Los fantásticos paisajes de Madeira, la patria bonita de Cristiano Ronaldo

En 2017, fue elegida por tercera vez consecutiva como el mejor destino turístico isleño en el mundo. ¿Qué es lo que hace tan especial la «isla de las flores» en el Atlántico, que este año celebra el aniversario 600 de su descubrimiento por los portugueses? Galería de imágenes.

La isla volcánica frente a la costa oeste de África ya fue descubierta en el siglo VI antes de Cristo por fenicios. En 2017, Madeira fue elegida por tercera vez consecutiva como el mejor destino turístico isleño en el mundo. (Fotos: dpa/Pixabay) [ Ver fotogalería ]

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Cuando la mayoría de la gente piensa en una isla de ensueño, probablemente les vienen a la mente imágenes de playas de arena tan blanca como la nieve, agua de color turquesa, cocoteros y calor tropical. Madeira, sin embargo, no tiene fama de ser un paraíso para el turismo de playa ni las temperaturas del mar son muy altas.

La isla volcánica frente a la costa oeste de África ya fue descubierta en el siglo VI antes de Cristo por fenicios. Sin embargo, en 1418, el portugués Joao Goncalves Zarco desembarcó después de una tormenta en la isla vecina de Madeira y, en señal de gratitud, la bautizó como Porto Santo. Un año después, el navegante también conquistó para Portugal la isla principal, Madeira.

Este año y en 2019, la isla desarrolló para celebrar el aniversario 600 de su conquista por Portugal un amplio programa de eventos, exposiciones y fiestas populares. El hijo más famoso de la isla es Cristiano Ronaldo. «Madeira tiene algo que ofrecer a todo el mundo. Son tantos los lugares bonitos en la isla», afirma el futbolista profesional.

El restaurante Faja dos Padres, en Madeira. Más fotos


«Durante todo el año, el clima es agradablemente templado. La calidad de los hoteles y los servicios es muy alta y la infraestructura es excelente», subraya Ronaldo. Además, Madeira es un destino turístico muy seguro. La isla atrae a senderistas, buceadores, turistas de playa, gourmets y personas aficionadas a la cultura.

Ronaldo es algo así como el rey de Madeira y, sin duda, la mejor propaganda internacional para su isla natal. Esto queda claro desde el momento mismo en que uno llega a la isla. «Acabamos de aterrizar en el aeropuerto internacional «Cristiano Ronaldo» de Madeira», dice la azafata.

El año pasado, Ronaldo, cinco veces nombrado mejor futbolista del mundo, personalmente rebautizó con su nombre el aeropuerto de Funchal. Antes de que los turistas se dirijan al hotel, tienen que hacer rápidamente la obligada foto con el busto de Ronaldo en la salida del aeropuerto. El busto inicial fue sustituido en junio por otro, porque la cabeza de bronce original estaba tan desfigurada que había suscitado muchas burlas.

El polémico busto de CR7 en el aeropuerto de Funchal. Más fotos


Solo pocos turistas viajan a Madeira para explorar las huellas de Ronaldo. «Sin embargo, a muchos turistas no les llamaba la atención Madeira hasta que se enteraron de que Ronaldo es originario de aquí», dice Nuno Viveiros, director del Museo CR7.

Las siglas de Ronaldo y su número de dorsal son un imán turístico. «Actualmente somos el museo más visitado en la isla», señala Viveiros, quien es también primo de Ronaldo. Unos 250.000 visitantes ya contemplaron la colección de copas y trofeos del jugador. Los fans también pueden ver en el museo camisetas firmadas y correos de aficionados de todos el mundo. Las botas de fútbol del hijo predilecto de Madeira están expuestas en vitrinas iluminadas como si fueran valiosos objetos de arte.

Junto al museo se encuentra el nuevo «Hotel Pestana CR7». De cuatro estrellas, es uno de los más modernos y más frecuentados de la isla. Un sitio elegante con una enorme piscina. El bar en la azotea ofrece una magnífica vista del puerto de cruceros. Sin embargo, no al todo el mundo le gusta dormir bajo cuadros de Ronaldo.

«Hotel Pestana CR7». De cuatro estrellas, es uno de los más modernos y más frecuentados de la isla. Más fotos


Pero Madeira es mucho más

La isla es sobre todo un paraíso natural para senderistas. En 1999, los bosques de laureles de Madeira fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Ya en el año 1860, la emperatriz Sissi de Austria se trasladó a Madeira por su agradable clima templado para someterse a una fisioterapia respiratoria. Estaba encantada con la colorida naturaleza de la isla con sus alrededor de 760 diferentes varieades de plantas y flores.

Sin embargo, este día casi no se puede ver nada de la vegetación. Está lloviendo y hay una densa niebla. Aun así, es fácil encontrar el sendero de Queimadas, que atraviesa el parque natural hasta Caldeirao Verde, el valle verde en el centro de la isla. Solo hay que seguir las «levadas», estrechos senderos que discurren junto a antiguos canales de irrigación. «Los primeros canales ya fueron construidos por los portugueses a finales del siglo XV para conducir agua potable desde el interior de la isla hacia la costa«, explica el guía Samuel Freitas.

Actualmente, las «levadas» conforman una red de senderos de más de 2.000 kilómetros que atraviesa la isla a diestro y siniestro. Los caminos pasan junto a peñas escarpadas cubiertas de muzgo, gigantescos helechos y cascadas de hasta 100 metros de alto. Los senderos atraviesan bosques de laureles cuyas ramas están cubiertas de líquenes gruesos y pilosos. Gigantescos árboles nudosos, bosques que parecen haber sido sacados de un cuento de hadas. El aire huele a madera podrida y orégano silvestre.

El restaurante Faja dos Padres. Más fotos


En el extremo oeste, en la península de Ponta de São Lourenço, hay senderos que atraviesan caprichosos paisajes volcánicos. Aquí, en Carnical, hay un interesante museo de las ballenas. En el pasado, la isla vivió de la caza de ballenas. Actualmente, Carnical es un centro mundial para excursiones turísticas para el avistamiento de ballenas y delfines.

También la cocina de Madeira es todo un descubrimiento. «Son pocos los que vienen aquí con elevadas expectativas gastronómicas», admite Mario Jardim Fernandes, quien sirve exquisiteces a turistas en su finca Faja dos Padres. «A la postre, sin embargo, la mayoría de los turistas mencionan la comida como uno de los motivos para querer volver a Madeira».

Hasta hace poco solo se podía llegar en barco a la finca con el restaurante y casas de vacaciones. Acantilados de 300 metros de alto aislaban la lengua de tierra hasta que se instaló en 2016 una telecabina. El restaurante es conocido en toda la isla por su pescado fresco y lapas.

Las calles de la ciudad de Funchal. Más fotos


Ya en el siglo XV, los monjes franciscanos aprovecharon el microclima para cultivar aquí las primeras vides. Hoy, Faja dos Padres es conocida como la cuna del famoso vino dulce de Madeira. En Funchal, la animada capital de la isla, el turista puede informarse de la historia del vino de Madeira en la antigua bodega de la familia Blandy, actualmente convertido en sala de catas y museo. De todas maneras vale la pena visitar Funchal. La pequeña ciudad tiene bonitos jardines, viejas iglesias y monasterios, el Mercado dos Lavradores, un mercado campesino, museos interesantes, los famosos carros de cestos y, por supuesto, el Museo de Ronaldo.

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