DESTINOS GASTRONÓMICOS
De camarones a serpientes: todo esto podés comer en los mercados de Taiwán
Algunos visitantes llevan traje, otros sandalias de plástico. Algunos van comiendo al paso, otros se toman su tiempo en los puestos, que están abiertos hasta la medianoche.
Mercados nocturnos, un punto de encuentro muy popular en Taiwán. Foto: Taiwan Tourism Bureau [ Ver fotogalería ]
Publicado el 18 de julio de 2019
Muchos lugares nos conquistan a través del paladar, especialmente si tienen tanto para ofrecer como los mercados nocturnos de Taiwán, donde el tofu tiene un aroma como en pocos sitios. A pocos metros del puesto de tofu sirven un té de jengibre maravilloso. Aquí un puesto bulle detrás del otro.
Yu-Hsin Chen, trabajadora social, trabaja en uno de estos mercados para respaldar emprendimientos que ayudan a personas sin techo. Si uno compra un bocadillo o una porción de pollo al curry en su puesto, está colaborando con su proyecto. En realidad, en un primer momento su propuesta sorprende, porque Taiwán, tremendamente moderno y limpio, no muestra grandes signos de pobreza. Veamos algunos aspectos de estos mercados tan especiales:
No hay insectos, pero sí hay serpientes
“Para nosotros los mercados nocturnos son un modo grandioso de entretenernos, de caminar, de ver cuál es la última moda mientras comemos y bebemos”, comenta la guía Michelle Chiu. En estos corredores no hay platillos exóticos con insectos, pero quien busque un momento álgido podrá probar serpiente. El punto más conocido en Taipei es el Huaxi Street Tourist Night Market, que lleva como subtítulo Snake Alley (callejón de las serpientes). Todo comienza con una serie de tragos bien helados. “Sangre de cobra con miel”, explica Miss Elsa señalando un vaso con un brebaje rojo.
La camarera va indicando en inglés cómo consumir la curiosa pócima. Primero se bebe la mitad del contenido y luego se va rellenando con otros licores colocados sobre la barra. Degustaremos algunos en forma líquida mientras probamos unos trocitos del tamaño de una castaña por separado. “No los muerdan, sólo tráguenlos”, dice Miss Elsa con gesto enigmático y añade con una gran sonrisa: “Es bueno para la salud”.
Un masaje endemoniado
¡Esto sí que no debe haberlo probado nunca! No hay como darse un buen masaje después de un placer culinario. En la Snake Alley hay un estudio detrás del otro. Y no tiene nada que ver con un barrio rojo. Mister Joseph tiene una destreza insospechada con la palma de las manos y un aspecto más bien de profesor universitario. Se coloca unos guantes de látex y se las ingenia para convertir esa presión que lleva al límite del dolor en una sensación de relax y bienestar.
Camarones sin piedad
Medio Taipei circula por los mercados nocturnos cuando el tiempo lo permite. Las oficinas locales ofrecen una lista de 14 sitios para visitar en diferentes distritos a los que se puede llegar gracias a un metro muy rápido y eficiente.
Un sitio muy recomendable es, por ejemplo, el Shilin Night Market, el paraíso de los camarones, al menos para el comensal. El maestro de ceremonias abre los camarones vivos y los coloca directamente a la plancha. Si bien los taiwaneses son muy pacíficos y templados en otros ámbitos de la vida, en la cocina no saben lo que es la piedad. El pescado y los frutos de mar los quieren bien frescos.
Cortesía por sobre todas las cosas
Algunos visitantes llevan traje, otros sandalias de plástico. Algunos van comiendo al paso, otros se toman su tiempo en los puestos, que están abiertos hasta la medianoche. “Los mercados nocturnos suelen estar ubicados cerca de algún templo, ya que eran sitios en los que se reunía la gente”, explica la guía Chiu. El clima entre las personas parece responder a esos orígenes: el trato se caracteriza por un respeto absoluto. Todos se sienten muy seguros.
En las afueras de Taipei
En el Garden Night Market no hay prácticamente nadie de aspecto europeo. Es un sitio muy recomendable para familias con niños. Los más pequeños pueden jugar a pescar objetos de plástico, pasar alguna ficha en las máquinas, arrojar aros sobre botellas o intentar reventar globos con flechas.
También se alzan aromas dulces, picantes, a carne, canela, setas y pescado. Es el Ruifeng Night Market, donde se pueden probar embutidos, patas de gallo y panqueques con cebollas verdes. Lo más tentador: los helados.
De todos modos, los mercados no son más que una parte, muy pequeña, de lo que se puede ver en este gran país. De día se pueden visitar muchísimas zonas bellas en las islas. Sin embargo, el lugar en el que se puede conocer realmente la mentalidad de la gente es en el mercado, donde se manifiesta toda su amabilidad, su sentido de comunidad así como sus modos de consumir y de disfrutar.
Andreas Drouve (dpa)