ITALIA / 36 hs. en Bolonia
Bolonia al rojo vivo
Aunque no tenga costa, la capital de la Emilia-Romaña tiene sobrados motivos para integrar la agenda de viaje.
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Por Ondine Cohane (*)
Vibrante, independiente y hogar de una de las universidades más antiguas de Europa, Bolonia es un dinámico contraste con ciudades más populares y turísticas como Roma y Florencia, en Italia. A casi 80 kilómetros al norte de Florencia, los puestos de mercado rebosantes de espárragos y habas, las tiendas delicatessen con carnes maceradas y las osterias que sirven pasta fresca con el clásico “ragu” (conocido como salsa bolonesa en el resto del mundo) son motivos irresistibles para quedarse mucho tiempo. Y también están las obras maestras arquitectónicas como la iglesia de Santo Stefano y las icónicas Due Torri (Dos Torres).
Viernes, 16 hs. Espiral ascendente
Bolonia es famosa por sus kilometros de portici, o galerías techadas color terracota, y los 666 arcos que llevan al Santuario della Madonna di San Luca, una basílica construida sobre la metrópolis, ícono de la ciudad. Inicie en la puerta Meloncello y suba serpenteando la colina, con vistas de la quebrada campiña y de la extendida parte nueva de la ciudad con sus torres de oficinas y florecientes suburbios. El premio por llegar a la cúspide es la basílica, designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con su pintura de Santa María, supuestamente de Lucas, el Evangelista y que, según algunos, fue traída a Bolonia desde Oriente Medio, en el siglo XII.
18 hs. Arte en Saragozza
El panorama del arte contemporáneo del vecindario Saragozza es notable por la inspirada renovación de las galerías. La Galeria Otto, por ejemplo, ha reinventado una parte del Collegio di San Luigi dei Barnabiti (una escuela que data del siglo XVIII) con ventiladas salas bañadas de luz que son perfectas para exhibir obras contemporáneas de artistas como el expresionista abstracto italiano Luigi Carboni y el fotógrafo noruego Per Barclay, famoso por sus instalaciones evocadoras. Ahí cerca, la Galleria Marabini (Vicolo della Neve 5) cuenta con exhibiciones temporales que se yuxtaponen maravillosamente con los muros y frescos originales de una ex iglesia que se remonta a 1661.
20 hs. Hora de comer
Un plato clásico de Bolonia son los tortellini en brodo, una delicada pasta rellena con una pizca de carne de cerdo nadando en un aromático caldo de pollo. Un templo culinario dedicado a ésta y otras tradicionales comidas es All Osteria Bottega (Via Santa Caterina 51), un sitio acogedor con pisos de madera y muebles pintados. A los platos de mortadela y queso les siguen opciones recién elaboradas como tagliatelle con culatello (considerada la parte más suave de la pierna de cerdo), berenjenas con parmesano y especialidades de la casa como pichón a la parrilla (desde 13 euros cada entrada).
Sábado, 10 hs. Tour de comida
Considere que el área que rodea el Mercato di Mezzo es una obligación culinaria. Además de los escaparates dedicados a todo tipo de comidas hay una nueva sucursal de Eataly (Via degli Orefici, 19 www.eataly.it), con su emporio de libros y productos gourmet italianos, barra de vino y restaurante; Tamburini, una tienda delicatessen, que también sirve más de 200 variedades de vinos por copa; Atti Panificio, una panadería que data de 1880, y Simoni (Via Drapperie 5/2a), una salumeria (fiambrería). En Terzi (Via Oberdan 10/D) la preparación del café es todo un arte. Kopi Luwak es una variedad que crece en estado natural en Indonesia (€ 7.5 el espresso) y Sigri, de Papúa Nueva Guinea (€3 el espresso).
Alguna vez parte del gueto judío, el próspero vecindario que rodea la Via Oberdan alberga algunas de las tiendas más encantadoras. Decir que Hoffmann (Via Altabella 23) es una tienda de juguetes no hace justicia a la capacidad inventiva del espacio, con instalaciones de arte y juguetes fabricados a pedido que incluyen caballos de madera y lámparas de elefante. En 3 Terre (Via Oberdan, 8AB; 39) se venden faroles y otro tipo de muebles de India, Indonesia y China. No se pierda Bruno e Franco (Via Oberdan, 16; 39-051-233-692; la-salumeria.it), una tienda delicatessen donde hombres con monos rojos cortan carnes maceradas en rebanadas delgadas como el papel. También hay pastas frescas.
18 hs. Happy Hour italiana
En el bar S-wine (Via A. Righi 24A) se reúnen estudiantes y gente elegante para disfrutar de un Aperol (licor de naranja, prosecco y una pizca de soda) en el acogedor ambiente con madera iluminada, o en una mesa al exterior. Después del trabajo, empresarios y residentes del vecindario paran en la Enoteca Italiana (Via Marsala 2/b; 39-051-235-989; enotecaitaliana.it) para saborear un espumante Franciacorta o Gaja acompañado por un plato de carne y queso. Serghei (Via Piella 12) es uno de los sitios más difíciles de reservar en la ciudad, porque se destaca por la cocina “estilo mamma” por el que Bolonia es famosa. De hecho, Diana Fasotti, la madre del dueño, prepara toda la deliciosa pasta fresca, como ravioli rellenos de rúcula y bañados con queso Gorgonzola, y los fideos con el clásico ragu. Las entradas también son simples y tradicionales como albóndigas de ternera con ricotta y zucchini (desde 13 euros).
Domingo,11 hs. Descanso de arte
Giorgio Morandi, fallecido en 1964, fue uno de los pintores contemporáneos más famosos de la ciudad, y un museo (Piazza Maggiore 6; museomorandi.it; entrada € 6,00) ubicado en el piso de arriba del Palazzo d’Accursio del Siglo XIV (el ayuntamiento de la ciudad) celebra su fama.
Mediodía, mirada a la iglesia
De camino a la exquisita iglesia de Santo Stefano (una serie de iglesias, claustros y patios que datan de los lejanísimos siglos V, VIII y XII), deténgase en la nueva Colazione da Bianca (Via Santo Stefano 1), inaugurada el año pasado. Con cornetti y cappuccino, además de comida para almorzar, es una buena parada antes de despedirse de Bologna y de la Emilia Romaña, en una de sus iglesias más antiguas.
(*) The New York Times / Travel – Nota publicada en el Diario PERFIL el 17 de agosto de 2012