MEDELLÍN / COLOMBIA
El «Narco Tour»: tras las huellas de Pablo Escobar en Colombia
Recorre El Poblado, el Barrio Rosa y el altar de la Virgen de los Sicarios. Curiosidad por la historia de Pablo Escobar. Fotos
TOUR. Parte a diario a las 10.30 y recorre varios barrios hasta la tumba, que luego de la de Evita es la más visitada de Latinoamérica. [ Ver fotogalería ]
Por Cynthia De Simone (Diario PERFIL)
«Pablo vive”, reza un graffiti pintado en negro y celeste sobre el frente del Dallas, un edificio que era el más moderno de Medellín hasta que en 1993 dos coches bomba con 50 kilos de dinamita cada uno lo dejaron semidestruido. Actualmente sólo queda la estructura y la maleza que la rodea. En su interior hay ruinas con importantes huecos, ladrillos desvencijados y hierros al descubierto. El “palacio”, situado sobre la avenida de El Poblado, nunca llegó a inaugurarse.
Así lo cuenta Nicolás Solórzano, guía cultural que hace algunos años organizó, desde su empresa Paisa Road, el Pablo Escobar Tour, un recorrido turístico por la historia del narcotráfico en Medellín. En combi, recorren lugares que son testimonio del poder que ejercía el capo narco colombiano, quien a mediados de los 80, llegó a comercializar el 85% de la droga que se exportaba a Estados Unidos. Como se sabe, hay hombres que construyen su leyenda a su modo, y siempre hay turistas en busca de ella.
El circuito, de tres horas de duración, arranca en el aristocrático barrio El Poblado. La primera parada es en el edificio Mónaco, en cuyo penthouse vivió Escobar hasta el 13 de enero de 1988, cuando un coche bomba desató la guerra entre los carteles de Medellín y Cali, dos organizaciones que se disputaban el monopolio del mercado de la droga.
La vivienda era una especie de bunker, con 14 líneas telefónicas y una muestra clara del estilo arquitectónico denominado “narc-decó”, caracterizado por construcciones de formas geométricas con varios pisos y el frente de color blanco, en honor a la cocaína.
El “Ovni” (de igual estética) era la sede central del Cartel de Medellín y está ubicado en la Zona Rosa de la ciudad, una especie de Palermo Hollywood que atrae a los viajeros con sus restaurantes y discotecas, y por donde a menudo circulan hermosas mujeres junto a señores que ostentan joyas relucientes desde sus camionetas importadas, conocidas como las “narcotoyota”.
Llega la hora de la fe con la visita al santuario de la Virgen de la Rosa Mística o Virgen de los Sicarios, una gruta con flores, velas y placas de agradecimiento, donde se acercaban los mafiosos o “asesinos a sueldo” (contratados por el Patrón) para buscar protección y bendecir sus armas.
El fin del reinado. Mientras Nicolás –a cargo del tour– apura la marcha, llega a la casa donde, finalmente, el Jefe cayó muerto: una vivienda sencilla de dos plantas, en la zona de Los Olivos. Sólo bastó una conversación telefónica de veinte minutos con su hijo Juan Pablo para que el Cuerpo de Elite de la Policía local lograra rastrear la llamada y ubicar el lugar donde se hallaba prófugo. Cuando se vio rodeado, Escobar intentó escapar por los tejados, pero recibió dos balas en la cabeza.
El tour concluye con la visita al cementerio Jardines de Montesacro, donde la tumba del narcotraficante (adornada con pequeños pinos y azucenas) es la segunda más visitada de Sudamérica, después de la de Evita. “Nosotros no hacemos apología de su persona”, aclara el guía. “Queremos recordar la historia para no repetirla”.
En la tierra del café, el vallenato, las bellas mujeres y el aguardiente, el muerto más vivo y poderoso de Colombia, el hombre que –según la revista Forbes– llegó a ser el séptimo más rico del mundo, solía repetir: “Yo pobre, no me muero. Para mí, primero Dios y después la plata”.
Me parece excelente la nota, la forma de hacenos viajar por la Colombia de Escobar. felicitaciones!!!