El enigma y atractivo de las esferas de Costa Rica
Referentes de una desaparecida cultura precolombina, desde hace más de medio siglo desvelan a muchos arqueólogos.
Las enigmáticas esferas de piedra de Costa Rica. Foto: Museo Nacional de Costa Rica/Handout [ Ver fotogalería ]
Por Ernesto Ramírez (dpa)
¿Quiénes las construyeron? ¿Qué significan? Las enigmáticas esferas de piedra descubiertas en 1940 en la zona del Diquís, en el sur de Costa Rica, que podrían ser declaradas ahora Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Referentes de una desaparecida cultura precolombina, estas esferas de piedra que desde hace más de medio siglo desvelan a muchos arqueólogos, encierran un enorme misterio que intriga a científicos, turistas y a los pobladores del pacífico sur costarricense. Algunas de ellas tienen un diámetro de hasta 2,5 metros y un peso superior a las 16 toneladas.
Sus alineamientos y tamaños hacen pensar en simbologías de rangos e identidad, en señales astronómicas, en guías geográficas o en significados religiosos y fúnebres. Incluso hay quienes abogan por presuntas orientaciones para seres extraterrestres.
Cristian Kandler, director del Museo Nacional de Costa Rica, dijo a agencia DPA que «se trata de un vestigio de una cultura precolombina, cuyo origen y su rastro de desconoce», a pesar de los numerosos estudios realizados por expertos tanto costarricenses como extranjeros, indicó.
Las primeras esferas, algunas de menos de cincuenta centímetros y un kilogramo de peso, fueron descubiertas en torno a 1940, cuando una compañía transnacional frutera realizó excavaciones en la zona de Palmar Sur como parte de un proyecto de explotación bananera. El área de influencia de las mismas es el valle del Diquís, enmarcado por el río Térraba y el Sierpe, a unos 250 kilómetros al sur de la capital costarricense.
El Museo Nacional, con el apoyo de una empresa cooperativa, entre otras, impulsa la creación del «Parque de las Esferas» en un terreno de diez hectáreas ubicadas en las cercanías de Palmar Sur, donde aún quedan vestigios de esos monumentos de granito semienterrados.
Tras ser descubiertas casi por accidente, se produjo un verdadero saqueo. Parte de estas milenarias piedras fueron llevadas al extranjero, entre otros a Estados Unidos, y otras pasaron a adornar jardines de residencias privadas y a engrosar las bodegas de coleccionistas de obras precolombinas.
En los últimos años, el Museo Nacional realizó una serie de acciones destinadas a recuperarlas y devolverlas al patrimonio cultural del Estado costarricense. El centro presentó un expediente ante la UNESCO para proponerlas como patrimonio cultural del mundo.
fui al Museo y vi las esferas, son perfectas, parecen hechas con una maquina! ojala se puedan conservar en el lugar que fue su emplazamiento