Puerto Madryn en tres pasos

Nombres de puntas, penínsulas, golfos, istmos y puertos que todos necesitamos aprender y luego visitar en la provincia. Fotogalería.

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Por Alejandro Bellotti (*)

La primera impresión que se llevará quien arribe por primera vez a Puerto Madryn es que se trata de una ciudad en constante transformación. Barrios enteros alzados a lo largo de la avenida costera dilatan continuamente los límites norte y sur. Expansión que se debe, sin dudas, al desarrollo sostenido de tres actividades económicas vigorosas y dinámicas como la industria pesquera, la producción de aluminio (la empresa Aluar emplea unos 5 mil operarios) y una pujante actividad turística, impulsada por sus dos gemas patagónicas: Península Valdés y Punta Tombo.

Península Valdés: Patrimonio Natural de la Humanidad, este reservorio de vida silvestre se encuentra a 77 km de Puerto Madryn. La puerta de ingreso a la península es el istmo Ameghino, un brazo de tierra al cual se accede por la Ruta Provincial 2. Allí se encuentra el centro de interpretación, donde se obtiene una vista magnífica de los golfos Nuevo y San José, y las cabinas de cobro para ingresar a la península ($ 30).

Unos 25 km más adelante se encuentra Puerto Pirámides, desde donde parten las embarcaciones para realizar el avistaje de la ballena franca austral, la cual permanece en estas costas de junio a diciembre. Si bien puede optarse por acceder en vehículo propio y contratar directamente el avistaje en Puerto Pirámides, distintas empresas ofrecen en Madryn una excursión de día completo ($ 700), que además del avistaje incluye la visita a Punta Delgada (¡imperdible!), un apostadero de elefantes marinos.

Punta Tombo: en la reserva se encuentra la colonia de pingüinos de Magallanes más grande del mundo. Allí, año tras año –de septiembre a marzo–, más de un millón de aves se acerca para aparearse y tener sus crías. El ingreso al predio se hace por el puesto del guardafauna, donde se abona el pase ($ 25). Una vez en el área de sendas, el visitante puede tener un acercamiento único al hábitat natural de los pingüinos. Si se opta por ir en vehículo propio desde Puerto Madryn, hay que acercarse hasta Trelew por la Ruta Nacional 3, y allí tomar la Ruta Provincial 25 hasta Rawson, desde donde se empalma con la Ruta Provincial 1, que lleva hasta Tombo. El trayecto dura cerca de dos horas y no cuenta con servicios donde aprovisionarse de combustible ni víveres. Si se decide contratar la excursión desde Puerto Madryn, debe tenerse en cuenta que se trata de una salida de día completo ($ 350), la cual incluye una visita al valle inferior del Río Chubut y al Museo Paleontológico de Trelew ($ 38), y una parada en Gaiman para degustar el tradicional té galés ($ 90). Consejo: evitar el té galés, para nada deslumbrante, y utilizar ese tiempo para perderse en los rincones de Gaiman, un pueblo sembrado con historia.

 

Ciudad y alrededores: Puerto Madryn ofrece infinidad de alternativas para el turista, lo que la convierte en un destino muy atractivo todo el año. Médanos, playas y meseta patagónica se entrelazan para sedimentar el escenario ideal para la práctica tanto del kayac, del windsurf, la pesca o el mountain bike, como de caminatas infinitas por el Boulevard Marítimo. Tres imperdibles: la visita al EcoCentro, un modernísimo centro de interpretación sobre el mundo marino patagónico; Punta Loma, desde donde se tiene una vista magnífica a una lobería y a una colonia de cormoranes, y buceo o snorkel con lobos marinos, una experiencia única en el mundo que nos permite sumergirnos en las aguas cristalinas del Golfo Nuevo para entrar en contacto con los animales en su hábitat natural (Lobo Larsen, $ 750).

GALERÍA DE IMÁGENES

(*) Desde Puerto Madryn. Nota publicada en el Diario Perfil.

 

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