Los viajes extremos requieren conjugar aventura con seguridad
¿Cómo se puede entonces conciliar el deseo de aventura y las preocupaciones por la seguridad?
Stephen Gollan, de Canadá, no sólo visitó Papúa Nueva Guinea. Viaja a países poco conocidos. Foto: Stephen Gollan [ Ver fotogalería ]
Las personas que exploran el mundo lejos de los centros turísticos y de los tours organizados incorporan claramente otro tipo de experiencias a su viaje. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los conflictos en muchos países o regiones pueden poner en riesgo la seguridad del viajero.
¿Cómo se puede entonces conciliar el deseo de aventura y las preocupaciones por la seguridad?
Tres expertos en viajes detallan su experiencia y dan consejos que valen para visitar no sólo estas zonas de crisis. El especialista alemán en couchsurfing y autor de libros Stephan Orth ha viajado por unos 70 países y mayormente ha pernoctado en casas privadas.
Orth cuenta que cuando viaja el abrigo de colores y los pantalones cargo no forman parte de su atuendo diario y que prefiere adaptarse a la moda de la población local. «En áreas peligrosas trato de evitar vestimenta como la que usan los montañistas o los soldados», señala.
Stephan Orth en Dagestán, Rusia. Tiene tantos kilómetros andados que sabe muy bien cómo llegar a cada lugar sin sufrirlo en el intento. Foto: Gulliver Theis
En Irán, por ejemplo, es mejor vestirse con zapatillas, jeans y una camisa sencilla en lugar de una prenda funcional llamativa, explica. Los viajes de Orth son una permanente aventura, a veces hasta incluso arriesgados. Sin embargo, el periodista de viajes nunca sale sin estar bien informado.
En primer lugar recurre a la información del sitio web del Ministerio alemán de Relaciones Exteriores (AA). «El ministerio actualiza constantemente la información sobre el país y la situación de seguridad», destaca Orth. Añade, que también vale la pena echar un vistazo a las páginas web de los ministerios del Reino Unido y de Estados Unidos para ver si hay alguna diferencia.
Orth no viaja a países o regiones que fueron declarados oficialmente con el máximo nivel de alerta de seguridad: no viajar. «Incluso con los niveles más bajos como ‘tomar mayores precauciones’ o ‘reconsiderar el viaje’ pienso muy cuidadosamente si quiero correr el riesgo», agrega.
El periodista reúne toda la información disponible sobre la situación de conflicto, de terrorismo y casos de secuestros en el destino para determinar cuán grave es la amenaza para los viajeros.
Por su parte, a los 30 años, la alemana Carina Herrmann partió con una mochila de 22 kilos para hacer su primer viaje largo fuera de Europa. En aquel entonces, según cuenta, era muy miedosa. Al año regresó con seis kilos menos de equipaje y el valor suficiente para ayudar a otros a superar su miedo a viajar.
Entretanto lleva ocho años viajando de manera permanente y da todo tipo de consejos, sobre a todo a mujeres, en su blog Pink Compass. Según Hermann, una de las reglas más importantes, especialmente para las personas que viajan solas, es no llegar nunca a un lugar completamente extraño en la oscuridad o en el medio de la noche, a menos que lo espere una persona de confianza. Asimismo es importante confiar en el propio instinto. «Sobre todo cuando percibes que algo está mal», recalca.
Carina Herrmann en Nueva Zelanda. La bloguera da consejos para mujeres que viajan solas. Foto: Carina Herrmann
También el canadiense Stephen Gollan es un viajero extremo, que ya ha visitado más de 90 países. Mientras otros dicen que es imposible viajar a tal o cual país, Gollan empaca su mochila para volar a Afganistán, Papúa Nueva Guinea o Yemen. Relata sus experiencias en su blog Uncharted Backpacker.
«¡Entiende al país! Es increíblemente importante conocer las leyes, las regulaciones y la cultura». Para el mochilero de 30 años esa es la regla número uno. Es importante saber de antemano dónde se puede fotografiar o tomar alcohol. «Créeme, no querrás que te descubran en Oriente Medio bebiendo alcohol en un lugar público», señala Gollan con una sonrisa.
Según el mochilero es útil obtener la información de los medios de comunicación locales. Pero también aconseja que si se quiere viajar a regiones más inseguras se necesita experiencia de primera mano. La mejor manera de hacerse una idea de la situación es ir y verlo uno mismo. «Una opinión sola no es suficiente», opina. Es bueno pedir consejos al mayor número posible de habitantes, al hotel y a los operadores turísticos locales, añade.
¿Y qué pasa si uno se encuentra realmente en una situación de peligro, por ejemplo un asalto? Gollan aconseja: «Hay que mantener la calma. La mayoría de las veces no es tu vida lo que buscan sino hacerse de dinero rápido. Por eso es mejor ceder». «Los viajeros somos privilegiados. Y tu vida vale más que el dinero», asegura. Por último hace hincapié en que solo se deben las cosas en las que uno se siente seguro. «Pero aún así, no dejes que tus miedos te detengan», resalta.