Viajar en avión también contamina: el turismo es otro enemigo del planeta
Si se viaja en economy desde Berlín hasta Nueva York, idea y vuelta, en un Boeing 747-400 se genera por pasajero una emisión de dióxido de carbono (y otras sustancias nocivas) de 2,722 toneladas.
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(Publicado el 6 de diciembre de 2019)
Los suecos tienen una palabra para un sentir vergonzoso muy específico: volar en aviones. Transportarse por el aire genera una elevada tasa de dióxido de carbono; es muy contaminante. Greta Thunberg, la activista sueca de 16 años, que se hizo conocida mundialmente por sus solitarias protestas frente al parlamento de Suecia exigiendo medidas contra el cambio climático, no utiliza aviones por ese motivo. ¿Tendremos que dejar de volar y hacer turismo para reducir la huella de carbono?
Esta semana, la adolescente llegó a Portugal después de 20 días de viaje en barco, para tomarse un tren a Madrid, donde se está realizando la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP 25). Thunberg llegará a la capital española este viernes 6 de diciembre a bordo de un tren nocturno desde Lisboa.
Greta Thunberg es consciente de que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, y que no volar es consecuente para reducir la huella de carbono.
No es la primera vez que Thunberg se dispuso a cruzar el Atlántico en barco, ni a viajar en tren. El pasado septiembre, realizó una hazaña similar cuando navegó en el velero para asistir a la Cumbre sobre Acción Climática de las ONU 2019 en Nueva York. La joven es consciente de que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, y que no volar es consecuente para reducir la huella de carbono.
A sus 16 años la adolescente es el rostro y la voz de una juventud preocupada, que recicla la basura, limpia las playas, evita la carne y los aviones y vota por partidos ecologistas en las elecciones. Preguntada por un periodista sobre qué medio de transporte alternativo utilizaría a quienes no pueden permitirse viajar un mes en barco, Greta dijo esta semana que no viaja así por el mundo «por que quiera» sino porque es «fundamental mandar el mensaje». La joven admite que «no todo el mundo va a cruzar el Atlántico en barco» pero criticó que en la actualidad es «imposible viajar de forma sostenible». «Yo no digo a la gente como tiene que viajar, pero por supuesto hay unas soluciones alternativas. No puedo decir a nadie qué debe hacer», insistió.
Según la Agencia Ambiental Europea, las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea procedentes de la aviación internacional se multiplicaron más del doble desde 1990. Sin embargo, la industria aérea no es la única contaminante a la hora de viajar. Si bien se calcula que es responsable de entre el 2% y el 3% de las emisiones de carbono totales a nivel mundial, sólo representa el 14% de la contaminación global del transporte, frente al 74% de los desplazamientos en carretera.
¿Qué pasa con el turismo?
Para «sobrevivir» y «prosperar» frente al cambio climático, el turismo debe transformarse. «No tenemos elección», advirtió en la COP 25 Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de las Naciones Unidas para el Cambio Climático. En 2018 el turismo generó el 10,4% del Producto Interior Bruto mundial, lo que significa que generó más de 8,8 billones de dólares y produjo alrededor del 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
«Los estragos del cambio climático pronto requerirán que todos nosotros, especialmente los gobiernos y las empresas, hagamos las cosas de manera diferente», dijo Espinosa a los representantes del sector turístico que estaban presentes en la COP 25. «Si algunas compañías e industrias no se adaptan a este nuevo mundo, dejarán de existir», aseguró la secretaria ejecutiva citada por Sputnik.
La presidenta y directora ejecutiva del grupo industrial World Travel and Tourism Council (WTTC), presente en la COP 25, Gloria Guevara, dijo que el mensaje ya está claro para los miembros de su organización, y que el clima y el medio ambiente son «la máxima prioridad» También recordó que el WTTC se fijó como ambición que el sector sea climáticamente neutro para 2050.
El consumo de combustible está ligado además a la carga y a la cantidad de asientos de cada aeronave. Un viaje de Berlín a Nueva York genera por pasajero una emisión de dióxido de carbono de 2,722 toneladas
«El CO2 es directamente proporcional al consumo de combustible», explica Dietrich Brockhagen de Atmosfair, una organización que cuenta con una base de datos de todos los aviones a nivel global y de cómo se utilizan. El consumo de combustible está ligado además a la carga y a la cantidad de asientos de cada aeronave. El perfil de aviación también es decisivo, ya que «el mismo avión puede consumir por persona por kilómetro el doble de combustible de aviación en un tramo corto que en un tramo medio», explica el físico.
Atmosfair multiplica la emisión de CO2 por el factor tres debido a que contempla todo el resto de sustancias que impactan en el clima. Si se habla del impacto de los viajes en avión, el cálculo de Atmosfair incluye el efecto de calentamiento del CO2 y el resto de las sustancias, trasladadas a CO2. Además se contemplan otros efectos. Si bien una persona, como veraneante, no tiene que estar al tanto de todas las variables a tener en cuenta, puede recurrir a la web de Atmosfair o a otras páginas de cálculos de efectos climáticos que existen en la red y con pocos clicks sabrá cuál es la huella de CO2 que deja con sus recorridos.
Un ejemplo teórico: Si se viaja en economy desde Berlín hasta Nueva York, idea y vuelta, en un Boeing 747-400 se genera por pasajero una emisión de dióxido de carbono (y otras sustancias nocivas) de 2,722 toneladas, a las que se suman las emisiones vinculadas a la estadía en un hotel o al auto alquilado. Hacer estos cálculos es sumamente ilustrativo, sobre todo cuando se trata del transporte. Este simple ejemplo de Nueva York muestra que un breve viaje a la Big Apple ya está por encima de lo que se debería emitir de CO2 en un año. ¿Y entonces…? «Las conclusiones las puede sacar cada uno», sostiene Brockhagen. (DS)