gestionar el sitio histórico. «Mi primer pensamiento fue: esto realmente es magnífico y lo hicimos».

Los baños antiguos, situados cerca del Circo Máximo, también incluían un gimnasio, dos bibliotecas y un espacio para competiciones deportivas y otras actividades recreativas. Los arqueólogos creen que las termas fueron construidas para competir en majestuosidad con el Foro Romano. La arquitectura de Caracalla ha servido como telón de fondo de decenas de películas, entre ellas «La Dolce Vita», un filme clásico de Federico Fellini, rodado en 1960, y «Zoolander II», una película más reciente, y además inspiró el diseño de la estación de tren Union en Chicago.

«Me encanta Chicago y siempre voy a la estación Union cuando estoy allí para hacer un selfie», dijo Piranomonte. «Sin embargo, creo que nuestros baños son mejores. La arquitectura romana es tan magnífica que no hay nada de ella que no haya sido copiado», afirmó la arqueóloga. Los baños permanecieron abiertos hasta el año 537 después de Cristo, cuando invasores visigodos cortaron el suministro de agua para Roma. En siglos posteriores, los baños fueron usados como cantera. A partir del siglo XIX fueron excavados completamente. Actualmente sirven como escenario de conciertos y óperas en verano.

 

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