CONSEJOS DE VIAJES
No te endeudes por culpa de Instagram: no todo lo que brilla es oro
Las idílicas fotos que tus conocidos o desconocidos publican en las redes sociales no tienen nada que ver con el bienestar económico. Muchos hacen sacrificios extremos, y no es necesario que lleguemos a ese punto. Algunos consejos.
Foto: Pixabay [ Ver fotogalería ]
¿Cuándo fue la última vez que las fotos tus amigos, conocidos, compañeros de trabajo o completos desconocidos en Instagram te hicieron sentir bien? Es un gran dilema: en sus fotos cuidadosamente seleccionadas y editadas, todos ellos parecen vivir de vacaciones, lo que genera frustración: ¿Cómo hace esta gente para viajar a Nueva Zelanda e Indonesia en el mismo año? ¿Cuándo te tocará a ti recorrer en auto la costa del Pacífico en Estados Unidos, tomando vino en terrazas bañadas por el sol del Mediterráneo o tomar sol en Santorini?
Obviamente, nadie en las redes sociales muestra las abolladuras del auto, las discusiones y el mar humor, y el mal tiempo típicos de todo viaje. Y ni hablar de las facturas de tarjeta de crédito que les llegan después. En Estados Unidos, por ejemplo, casi la mitad de los hogares tienen deudas en tarjetas de crédito, según un análisis de NerdWallet. La deuda promedio es de 6.929 dólares, un balance que implica un pago de 1.141 dólares anuales en intereses.
Pero no nos vayamos tan lejos. En Argentina, las estadísticas oficiales muestran que las deudas de tarjetas de crédito no paran de crecer desde hace dos años y medio, se aceleraron en 2018 y llegaron al mayor nivel en ocho años. Según el monitoreo del Banco Central, si a fines de 2015 sólo 2,1% de los préstamos al consumo de las familias estaba en situación “irregular” (con al menos 90 días de atraso o altas chances de no poder pagarse), en 2018 el indicador ya arrancó en 3% y creció mes a mes hasta tocar un 3,7% en junio, el último dato disponible.
«No hay forma de saber cuánto dinero tienen sus amigos», dice el sitio web sobre opciones de ahorro e inversiones NewdWallet. «Pero es previsible que al menos algunos de ellos no estén realmente en condiciones de hacer los viajes que hacen que usted se sienta inferior sin apelar a sus tarjetas de crédito». Hay formas de aliviar la ansiedad sin gastar una fortuna en vacaciones. El sitio web aconseja separar un día para ir a un museo con entrada gratuita o con un precio reducido para no pensar tanto en el trabajo, y también te recomienda tratar de formar un club de lectores con sus amigos o unirte a un grupo que hace excursiones todos los meses para sentirse parte de una comunidad.
Si no ahorraste y necesitas irte a algún lado pronto, tratá de ser flexible con las fechas y los destinos y estate pendiente de ofertas online.
«Considere ir a algún sitio cercano que nunca visitó. Comparta el gasto de un Airbnb con amigos y pase un fin de semana jugando a las cartas, en contacto con la naturaleza y haciendo actividades artísticas», aconseja NerdWallet, que considera que «tarjetas de crédito no siempre son el enemigo». Si uno es disciplinado en los pagos y no se endeuda demasiado, es una buena idea conseguir una tarjeta con premios que permitan subsidiar futuros viajes. «Sea realista y no gaste más de la cuenta, porque de lo contrario puede terminar pagando mucho dinero en intereses, generando más ansiedad», recomiendan.
Pero hay otra opción para evitar las frustraciones y la tentación de gastar más dinero del que tenemos en la caja de ahorro: no mirar Instagram.
«No tiene que ser demasiado radical», dice NerdWallet. «Puede seguir publicanos fotos y comunicándose con sus amigos mediante mensajes directos, pero no vea tanto lo que publican otros. Fíjese una meta y espere hasta el mediodía para revisar la aplicación, o elija dos momentos del día para hacerlo. Igual que con cualquier comportamiento que trata de cambiar, al principio no será fácil, pero a la larga se sorprenderá de lo poco que añora la aplicación. Llene el tiempo que recupera con actividades que le dan placer».
Lo ideal es hacer planes y elegir experiencias de viaje a partir de lo que la o lo hace feliz, no de la visión adornada de otros.
D.S.